El estreptococo del grupo B (en términos médicos, estreptococo agalactiae, EGB) es una bacteria que puede colonizar el tracto genital y gastrointestinal. Es una bacteria de las denominadas ‘buenas’ en adultos sanos. También puede estar presente en el tracto respiratorio de niños y adultos.
El problema está en adultos con algunas enfermedades, como la diabetes, y en recién nacidos. Cuando llega el embarazo hay que determinar si la mujer es portadora para poner las medidas necesarias que impidan la transmisión al niño durante el parto. De ello nos habla la Dra. Isabel Rodríguez-Piñero, ginecóloga de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional de Madrid.
¿Es muy frecuente en el embarazo?
Tal como indica la experta, en España, la tasa del colonización materna, ya sea vaginal o rectal, está en torno al 10-30% de las gestantes. No obstante, en las últimas décadas se ha observado un descenso en su incidencia, tanto en Europa como en Estados Unidos y otras zonas.
La colonización por estreptococo del grupo B “no produce ningún síntoma, por lo que hacemos cribado a todas las mujeres embarazadas”, apunta la Dra. Rodríguez-Piñero. Así, el cribado se lleva a cabo mediante la toma de exudado vaginal y rectal entre las semanas 35 y 37 de embarazo.
Con esta prueba se detectará si la gestante es portadora o no y, si lo es, se tomarán las medidas oportunas para evitar la transmisión al bebé durante el trabajo de parto.
¿Hay que seguir alguna precaución especial en el embarazo?
Por el momento, no hay ningún tratamiento eficaz “para erradicar el estreptococo en aquellas madres portadoras durante el embarazo. No hay nada que puedan hacer o que no deban hacer para erradicarlo”, subraya la ginecóloga del Hospital Ruber Internacional de Madrid. El foco está puesto, entonces, en evitar la transmisión al recién nacido.
No obstante, durante el embarazo el estreptococo B puede provocar algunas situaciones como las que detalla la Dra. Isabel Rodríguez-Piñero:
- Bacteriuria asintomática (bacterias en la orina que no dan síntomas).
- Infecciones de orina.
- Infecciones intrautero (corioamnionitis).
También se pueden producir infecciones durante el posparto, como infección de la herida quirúrgica o bacteriemia. La bacteriemia es la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo, con los riesgos que esto conlleva.
¿Cómo se evita el contagio en el parto?
La medida más efectiva para que la madre no transmita a su bebé el estreptococo del grupo B en el momento del parto es una profilaxis antibiótica. Se administra a todas las madres portadoras por vía intravenosa, “y por lo menos cuatro horas antes del parto para que sea efectivo”, señala la experta.
Pero además de a todas las pacientes cuyo cribado vagino-rectal ha dado positivo, este tratamiento antibiótico también es recibido en los siguientes casos:
- Mujeres con urocultivo positivo para estreptococo B durante el embarazo.
- Prematuridad con cribado desconocido. Se administra cuando el bebé nace antes de las 35 semanas de gestación y a la madre no se le ha podido hacer el cribado.
- Fiebre materna durante el parto.
- Antecedentes de hijo con sepsis neonatal.
- Bolsa amniótica rota más de 18 horas.
Los peligros del contagio en el bebé
A veces esta profilaxis antibiótica no se administra, o bien porque el parto se desencadena de manera muy rápida y no da tiempo, o por otros motivos. En ese caso, cuando la madre es portadora, “el recién nacido está en riesgo de infección neonatal y deberá ser estrechamente vigilado”, advierte la ginecóloga.
El recién nacido podría sufrir una infección temprana o una infección tardía. “La infección temprana puede manifestarse como sepsis, meningitis o neumonía”, alerta. En más del 90% de los casos en que ha habido transmisión del estreptococo B madre-hijo hay signos de infecicón precoz en las primeras 24 horas. “Es importante destacar que aquellos recién nacidos cuyas madres han recibido profilaxis antibiótica tienen menor riesgo de sepsis, necesidad de ventilación mecánica o bacteriemia”, comenta la Dra. Rodríguez-Piñero.
En la infección tardía del bebé, las manifestaciones son bacteriemia sin foco, aunque también puede manifestarse como meningitis.
Se trata, por tanto, de una situación que conviene evitar al máximo haciéndose los controles a partir de la semana 35-37 de embarazo que van a detectar la presencia del estreptococo B. Nada más ingresar para dar a luz es una circunstancia que los médicos tendrán en cuenta para administrar el antibiótico en los plazos aconsejados.