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El verano es una época maravillosa para nuestros hijos. ¿Quién no recuerda los veranos de su infancia ? Pero lo cierto es que hay determinados accidentes infantiles que amentan durante estos meses y, es por eso que creo debemos recordar estos prácticos consejos para evitar sustos innecesarios.
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Recordemos que los accidentes infantiles suponen una de las primeras causas de mortalidad infantil en todo el mundo, y es nuestra responsabilidad cuidar y velar de nuestros niños hasta que ellos sean capaces de hacerlo por sí mismos.
Ahogamientos infantiles, lo que más tememos
Cada año tenemos que lamentar la muerte por ahogamiento de entre 30 y 40 niños en playas, piscinas, ríos y pozas. Hay que tener siempre presente que debemos estar en el agua con los niños, no vale vigilarlos en la distancia. Tened en cuenta que en menos de un minuto se ahoga un niño y que en tan solo un palmo de agua se ahoga un niño de 2 años al caerse y no ser capaz de levantarse. Además, este tipo de ahogamientos es lo que llamamos “silencioso”: ni chapotean ni agitan los brazos ni piden ayuda, simplemente, se hunden. Es por ello que, si ellos están en el agua, nosotros también.
Además, el móvil es el enemigo número uno de playas y piscinas ; en menos de 30 segundos -que es el tiempo que tardamos en contestar un mensaje o entramos en las redes sociales-, podemos sufrir un accidente de este tipo. Y os garantizo que esto ocurre cada verano.
¿Qué tipo de sistema de flotación son los más recomendados?
Los sistemas de flotación más seguros son los chalecos homologados, pero siempre en niños mayores de 3 o 4 años, comprobando siempre previamente que, al ponérselos y meterles en el agua, flotan y no se van hacia delante. Evita los típicos flotadores, son muy peligrosos si se voltean. Y si tienes la posibilidad de poner una valla a la piscina, ni te lo pienses, evitan hasta el 75% de los ahogamientos en niños.
Otros accidentes típicos del verano en la playa o la ciudad
Y, si nos pica una medusa, ¿qué hacemos?
Si nos pica una medusa, mis recomendaciones son las siguientes:
- Nunca te rasques o te frotes, ni con tu mano, ni con toallas o arena, solo conseguirás empeorarlo.
- Nunca le eches agua dulce, se liberará más sustancia urticante. Por tanto, mejor agua salada. La zona ha de ser lavada con agua del mar.
- Intenta retirar los restos con pinzas o con un plástico (una tarjeta de crédito, por ejemplo).
- En el caso de los niños pequeños, que tienen reacciones más importantes, consulta con el pediatra si la lesión es amplia. Cuidado además con alérgicos a otras sustancias -como animales o alimentos-, puesto que pueden reaccionar de una forma más intensa.
- Desinfecta las lesiones con un antiséptico, como la Clorhexidina o Betadine.
- Si duele o pica, los antihistamínicos orales, el Paracetamol o el Ibuprofeno puede aliviar.
- La aplicación de hielo (siempre dentro de una bolsa de plástico) durante 15 minutos alivia considerablemente el picor y el dolor.
- Por último, si tiene mareos, náuseas, vómitos, dolor de cabeza o calambres acude al centro sanitario más cercano.
¿Y qué pasa con las bicis, patinetes y skates en verano?
Pues en verano y en invierno, a nuestros hijos les encantan ¿verdad? Y es genial. Ahora bien, el uso de casco no se negocia bajo ninguna circunstancia. El casco salva vidas, tenedlo siempre presente. Hasta la caída más insignificante de un niño sobre su bicilecta puede causara un traumatismo craneoencefálico grave.
Por último, ¿qué debemos tener en cuenta estos días que traen temperaturas muy altas?
Mis recomendaciones ante estos días de calor son, sobre todo:
- Ofrécele agua con frecuencia a tu hijo. Si es un bebé ,el pecho con más frecuencia y, si toma fórmula adaptada, le puedes ofrecer el biberón más a menudo.
- Evita ir a la playa en las horas principales del día: entre las 12h y las 17h. Los niños son especialmente sensibles al calor.
- Usa protector solar 50+ cada 2 o 3 horas. Recuerda que de 0 a 2 años han de ser de filtros físicos o minerales y a partir de los 2 años ya podemos usar los protectores solares infantiles con filtros químicos.
- Protege su cabeza con un gorrito.
- Nunca dejes a tus hijos en el interior de un coche. La temperatura sube muy rápido en su interior y es extremadamente peligroso.
- Nunca tapes el capazo o carrito del bebé con una muselina: la ausencia de ventilación y las altas temperaturas exponen a tu bebé a sufrir un golpe de calor.
Y para terminar, el consejo más importante de todos: disfruta del verano intensamente.