Niña haciendo deberes©AdobeStock

Psicología

‘¿Y si estoy siendo demasiado exigente con mis hijos?’

Enseñarles a aceptar los errores o situaciones complicadas que les pueda presentar la vida, y apoyarles siempre ante los fracasos con todo nuestro amor y cariño, será la mejor forma de evitar que nuestros hijos sufran frustraciones y autoexigencias innecesarias, que pueden derivar en problemas más graves como la ansiedad o la depresión.

Una de las mayores ilusiones y también necesidades de los niños es ser aceptados por sus padres y no decepcionarles. Esto aplicado a las actividades cotidianas como que el niño obedezca, se vaya a dormir a su hora o coma toda la comida del plato es algo considerado como ‘normal’ o dentro de las normas. Pero, ¿qué pasa cuando se convierte en algo obsesivo?, ¿qué pasa cuando el niño complace continuamente a los padres? Pues es entonces cuando aparecen las ‘autoexigencias’ impuesta, en muchas ocasiones, por los progenitores, y sin ni siquiera darse cuenta.

Según los expertos el querer siempre la perfección y ser complaciente con los demás, especialmente con los padres, puede traer consecuencias negativas en el desarrollo del niño. “Cuando hay exigencias en la crianza, los niños pueden tener síntomas de ansiedad e, incluso, depresión porque para ellos ser aceptados por los padres es una necesidad”, nos cuenta Paula Cuello, psicóloga especializada en familia, niños y psicoterapia infantil en Proyecto Creces (@proyectocreces).


Cómo detectar si estás siendo muy exigente con ellos

Como padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos y, es por eso que a veces podemos traspasar límites sin darnos cuenta de que, quizás, estemos pidiéndoles demasiado, más de lo que pueden darnos en esa etapa de su vida o en ese momento evolutivo. La psicóloga infantil nos da una serie de claves para saber detectar si estamos exigiéndoles mucho:

  • Cuando el niño presenta inseguridad en sí mismo y miedos constantes de experimentar cosas nuevas o ponerse a prueba. Temor de socializar o tener iniciativas en la socialización con otros niños.
  • Se juzga a sí mismo. “Algunos niños muy presionados pueden tener autoconcepto negativo y hablar mal de sí mismos, son muy autocríticos y también críticos con los demás”, explica la experta.
  • Poca tolerancia a la frustración. “No se permiten errar y tienen reacciones emocionales exageradas cuando no pueden lograr algo que se proponen”.
  • Síntomas de ansiedad en general. “Por ejemplo, escribir o dibujar y borrar constantemente, ansiedad en su cuerpo, llanto fácil y otros síntomas de ansiedad”, especifica.
Niña triste©AdobeStock


Cómo hacer que aprendan a fracasar sin frustrarse

Que tu hijo se autoexija demasiado es consecuencia de una crianza algo cuestionables por parte de los padres (a veces inconscientemente), y ¿cómo podemos liberarle de ese peso? Dejándole cometer errores. Aprender a fracasar es tan importante como los triunfos y logros que alcance por lo que, ¡déjale que se equivoque! “Es importante dejarlos cometer errores, que ellos mismos se pongan a prueba, dejarlos experimentar las cosas más cotidianas de la vida. Cuando ocurra un error o tropiezo no hay que regañarles, cuestionarles, culparles ni castigarles sino apoyarles e incentivarles a que sigan mejorando. También siempre hay que reconocer y marcar lo que hicieron bien. Y en el caso de que el niño tenga un éxito, pero alguna parte de ese éxito salga mal, siempre hay que incentivarles a que sigan haciéndolo mejor de forma positiva”, nos explica.

Pero, atención, no se trata de provocar esas situaciones, es decir, ponerles a prueba a propósito para enseñarles cómo asumir los fracasos. “La vida y las acciones más cotidianas nos presentan todo tipo de logros y fracasos diariamente. A veces, límites que son claros y a los cuales los niños se deben enfrentar. Si los padres tratan de prohibir esos límites o tratan de aislarlos de ellos, no van a aprender. Es bueno que experimenten todo lo que se les presente en la vida como algo normal y esto, es necesario para que acepten los errores”, asegura la psicóloga.

Y, además, la experta pone especial énfasis en recordarnos que “la presencia motivadora de los padres siempre es imprescindible”. Demostrarles y manifestarles que, a pesar de sus fracasos siempre “les amaremos, les apoyaremos y estaremos a su lado”.


Consejos para evitar exigirles más de lo que nos pueden dar

Para finalizar, la experta nos da una serie de consejos para saber cómo actuar y así, evitar frustraciones y ansiedades innecesarias tanto para los papás como para los niños:

  • Conocer lasetapas del desarrollo general de los niños. “Si conocemos lo esperado para cada edad, podremos comprender por qué les cuesta hacer o lograr algunas cosas más que otras y podremos respetar el desarrollo natural en las diferentes áreas”.
  • Enfocarse en crear vínculos afectivos saludables, llenos de aceptación, de amor y cercanos más que en la disciplina. “Un niño o niña lleno de amor, seguramente será feliz y podrá lograr todo con mayor facilidad, además su salud mental depende de ello y el éxito que puedan tener en el futuro también”, aconseja la experta.
  • Buscar ayuda profesional. “Lo más saludable es que los padres que sientan que están siendo muy exigentes con sus hijos, consulten con un psicólogo infantil o experto en crianza, además de hacer psicoterapia individual para abordar las razones de la exigencia”, concluye la psicóloga.
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