Si hace unos años los alimentos más alergénicos eran apartados hasta unos meses después de que el niño iniciara la alimentación complementaria , nuevos estudios han puesto en entredicho esa práctica. Así, la dieta diversificada (tras el periodo de lactancia materna exclusiva o leche de fórmula) a la que accede el bebé a partir de los seis meses suele incluirlos desde el comienzo.
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Para explicarnos cómo introducir el huevo en la comida del bebé y qué importancia tiene globalmente en su desarrollo, hemos recurrido a Robert Durán y Rosa María Albaladejo, dietistas-nutricionistas del CoDiNuCat (Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Cataluña).
¿Cómo introducir el huevo a los seis meses?
“Se considera que a partir de los 6 meses ya se puede empezar a introducir el huevo en la dieta de los bebés, siempre empezando por cantidades pequeñas para observar si pueden presentar alguna alergia”, explican los expertos.
En caso de que el bebé muestre algún síntoma alérgico, la forma de proceder es retirarlo de su dieta, “lo podremos introducir más adelante cuando su sistema inmunitario este más desarrollado, y tengamos la indicación del alergólogo”, indican.
Con respecto a la forma concreta de introducirlo en la dieta del bebé, sería la siguiente, según indican:
- Empezar por la yema (siempre cocida), ya que es la que menos alergia presenta por no ser proteína. No obstante, hay que tener en cuenta que “al estar en contacto con la yema (proteína, que es el nutriente que desencadena la reacción alérgica), debemos ir con precaución”.
- Ir poco a poco. “Primero podemos poner un cuarto de yema en un puré o a trocitos y si vemos que en uno o dos días no hay reacción alérgica y se tolera bien podremos pasar a poner la mitad de la yema; si todo sigue correcto ya pasaremos más adelante a introducir tres cuartos y finalmente a la yema entera”, comentan.
¿Qué cantidad de huevos puede tener la dieta infantil?
Las recomendaciones en cuanto al consumo de huevo han variado mucho. “Siempre se había dicho que lo ideal era un par de huevos a la semana, pero esta afirmación hoy en día ya no se considera válida, pues se ha visto que el huevo contiene proteínas de una alta calidad nutricional y no nos hace subir el nivel de colesterol como se decía antaño”, aclaran los especialistas del CoDiNuCat.
En bebés, la recomendación actual es introducir unos tres o cuatro huevos (de tamaño pequeño) a la semana. “En niños mayores, a partir de los 9 años, aproximadamente, y en adolescentes y adultos, podríamos consumir perfectamente un huevo al día, pero siempre dentro de una dieta equilibrada y controlando el exceso de proteína de la misma”, destacan.
La mejor forma de ofrecer el huevo a los niños
El huevo es un alimento muy versátil que tiene una gran variedad de posibilidades y de presentaciones. Pero ¿cuál es la mejor forma de ofrecerlo al niño y al adolescente? “Se recomienda siempre cocinado, ya que las proteínas de la clara del huevo solo son digeridas parcialmente por nuestro organismo si se consume cruda (especialmente la biotina). Al cocinarla, la digestión es total y se aprovechan todos sus componentes”, explican.
Así, se puede ofrecer como huevo cocido, huevo a la plancha, en revuelto, en tortilla, al horno, también huevos duros... “La única técnica que se debería controlar sería frito, pero porque la digestión es más pesada por la cantidad de aceite que se absorbe”, advierten.
¿Qué aporta el huevo a la dieta infantil?
El huevo aporta aminoácidos esenciales, ácidos grasos y vitaminas y minerales. “La clara está formada por aproximadamente un 88% de proteínas, entre las cuales destaca especialmente la ovoalbúmina. La yema, por su parte, nos aporta mayormente grasas monoinsturadas, que son las que denominamos “beneficiosas” para el organismo. La proporción entre los ácidos grasos saturados e insaturados del huevo es nutricionalmente recomendable”, insisten.
De hecho, el huevo es uno de los alimentos de origen animal con mejor composición grasa. También es rico en vitamina D, que ayuda a absorber el calcio, uno de los principales componentes de los huesos, y en vitaminas liposolubles como la A, E y K. Entre los minerales que aporta destacan el fósforo, el zinc, el hierro y el yodo.
“El huevo es también la mejor fuente dietética de colina, que está también en la yema y que es importante para la formación y el funcionamiento normal del cerebro y el sistema nervioso y previene a la vez del deterioro cognitivo ligado al envejecimiento”, subrayan los dietistas-nutricionistas.
En el caso de que el niño sea alérgico al huevo, hay alternativas. Para suplir su aporte proteico, se pueden tomar legumbres, pescados, carnes y lácteos. Pero el huevo también se utiliza para otras funciones en la cocina. “Para la repostería que necesita huevo, el plátano y la manzana son excelentes sustitutos, ya que nos aportarán esa cremosidad y esponjosidad propia del huevo. El agar agar es una gelatina vegetal, y en algunas preparaciones donde el huevo se utiliza para aglutinar se puede sustituir por él”, aconsejan Robert Durán y Rosa María Albaladejo.