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embarazada en trabajo de parto en el hospital© AdobeStock

Embarazo

¿Sabes qué es la ‘Walking epidural’ y cómo beneficia a la madre?

También conocida con el nombre de ‘epidural ambulante’, es una técnica que se utiliza en los trabajos de parto para mejorar las condiciones físicas de la mamá, pero eso sí, siempre y cuando estén presenten una serie de requisitos.


2 de agosto de 2022 - 14:00 CEST

La anestesia epidural que se utiliza para los partos no es algo nuevo, ya que se lleva administrando desde hace más de 20 años. Desde sus inicios se conoce que esta técnica adormece el área que comprende desde el abdomen hasta los pies reduciendo o limitando la movilidad de las piernas.

Para mejorar las condiciones físicas y el bienestar de la mamá durante el parto, nace la llamada walking epidural, también conocida como epidural ambulante. “La analgesia epidural para el  trabajo de parto  es un beneficio que se le brinda a la embarazada para un mayor confort durante el trabajo de parto. Su finalidad es mejorar las condiciones de la madre para disminuir el agotamiento físico, mejorar la respiración y cambios hemodinámicos durante cada contracción y al mismo tiempo, movilizarse y experimentar un trabajo de parto con mayor confort…, entre otros beneficios”, nos cuenta la Dra. Lorena Albornoz, especialista en Anestesiología.

Aunque la epidural ambulante se trata de una técnica novedosa, existe desde hace aproximadamente diez años, tiene la misma seguridad que la convencional y, además, se ha ido perfeccionando durante su práctica en el tiempo y la introducción de nuevos fármacos que brindan mayor seguridad para la madre y el feto. Pero, ¿cuándo está recomendada la utilización de la walking epidural?

“Como ginecóloga recomiendo esta práctica siempre y cuando se haya tenido un adecuado control prenatal, el trabajo de parto transcurra en todo momento bajo monitorización, tanto del obstetra como del anestesiólogo, y que se practique en centros hospitalarios o clínicos que cuenten con unidades de neonatología”, indica la Dra. María Baldallo, Ginecóloga y Obstetra. “La madre está en todo su derecho de solicitarla para facilitar el transcurso del trabajo de parto, de este modo, ella se sentirá con menos fatiga, cansancio y agotamiento, pudiendo así disfrutar mejor del momento del nacimiento”, añade la Dra. Baldallo.

Walking epidural: ¿cuándo se administra y cómo?

Existen numerosos estudios realizados en los que se asegura que someterse a este tipo de anestesia no supone un mayor riesgo ni efectos secundarios tales como “sufrimiento fetal, el alivio inadecuado del dolor o dolor de cabeza espinal, asociados con la anestesia epidural”, tal y como aseguran desde la Asociación Americana de Anestesiólogos.

Y es que, el parto  no tiene por qué ser doloroso , y por supuesto, no se es más madre por sufrir o sentir un mayor o menor dolor durante el parto. Lo importante siempre es que la mamá se sienta cómoda en todo momento y en las mejores condiciones posibles para afrontar el trabajo de parto de una forma positiva.

Una vez consensuado por los profesionales la administración de la walking epidural, a la hora de administrarla, se deben tener en cuanta varios detalles, que la Dra. Albornoz nos comenta: “En primer lugar, es importante que haya comunicación constante entre todo el equipo tanto con el anestesiólogo como con el obstetra y todo el equipo de enfermería”, señala. Y prosigue: “La bibliografía recomienda administrar la epidural ambulante cuando la parturienta tenga entre 5 y 6 cm de dilatación, en el momento en el que la paciente lo solicite, previa firma de consentimiento informado. En ese momento, se puede acceder a realizar la técnica por un anestesiólogo que consiste en la colocación de un catéter en el espacio peridural (el área entre las vértebras de la de la columna, en el espacio que recubre la médula espinal) a través del cual se administra una mezcla analgésica con una concentración que permitirá que haya analgesia, es decir, que la mujer no sienta dolor, pero sin detener las contracciones”.

Embarazada en trabajo de parto sentada en fitball© AdobeStock

Una técnica que no implica riesgos

Con la epidural ambulante se calma el dolor, pero al mismo tiempo, la embarazada puede sentir las piernas, moverse por sí misma en la cama, andar, sentarse en una silla, ir al baño… Además, algunos expertos aseguran que caminar ayuda al parto debido a la gravedad, y lo más importante de todo es que esta forma de analgesia no es peligrosa ni para la madre ni para el bebé. “Los anestesiólogos debemos garantizar que las contracciones no deben detenerse ni en frecuencia ni intensidad ni duración, de manera que la elección de fármaco a administrar debe ser una concentración muy por debajo de lo que puede generar un bloqueo. Es decir, la paciente debe mover las piernas, caminando… y sintiendo las contracciones de la misma forma, pero sin dolor”, señala la Dra. Albornoz.

Pero, al mismo tiempo, una de las premisas más importantes de esta forma de anestesia es que “la embarazada va a continuar sintiendo la barriga dura y tensa, y la  duración va a seguir siendo la misma , y esta no debe modificar las características de las contracciones. Asimismo, la paciente debe estar siempre monitorizada por el anestesiólogo durante todo el trabajo de parto. Por otro lado, el catéter quedará puesto en el espacio peridural debido a que, si por alguna razón se detuvieran las contracciones, se pudiera acceder a través del mismo para administrar una mezcla anestésica, en el caso de que hubiera que hacer una cesárea de emergencia o interrumpir el trabajo de parto y hacer que el bebé nazca por la vía alta”, concluye la anestesista.

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