El slime es un juguete que, en su día, fue lanzado por la empresa de juguetes Mattel, y que se define como una masa elástica de textura viscosa y moldeable. Para su fabricación se utilizaba colorante, aromatizante, pegamento, detergente, almidón de maíz, bicarbonato y, por supuesto, agua. Sí, un popurrí bien mezclado que conseguía un juguete muy divertido para los niños en los años 70, cuando apareció en el mercado. Todos los padres del mundo lo conocemos y, ahora, son nuestros hijos quienes nos reclaman ¡hacerlo en casa!
Sí, la receta se conoce y se ha reinventado tanto que ahora somos capaces de sentarnos sobre la mesa con los más pequeños, convertir nuestra cocina en un auténtico laboratorio y crear nuestro propio slime casero. Si tu hijo te lo está pidiendo, te contamos por qué debes decirle que sí, los beneficios que tiene una de las manualidades más clásicas y cómo podéis hacerlo en casa de manera muy sencilla.
Beneficios del ‘slime’ para los niños
El slime es un juguete con muchas ventajas para los niños. Parece mentira que esta masa maleable y gelatinosa, que a muchos nos da cierto reparo, pueda conseguir, según los expertos:
- Potenciar la creatividad e imaginación de los pequeños . Al final, es un juguete que permite dar rienda suelta a su libertad para crear aventuras y juegos diferentes.
- Trabajar la motricidad fina de sus manos, pues hay que amasar, cortar y estirar.
- Estimular el tacto y la vista de los más pequeños.
- Aprender a diferenciar colores y texturas.
- Canalizar su energía (es una actividad relajante) y ayudarles a expresarse. Al igual que con un dibujo, los niños tienden a expresar sus sentimientos realizando manualidades.
Cómo hacer ‘slime’ casero fácil
Los materiales que solemos tener en casa son muy diversos o, quizás, se nos da mejor una u otra técnica, por lo que te proponemos cuatro recetas diferentes para que puedas crear, junto a tus hijos (o, incluso, ellos mismos si ya tienen la destreza suficiente) un estupendo y colorido slime casero.
Receta 1. Slime con detergente
El detergente que todos usamos para lavar los platos es la base de esta primera propuesta. Coge un cuenco profundo y una cuchara. Pero además, necesitarás:
- Una cucharada sopera de detergente.
- Una taza de bicarbonato de sodio.
- Colorante, puede ser alimentario.
- Media taza de pegamento blanco con PVA.
- Agua.
Los pasos son los siguientes:
- Primero, mezcla el pegamento con la cucharada de detergente.
- Agrega tres cucharadas de agua, removiendo bien.
- Cuando la mezcla empieza a formar espuma, agregamos el colorante.
- Por último, unimos el bicarbonato de soda y removemos.
Receta 2. Slime con champú para cabello
Cualquier champú para el cabello es otra base estupenda para hacer esta manualidad. Coge tu recipiente de plástico y un tenedor. Lo que necesitamos es lo siguiente:
- Media taza de champú.
- Azúcar.
El paso a paso, en esta ocasión, es el siguiente:
- Echamos el champú en nuestro recipiente y añadimos el azúcar.
- Mezclamos bien hasta que veamos que el champú coge una consistencia muy espesa. Es algo bastante inmediato.
- Seguimos añadiendo azúcar hasta que consigamos la textura gomosa del slime.
- Por último, necesitamos guardar la mezcla en el congelador un par de horas para que espese.
Receta 3. Slime con espuma de afeitar
En este caso, vamos a necesitar unos cuantos materiales más y, algunos de ellos, en gran cantidad, pero nos da una textura mucho más suave y diferente. Te recomendamos un bol grande y una cuchara de plástico. Lo que necesitamos es lo siguiente:
- 1 taza de agua
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio.
- 250g de pegamento blanco escolar.
- 1 taza de espuma de afeitar.
- Gel de baño perfumado.
- Pintura acrílicas.
- Líquido de lentillas.
El paso a paso, en esta ocasión, es el siguiente:
- En un vaso, mezclamos el agua con el bicarbonato de sodio y reservamos.
- En un bol grande, ponemos el pegamento y agregamos la espuma de afeitar y un par de cucharadas de gel de baño perfumado, para darle un buen olor. Removemos bien.
- A continuación, añade a este bol un par de cucharaditas de la mezcla de agua y bicarbonato de sodio. Volvemos a remover.
- Para darle color, echamos unas gotas de pintura acrílica. Removemos de nuevo integrando bien el color
- Por último, agregamos también unas cuantas gotas de líquido de lentillas. Hay que ir añadiendo más gotitas para ir viendo cómo espesa. Cuando obtengas el tacto que te gusta y no se pegue en el bol, es el momento de parar.
Receta 4. Slime con pasta de dientes
Por último, una de las recetas más sencillas, pero que nos da un poco menos de cantidad de slime es esta con pasta de dientes. Hazte con un palito de helado para mezclar. Necesitarás:
- Un bote de pasta de dientes.
- Cola blanca
- Colorantes alimenticios.
El paso a paso es el siguiente:
- Pon la cola blanca en un recipiente de plástico y añade el colorante, mezclando bien.
- Añade pasta de dientes hasta que vea que consigues la textura deseada, removiendo con el palito constantemente.