Este pasado fin de semana nos hemos dado cuenta. Es tiempo de piscina y de playa, sobre todo, para los que más suelen disfrutar de ellas: los niños . Aunque, en realidad, las ganas de ponernos un bañador y pasar horas en el agua las teníamos todos. Ha llegado el momento y, para no aburrirnos, lo mejor es hacer acopio de los accesorios más divertidos. La toalla la tienes, la sombrilla y el bronceador también, revisa las chanclas e incluye algún juguete que se adecúe, no solo a la edad de tus hijos, sino al medio al que váis a ir (no es lo mismo una playa desértica sin oleaje que una piscina repleta de vecinos). Te dejamos una selección para que podáis jugar en familia, para poneros un pequeño reto de buceo o para comenzar, por qué no, un partido de baloncesto acuático.
Aros sumergibles multicolores
Uno de los juegos más clásicos en la piscina (en el mar se complica) es el de recoger aros de colores del fondo. Para ello necesitamos una piscina un poco profunda y que los niños sepan bucear sin problemas, además de extremar en este caso la vigilancia. Se trata de lanzar las anillas y cuando estas hayan llegado al fondo, comenzar a buscarlas. Escoge unas que tengan un tamaño que les permita a tus hijos nadar libremente, introduciéndose sin problemas en sus brazos y de diferentes colores.
Edad recomendada: a partir de 6 años.
Una regadera para los más pequeños
A los más pequeños de la casa les encanta jugar con chorros de agua que vayan cayendo por su cuerpo. En la cabeza, lo mejor es ir poco a poco. Por eso, uno de los mejores accesorios que incluir en tu bolsa de playa o piscina es una pequeña regadera que, además, te servirá para jugar, por ejemplo, construyendo castillos de arena. Nos vale también para usarla en la bañera o el jardín. Esta tiene dos zonas para verter agua: un pico vertedor y unos agujeros para esos chorritos de los que hablábamos. Está fabricada en plástico libre de BPA y ftalatos con capacidad para 1 litro.
Edad recomendada: a partir de los 2 años.
Juguetes de baño sensoriales
No solo para la hora del baño, sino también para llevarlos contigo a la piscina son los juguetes sensoriales de plástico, libres de BPA, como estos. Un set de animales marinos (la temática es importante) con los que aprender qué especies se esconden debajo del agua -tiburón, pulpo, caballito de mar, estrella de mar, ballena, un coral y un pez dorado-, al mismo tiempo que nos enseñan diferentes texturas, lo que fomenta el desarrollo de las habilidad motoras y la coordinación mano-ojo.
Edad recomendada: a partir de 0 años.
Canasta de baloncesto hinchable
Practicar deporte durante el verano y mantenerse activo es algo importante, pero podemos aprovechar las altas temperaturas y la opción de sumergirse en el agua para practicarlo en una piscina o en la playa (siempre que el oleaje nos lo permita). Hay multitud de opciones, como las redes de voleibol, pero la que más nos ha gustado es la de esta canasta hinchable que nos permite echar un partido en familia.
Edad recomendada: a partir de los 3 años.
Caña de pescar y sus patitos
Un juego estupendo para jugar en familia o con los amigos, pues al tener dos cañas nos permite crear una competición o pescar de manera colaborativa. Además, los patitos de goma son fáciles de agarrar, con lo que hasta los brazos más inexpertos podrán coordinarse para conseguir capturarlos. Están fabricados en plástico libre de BPA y madera, con lo que tendrás que secarlo bien después de cada baño.
Edad recomendada: a partir de los 2 años.
Un barco pirata sumergible
Con este juguete, compuesto de un temible barco pirata y dos bolas, se ejercita la imaginación, se exterioriza la percepción de la realidad y se aprenden muchas acciones diferentes. Se pueden lanzar chorros de agua, abrir trampillas, girar la calavera o deslizar las bolas por el tobogán. Los niños aprenderán a jugar con él por imitación desde pequeños y fomentarán la coordinación ojo-mano, la motricidad global y comprenderán la relación causa-efecto.
Edad recomendada: a partir de 6 años.
El hinchable veraniego y familiar
Bien es cierto que los flotadores en sí no son lo más recomendable para los niños pequeños , salvo que estemos hablando de uno como estos en los que no existen agujeros y han sido diseñados para que la familia pueda jugar junta y, además, los niños ya saben desenvolverse a la perfección. Los hay enormes, con figuras variadas, pero el que más triunfa desde hace unos años es el que tiene forma de flamenco. Si os hacéis con varios, podéis rivalizar en una carrera por toda la piscina, ejercitando los brazos y las piernas.
Edad recomendada: a partir de los 3 años.
Un tiburón lanzador de agua
Al margen de las típicas pistolas de agua, podemos optar por un juguete cuyo objetivo es el mismo, lanzar agua, pero con otro diseño muy diferente. Como es el caso de este tiburón que dispara un suave chorro de agua hacia delante. Además, es muy fácil de utilizar por las manitas de los niños, porque simplemente se ha de colocar en el puño y apretar para que salga el agua.
Edad recomendada: a partir de los 5 años.
La omnipresente pistola de agua
Puede que este juguete sea el rey del verano entre todos los niños y niñas del mundo. No hay fiesta en la piscina sin ellas, rivalizando directamente con los globos de agua. La más súper ventas de todas ellas es la Nerf, que este año se reinventa con el modelo SuperSoaker HydroFrenzy, con dos tubos en el cañón y una boquilla ajustable para cambiar la forma en que sale el agua. Son dos chorros paralelos que llegan a todas partes y pueden dejar a tu rival empapado.
Edad recomendada: a partir de 8 años.