Diferentes estudios a nivel mundial indican que aproximadamente entre un 10% y un 15% de las mujeres experimentan un episodio de depresión mayor durante el periodo perinatal , es decir, cuando la mujer se queda embarazada, pudiendo llegar a extenderse hasta después de haber dado a luz. En España, las tasas se sitúan en un 15,2%, según recogen María de la Fe Rodríguez Muñoz y Rafael A. Caparrós-González, ambos doctores en Psicología y coordinadores del libro Psicología perinatal en entornos de salud (Editorial Pirámide). Una depresión que pasa muchas veces desapercibida, como en el caso (o, incluso, más) que la que puede aparecer durante el postparto.
Los síntomas de esta depresión perinatal, que muchas veces viene asociada a un proceso de ansiedad y que “tiene graves consecuencias tanto para la madre como para el bebé”, son, según explican los expertos, los siguientes:
- Llanto.
- Fatiga.
- Anhedonia, que es la incapacidad de disfrutar, de sentir placer, perder el interés por las cosas.
- Irritabilidad.
- Dificultades en la relación con el feto.
- Sentimientos de rechazo hacia el propio embarazo.
- Y, por supuesto, ansiedad.
Sin embargo, “la depresión perinatal es un proceso multicausal donde pueden interactuar muchos factores diferentes” y, por tanto, aparecen uno, dos o todos sus síntomas. Para saber si una embarazada tiene más o menos riesgo de sufrirla, hay que atender a su situación previa.
Para ello, los profesionales cuentan con “un cuestionario específico diseñado por Aaron T. Beck (psiquiatra, investigador y fundador de la Terapia Cognitiva), llamado PDPI-R” que ha sido validado en nuestro sistema sanitario. Consiste en un “check-list que permite a los profesionales tener información sobre el grado de apoyo con el que cuenta la mujer y los factores de riesgo más importantes”. En su versión prenatal, nos dicen, “cuenta con 32 ítems agrupados en 10 grupos con formato de preguntas sí o no que miden el todos los posibles factores”.
El cribado de depresión perinatal, según el propio Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), nos explican los expertos, “son considerados esenciales en la población en general”. Así, se recomienda su realización general junto al resto de las pruebas obstétricas que se realizan durante el embarazo. Pero, ¿cuáles son estos factores?
Factores de riesgo de la depresión perinatal
“Existe una amplia literatura sobre los factores de riesgo para la depresión perinatal”, nos dicen los expertos, pero todos ellos podrían resumirse en el siguiente cuadro:
Factores demográficos y socioeconómicos
Dentro de estos factores, se encuentran, por ejemplo, la pobreza. Las tasas de depresión perinatal “aumentan hasta un 28% en nuestro país en el caso de las mujeres inmigrantes”. Por tanto, la inmigración es otro factor a tener en cuenta, así como la baja o escasez de formación educativa y un estatus socioeconómico bajo.
Sin embargo, un factor que afecta a todas las mujeres, independientemente de lo anterior, es un dato demográfico muy importante: “la edad materna, cuando son demasiado jóvenes o demasiado mayores”.
Factores psicológicos y psiquiátricos de la mujer embarazada
Conocer el historial de la paciente es clave, pues tienen mayor riesgo aquellas con un “historial familiar o personal de depresión y ansiedad”. Pero también, otros factores psicológicos, como “un gran perfeccionismo o el neuroticismo” (cuando una persona reacciona de manera intensa y muy persistente ante estímulos externos). Tener antecedentes de abuso de sustancias o un grave trastorno del sueño también nos puede predisponer a ello. Así como ser una persona de baja autoestima.
Factores obstétricos y ginecológicos
En la gran mayoría de las ocasiones, existe un historial de abortos previos al embarazo, pero también el miedo al parto o el conocimiento de un embarazo de riesgo, así como complicaciones obstétricas durante la gestación que aparezcan con fiebre e infecciones. Además, un diagnóstico perinatal de malformación del bebé, discapacidad o enfermedad grave también puede desencadenar una depresión perinatal.
Factores relacionados con el apoyo social
En este caso, las preguntas que se realizan en el test y que pueden influir en la depresión perinatal es el bajo apoyo emocional e instrumental que reciba la propia embarazada, no solo por parte de su entorno, sino también de las propias instituciones y organismos de salud pública. En el caso del apoyo de su entorno, “es muy destacable la interacción hostil con la propia madre”, un factor importante.
Eventos vitales estresantes
Por último, no debemos olvidar que si el apoyo social es importante, la vida familiar lo es aún más. Por ello, “la pérdida reciente de un familiar”, por ejemplo, puede ser un factor desencadenante de una posible depresión perinatal. Pero también la posible existencia en el hogar de violencia de género, una situación continuada de desempleo dentro de la familia y un embarazo no aceptado, “ya sea por ser traumático (una violación) o accidental”.