La gran mayoría de los niños van a pedirnos siempre los mismos juguetes . Para ellos es importante tener lo que todos tienen. Sin embargo, a veces, nos piden juegos que no están adaptados a su edad o que sabemos no se ajustan a sus habilidades . Es importante, nos dicen los expertos, “dejar participar a los padres siempre en la elección de los juguetes de un niño, pues son quienes mejor conocen a sus propios hijos y sus gustos”. Entonces, ¿son ellos los que deben elegirlos? La respuesta es que no, por supuesto, pero sí tenerles como guía y referencia para decantarse por un juguete u otro, siempre que estos se hagan cuatropreguntas fundamentales para saber si su hijo está preparado y puede gustarle uno en concreto.
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Como nos explica Javier Sulleiro, experto en Psicología y Educación, además de Senior Product Developer de VTech España, “la edad recomendada de los productos es un dato orientativo, de alta variabilidad en el desarrollo y aprendizaje entre los niños, especialmente, cuando aumenta el rango de edad al que va orientado el juguete”. Por ello, más que en el propio rango que nos marcan los juguetes, hay que fijarse en otras variables: como el tipo de aprendizaje o desarrollo que se desea reforzar o las necesidades educativas del niño.
Qué preguntas debo hacerme antes de la elección
Las preguntas que, según nuestro experto, deben hacerse los padres antes de elegir uno u otro juguete son cinco:
- ¿Satisface las necesidades cognitivas, emocionales, físicas y sociales de mi hijo?
- ¿Se ajusta a sus intereses, gustos y preferencias?
- ¿Es un juguete que incita o permite interactuar de acuerdo a sus habilidades? ¿Es demasiado pasivo o complejo para él? Los juguetes interactivos son aquellos que promueven el juego, estimulando las destrezas, la curiosidad y la imaginación de los niños. Un juguete pasivo es aquel que no fomenta el juego, sino que facilita únicamente una respuesta mecánica.
- ¿Es un juguete seguro?
Para responder a ellas, hay que fijarse en una serie de características del propio juguete, pero también en la forma que tiene nuestro hijo de divertirse.
Tres aspectos en los que fijarse en un juguete
La clave para saber elegir un juguete reside, nos dice nuestro experto, “en el conocimiento de las necesidades y la personalidad del niño o la niña”. Son ellos quienes mejor les conocen y eso facilitará mucho que la decisión sea la correcta. Sin embargo, nos explica, para buscar un producto “conviene tener en mente tres ideas previas”:
- El juguete, ante todo, debe ser divertido para el pequeño.
- Adecuado para su edad.
- Y seguro.
Además, como en cualquier proceso de compra, “la toma de decisiones requiere de una selección en la que es importante no dejarse llevar por slogans o apariencia del producto, sino por los textos del embalaje donde aparezcan las funciones del juguete, la edad recomendada y las advertencias de seguridad”.
Cuando la edad no es la adecuada
Aunque con los más pequeños es más complicado, “siempre es posible explicarles (mejor con algún ejemplo reciente que sea significativo para ellos) que un juguete para edades superiores es muy atractivo, pero que no les divertirá, sino que se aburrirán enseguida”. Esa debe ser la razón, aunque es bastante probable que no le resulte del todo convincente y les genere cierta frustración.
En este caso, “lo recomendable es ser comprensivo con su sentimiento y hablar con él para que, a través del cariño y de una argumentación lógica y sencilla, entienda bien el por qué y pueda sentirse comprendido”. Los niños son muy inteligentes, pero también aprenden a gestionar las emociones a través de conflictos. La paciencia y el tiempo de espera, nos dice el experto, “son buenos aliados en esta situación”.
En qué debes fijarte para elegir un juguete seguro
Para responder a la última de las cuatro preguntas que debes hacerte, “es imprescindible revisar las advertencias de seguridad obligatorias que han de figurar por ley en el embalaje de cualquier producto”, nos dice el experto. Con frecuencia, se encuentran en su parte inferior, pero también hemos de fijarnos en la recomendación de edad, ya que, darle un uso inadecuado, puede poner en riesgo la seguridad de los niños.
Así, independientemente de su procedencia, “el juegue debe llevar la marca CE, que significa Conformidad Europea, junto a la dirección de la empresa y el código de producto, lo que nos garantiza su trazabilidad”. Además, nos indica, “existen otros dos aspectos que nos pueden inspirar una mayor confianza”:
- Que la marca de juguetes sea conocida, puesto que llevan años trabajando esta clase de productos y deben conocer y respetar las estrictas normativas de seguridad europeas.
- Y los establecimientos a los que se acude a realizar la compra porque, en principio, deben vender de acuerdo a esta conformidad de normativa europea.