Cuando nos disponemos a confeccionar la maleta de nuestras vacaciones en lo primero en lo que pensamos es en sí nos entrará o no toda la ropa, si debemos dejar algún par de zapatos en tierra o si estamos cargando con demasiados “por si acaso” que, finalmente, se descubrirán como innecesarios. Cuando hay niños o bebés en casa, las preguntas aumentan aún más y nos ponemos a dividir el mundo entero entre lo imprescindible y lo prescindible. Un indispensable, sobre todo si tu hijo no tiene más de 2 años, es el carrito del bebé. Aunque seas un claro defensor y amante del porteo, cuando el bebé ya no es un recién nacido pesa bastante y cargar con ese peso durante horas puede jugarte una mala pesada . Sí, puede ser que el segundo día el dolor de espalda sea tan intenso que estés deseando volver a casa. Pero no solo tú, sino él también, que agradecerá tener un rato libre del calor de papá o mamá para dormir su siesta, sin que tengáis que volver al hotel.
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Ahora bien, no todos los lugares son aptos para ser recorridos con un carrito de bebé, o sí. Todo depende de si llevas contigo el más adecuado o no. De todas formas, lo más recomendable es llevar ambos sistemas de transporte: la mochila de porteo y el carrito de bebé. Cada uno tiene sus ventajas y desventajas, pero su combinación es quizás la mejor elección. Además, en el carrito podrás llevar también todas sus cosas. Te contamos cómo elegirlo para que, en vez de complicarte el viaje, te lo facilite.
¿Qué tipo de carrito de bebé debemos elegir para viajar?
La elección es totalmente personal y dependerá en gran medida, entre otras muchas cosas, de un factor económico. Pero si tienes cierto presupuesto, quizás puedas valorar estos consejos que te damos para hacerte con otro más manejable o ligero que te permita acceder incluso a aquellos lugares más complicados de tu viaje.
- La primera número uno es que el carrito que lleves contigo sea: ligero, plegable y resistente.
- Con lo que respecta a su plegado, que casi todos los carritos ya se pliegan, lo mejor es que lo puedas hacer con una sola mano, por si en la otra tienes a tu bebé. Es más, existen modelos que cuentan con un sistema adaptado a la cabina del avión y que no tienes ni que facturar ni que dejar en la puerta del avión. Ten en cuenta esto si viajas mucho en este tipo de transporte, quizás te compense.
- El manillar, si puede manejarse con una sola mano, también es mejor, por el mismo motivo que en el caso anterior. Además, que sea regulable, para ir más cómodos en caso de os turnéis para llevarlo.
- Aunque hemos dicho que sea resistente, si tiene algún sistema de suspensión en las ruedas, mucho mejor. Te permitirá avanzar de una manera más sencilla por todo tipo de terrenos.
- De las ruedas depende en gran medida el confort del bebé y llegar al límite de vuestra paciencia o no. Las ruedas grandes hinchables son buenas para todo tipo de terreno -adoquinado, campo o playa-, aunque puedes sufrir algún pinchazo y, en este caso, deberás arreglarlo con parches. Las ruedas rígidas no suelen dar estos problemas, pero solo son recomendables si los terrenos son lisos, además de que ocupan muy poco plegados. Y, por último, las ruedas rellenas de goma se sitúan a medio camino entre ambas.
- Algo en lo que no reparamos, pero también es importante, porque en vacaciones podemos despistarnos: que tenga freno de bloqueo.
- El peso ideal se sitúa entre los 6kg y los 7kg. Un objetivo complicado de llegar, pero que muchas marcas ya han conseguido.
- En cuanto a su seguridad, basta con que cuente con un sistema de arnés de cinco puntos, por si los terrenos son un poco abruptos.
- Capota extensible y transpirable, sobre todo ahora en verano y si tu destino os lleva a tener que estar muchas horas bajo el sol sin ninguna protección, que sea esta la que incorpore protección solar. Si podéis contar además con una sombrilla, mejor.
- Y la silla reclinable, para garantizar el descanso del bebé cuando él lo necesite.
- Invierte en una funda lavable y transpirable, que no le dé mucho calor a tu bebé. Sobre todo, si vuestro viaje es de larga estancia. Y si la silla no es muy acolchada, suplirlo con la propia funda.
- Además de la funda, un extra es que tenga una cesta bastante amplia. Es preferible llevar ahí todas las cosas del bebé que en un bolso colgando del mango.
Otras consideraciones a tener en cuenta
Además de estos consejos para saber elegir la silla más adecuada para tu viaje, hay otras cosas que debéis considerar. Por ejemplo, si vais a viajar mucho o no, porque en el primer caso, en el que viajar es casi vuestro modo de vida, quizás os convenga la elección de una silla evolutiva . Hay carritos que ya son aptos para esto desde el nacimiento, que combinan la silla del coche con el capazo y la posterior silla de paseo. Pero, si no es vuestro caso, basta con contar con tu carrito habitual y una silla de paseo ligera que utilicéis específicamente para viajar y que reúna todas las características anteriores.
Por último, si tenéis dos bebés de edades muy similares, podéis optar por un carrito doble en vez de dos. Muchas veces depende del espacio que tengáis en el maletero o de si vais en otro medio de transporte como el avión en el que tendréis que rodar con maletas y carritos. En este caso, lo más recomendable es elegir uno ligero que no sobrepase de los 10 o 12 kg, con los asientos situados uno detrás de otro y no en paralelo, para facilitar que el carrito quepa tanto en los compartimentos y maleteros, como en los lugares que vayáis a visitar.