No existe una investigación concluyente que determine o dé respuesta a la pregunta de cuántas cesáreas puede tener una mujer. Sin embargo, los profesionales suelen aconsejar un número en concreto. “Aunque es evaluable según cada caso, es mejor no superar las tres cesáreas por la reiteración de la cicatriz, ya que se puede producir una rotura uterina en gestaciones posteriores”, asegura el doctor Gabriel Ferret Fuchs, Ginecólogo Obstetra (www.ginecologiaferret.es).
La cesárea es una intervención quirúrgica considerada mayor que se lleva a cabo cuando el parto vaginal puede suponer un peligro para la vida de la madre o del bebé, y siempre es recomendable valorar los riesgos que esta puede conllevar cuando se decide hacer. Los casos en los que normalmente está indicada una cesárea, según el Dr. Ferret nos indica, son: “Cuando no se garantice el bienestar materno o del feto por la vía vaginal, antes o durante el trabajo de parto. Ejemplo de esto podría ser: una malposición fetal (presentación de nalgas), cirugías previas qué condicionen el parto, un registro cardiotocográfico anómalo, un desprendimiento de placenta, hemorragia intraparto copiosa con el feto en presentación alta o dilatación no completa que garantice una instrumentación rápida para la extracción fetal”.
El riesgo de rotura de útero aumenta
La decisión debe ser bien tomada ya que, si la mamá desea tener más hijos, los riesgos se van incrementando después de cada nueva intervención, aunque esto siempre dependerá de cada caso, es decir, de cómo hayan sido las intervenciones anteriores, del estado de la cicatriz, entre otros motivos. Los profesionales siempre indican el parto vaginal como primera opción, aunque si se realiza después de una cesárea, conlleva los riesgos citados anteriormente, a lo que, según asegura el ginecólogo: “El principal riesgo es la rotura uterina, aunque la incidencia es baja”.
El tiempo que pasa entre un parto y otro es determinante y es que si la cesárea anterior se realizó hace más de 18 meses y el parto se inicia de forma espontánea, el riesgo de rotura uterina es de 0,5%. Mientras que se eleva a 1,5% si han pasado menos de 18 meses, o el parto es inducido, que aumenta al 2%. Según el Dr. Ferrer el tiempo que debe pasar entre una cesárea y otra debe ser “mínimo de nueve meses, personalizando siempre en cada caso”, especifica.
Otras complicaciones provocadas por cesáreas repetidas
Además del riesgo de rotura uterina, que es el más común, las complicaciones obstétricas que pueden suceder y que acompañan una elevada evidencia de muerte materna son:
- Las complicaciones placentarias : la placenta es un órgano que se desarrolla dentro del útero de la madre y es el encargado de transmitir todo lo necesario para la vida al feto. Las complicaciones placentarias provocan la posibilidad de que haya alteraciones en su posición y, por ejemplo, esta se adhiera al útero de una forma anormal, lo que se conoce como placenta acreta o adherida.
- Las incisiones repetidas: y es que con cada incisión realizada por cesáreas repetidas la cicatrices aumentan, y esto provoca dos efectos. Por un lado, que se desarrollen más adherencias y, por otro, un mayor riesgo de que la zona cicatricial se rompa.
¿Qué son las adherencias? Son cicatrices que afectan tanto al útero como a los músculos del abdomen y al tejido que conecta órganos cercanos. Si las adherencias son densas pueden dificultar las cesáreas, aumentar el riesgo de lesiones en órganos como la vejiga o el intestino, provocar hemorragias y aumento de morbilidad.
Por tanto, si una pareja o una mamá quiere tener más hijos, pero ya ha tenido previamente tres cesáreas que son las indicadas o recomendadas por los profesionales, ¿qué puede hacer? “Lo más importante en estos casos es valorar junto con un buen especialista cada caso y condición; si se realiza la gestante deberá llevar un control más estrecho tanto durante el embarazo, así como en el parto, que se consideraría de riesgo y, en caso de gestación, la vía más indicada sería la cesárea”, concluye el doctor.