El trastorno obsesivo compulsivo, conocido popularmente como TOC, afecta a entre un 2 y un 3% de niños y adolescentes. Se trata de un problema de salud mental que puede tener más o menos intensidad, pero que, generalmente, se va desarrollando de forma progresiva.
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El Dr. Miguel Álvarez de Mon, psiquiatra en el Hospital Universitario Infanta Leonor, en Madrid, y profesor en la Universidad de Alcalá de Henares, nos da las claves para entender este trastorno.
¿Cómo se manifiesta el TOC?
Las personas con trastorno obsesivo compulsivo suelen presentar dos tipos de síntomas: obsesiones y/o compulsiones. “Las obsesiones son pensamientos (aunque también pueden ser imágenes, melodías o impulsos) recurrentes que generan ansiedad”, explica el experto. Por su parte, “las compulsiones son acciones o actos mentales que la persona se siente obligada a realizar siempre que le surge la obsesión para aliviar la ansiedad que esta le genera”.
En tres cuartas partes de los casos, se inicia sobre los 11 años de edad, es lo que se denomina TOC de inicio temprano. En el resto, aparece sobre los 21 años. “Generalmente, el inicio de los síntomas del TOC es gradual, aumentando progresivamente la frecuencia e intensidad de las obsesiones y compulsiones, y el sufrimiento que provocan. Es muy raro que el inicio sea agudo”, destaca el Dr. Álvarez de Mon.
La mayoría de las personas con TOC acaban desarrollando, con el paso del tiempo, varios tipos de obsesiones y compulsiones, pero hay que tener en cuenta que aunque varios pacientes compartan una misma obsesión, las compulsiones derivadas pueden ser muy distintas. Las personas con una misma obsesión pueden desarrollar compulsiones muy diferentes. “Hay personas que pueden tener exclusivamente compulsiones o exclusivamente obsesiones, pero lo más común es tener ambas”, destaca el psiquiatra.
¿Cuáles son sus manifestaciones en la población pediátrica?
Tal como destaca el especialista, estos son los síntomas más frecuentes en la población infanto-juvenil:
- Preocupación por ensuciarse, contaminarse o contagiarse de alguna enfermedad (obsesión), asociada a lavarse o limpiar algo de una manera determinada (compulsión).
- Preocupación porque ciertas cosas estén colocadas de una determinada manera o simétricamente (obsesión), asociada a ordenar y colocar “al milímetro” (compulsión).
- Preocupación porque esté “perfecto” o “justo” de una determinada manera (obsesión), asociada a repetir hasta que quede como uno necesita que quede (compulsión).
- Dudas constantes a la hora de tomar decisiones o acerca de cómo se ejecutan las tareas que le solicitan (obsesión), asociadas a obtener comprobación o seguridad de otros (compulsión).
¿Cómo afecta al desarrollo del niño?
El TOC puede tener distinta intensidad y severidad y, dependiendo de cómo se manifieste, puede afectar a distintos ámbitos de la vida del niño o del adolescente, como sus relaciones sociales o familiares, su rendimiento académico, la autoestima... e incluso otras dimensiones como el deporte. “El tiempo que tarda en realizar las compulsiones, la ansiedad y el sufrimiento que provoca tener la obsesión y la necesidad de realizar compulsión, el sentimiento de inutilidad y de culpa puede hacer que la calidad de vida disminuya mucho”, subraya el especialista del Hospital Universitario Infanta Leonor.
El trastorno obsesivo compulsivo se puede tratar con éxito. Así, lo que ha demostrado mayor eficacia es “la combinación de fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) con psicoterapia, en concreto la psicoterapia cognitivo-conductual”, comenta. Además, insiste en la importancia de que la familia esté al tanto de las características del trastorno y que puedan resolver todas las dudas que les surjan “para aliviar la tensión emocional que suele haber en torno a la enfermedad”.
¿Qué factores de riesgo pueden propiciar la aparición del trastorno obsesivo compulsivo en menores?
Aún no se conocen con exactitud las causas del TOC, pero, como cuenta el psiquiatra, hay dos tipos de factores que pueden encontrarse en todos los casos. Por un lado, están los biológicos, que son los que tienen más peso y, por otro, hay causas ambientales. Hay también un fuerte componente genético, pues “la heredabilidad del TOC es del 50%, aproximadamente”.
El trastorno obsesivo compulsivo suele perdurar en la edad adulta, pero “en la mayoría de los casos, con una intensidad mucho menor”, tranquiliza el Dr. Miguel Álvarez de Mon. Afortunadamente, con el tratamiento hasta cuatro de cada diez niños o adolescentes con TOC consiguen la remisión total en la vida adulta.