Preparar la maleta de nuestro bebé se puede convertir en una tarea ardua. Si ya de por sí hacer la nuestra nos da mucha pereza, pensar en todo lo que puede necesitar nuestro hijo cuando nos vamos unos días fuera de casa puede acabar con nuestras ganas de vacaciones . Y para unos días que tenemos, hay que disfrutar desde el momento en el que nos ponemos en marcha. Para no cansarnos antes de tiempo y que el hacer maletas no se convierta en un infierno, te vamos a desvelar un primer gran secreto: no, no necesitas todo lo que has anotado para tu bebé en tu cabeza .
Entonces, ¿qué es lo que sí y lo que no necesitamos? ¿Qué es prescindible y qué recomendable? De la mano de Lourdes Pérez Román (@viajandodo), que acaba de publicar su primera Guía para viajar con tu bebé (Aurun Volatile) y tiene una amplia experiencia en hacer y deshacer maletas, vamos a decirte qué tienes que tiquear y qué debes borrar en esa larga lista que seguro ya has confeccionado.
Cuantas menos maletas, mejor
Uno de los primeros consejos que nos da Lourdes Pérez es el de intentar disminuir al máximo el número de maletas que llevamos con nosotros. Aunque viajar con un bebé “implica tener que llevar más cosas que antes, sobre todo los primeros meses”, no hay que volverse loco. Para empezar, el número de maletas y su tamaño van a depender del medio de transporte elegido para viajar. Si se va en coche o en tren, se puede ser un poco más laxo a la hora de hacer el equipaje, pero en avión, por ejemplo, hay que ser mucho más exhaustivo. Aquí, nos dice la experta, “es donde hay que empezar a pensar de modo práctico”.
Teniendo en cuenta que un bebé no puede cargar con su propia maleta, lo mejor es llevar una grande para todos y luego una bolsa de mano o un par de ellas con lo que se vaya a necesitar durante el viaje. Y es que a las maletas hay que sumar el carrito del bebé, los brazos para llevarle encima y pasar el control, etc. Por ello, su consejo es maximizar el tamaño de la maleta pero disminuir el número de ellas.
La ropa de tu bebé, algunos ‘por si acaso’
En el caso del bebé, “sí que es importante poner un poco de más y no de menos; pero esos ‘por si acaso’ no deben obsesionarnos”, nos explica la experta. Lo mejor es hacer una lista con lo necesario y, a partir de ella, estimar un poco más de ropa, marcando qué es lo que lleváis de más para tenerlo controlado. Te darás cuenta de que tú, como adulto, no necesitas llevar tanto como llevabas y podrás reservar ese espacio para tu bebé.
Con respecto a la ropa, tiene que estar adaptada, sobre todo, a la climatología y destino. Mírate qué tiempo hará unos cuantos días antes, organizar más o menos el plan que tenéis cada día (esto es indispensable; con un bebé no hay mucho sitio para las sorpresas) y crea un conjunto para cada momento. Aunque sea verano, lleva siempre algo de abrigo, calcetines o alguna manga extra. El aire acondicionado puede ser muy traicionero. Y la ropa para dormir lo más cómoda posible, que no están en su medio habitual.
La comida del pequeño
El tema de la comida depende, los primeros meses, del tipo de lactancia que estemos ofreciendo a nuestro bebé y, de nuevo, del destino. Si conocemos un poco el lugar al que vamos, no es necesario cargar con comida para todos los días. Basta con incluir la necesaria para los primeros y después comprarla allí. Además, es algo que pondremos en nuestra bolsa de mano y no en la maleta, aunque en esta última podemos optar, nos dice la experta, “por incluir algún accesorio extra que nos ayude (como las bolsas de esterilización) o un poco más de cantidad”.
¿Cosas a incluir? Biberones, termo para leche o para comida, dispensador de leche en polvo o para llevar pequeños snacks para tus hijos, la leche de fórmula si ofrecéis lactancia artificial, el sacaleches por si se salta alguna toma, bolsas esterilizadoras (son muy útiles y ocupan muy poco) y las herramientas que utilices normalmente para limpiar bien los biberones.
En la bolsa de mano, algunos ‘items’ de urgencia
En el equipaje de mano es importante que llevéis, sobre todo, lo que vayáis a necesitar los dos o tres primeros días. Si viajáis en avión y perdéis la maleta, lo agradeceréis. Pero además de ello, nuestra experta nos recalca varios puntos:
- En cuanto a la ropa, poner dos o tres mudas de más por si el bebé se mancha. Además de algo de abrigo y una manta por si acaso.
- Incluir un fular de gasa para quitarles la luz cuando se queden dormidos.
- En cuanto a la comida, de nuevo, la necesaria para esos dos o tres primeros días, además de la del viaje. Si necesita biberón, agua suficiente. No hay restricciones en los controles de los aeropuertos si es para el bebé y si es una cantidad adecuada.
- El chupete y los mordedores, además de unos cuantos juguetes y variados, los niños se aburren con facilidad. “Lo mejor es que ocupen poco espacio y que no sean ruidosos”, para que puedan utilizarlos en cualquier sitio, nos dice la experta.
- Un cambiador portátil que te acompañe ya durante todo el viaje.
- Un pequeño botiquín con gasas esterilizadas, suero, repelente de insectos, crema solar y los medicamentos que uséis habitualmente, además de un termómetro.
El neceser con todos sus productos
Un neceser completo para nuestro bebé es importante, pero no hay que volverse loco para llenar la maleta de pañales. Como con la comida, salvo que vuestro hijo tenga alguna necesidad específica, lo mejor es poner una cantidad suficiente para los primeros días y adquirir el resto en destino. Así evitaréis cargar con todo el paquete.
¿Cosas a incluir? Su gel y champú específico, crema hidratante y crema para el pañal, tijeras para cortar sus uñas (que crecen muy rápido y pueden arañarse), su peine y colonia, cepillo y pasta de dientes si ya le han salido sus primeros dientes, además de toallitas. Dependiendo de los días que vayáis, podéis guardarlo todo en botes de 100ml, pues ellos no gastan una gran cantidad de producto y, así, llevarlo con vosotros en la maleta de mano. Incluir aquí el detergente específico que utilicéis para limpiar los utensilios de comida.
La poca documentación que tienen
Si cogéis el avión o viajáis a un sitio en el extranjero, necesitaréis llevar con vosotros el DNI del bebé o su pasaporte. Tened en cuenta que el libro de familia ya ha desaparecido en nuestro país. Además, lleva siempre la cartilla de vacunación, su historia médica si lo consideráis necesario, la tarjeta sanitaria y los papeles del seguro de viaje que tengáis. Cuando son más mayores pueden responsabilizarse de sus propias cosas, pero esto es mejor que lo lleve uno de vosotros encima.
Los accesorios imprescindibles
El tema de los accesorios, nos dice la experta, “es complicado, sobre todo, porque queremos llevar con nosotros lo que estamos acostumbrados a utilizar en nuestro día a día, pero, muchas veces, no es necesario”. Por ello, entre los imprescindibles, ellas nos enumera los siguientes:
- La mochila o fular de porteo: adaptada a su edad, peso y altura, puede serte de gran ayuda para seguir el ritmo de las actividades que realicéis durante vuestras vacaciones. Además, nos dice la experta, “los bebés suelen adaptarse a todo, pero si perciben que no están en un lugar que conocen, pueden necesitar de la cercanía de sus padres”.
- El carrito del bebé: aunque no todos los lugares son aptos para ir con carrito, tu espalda lo agradecerá. El bebé también te dará las gracias cuando se quede dormido, haga mucho calor y pueda descansar mejor en su carrito.
Los accesorios que no son necesarios
Por otro lado, los accesorios que pueden hacerte el viaje mucho más cómodo o sencillo, pero que si tienes problemas de espacio es mejor que dejes en tierra son, según nuestra experta:
- La silla del coche: siempre se puede alquilar en destino, junto al coche y, aunque os cobren por ella, os ahorráis el tener que comprar un asiento extra para llevar a tu bebé (si es menor de dos años) o cargar con ella y que cuente como una bulto más a bordo.
- La sillita de senderismo: estos sistemas, nos dice la experta, “están concebidas para la fase activa del niño, con lo que si se duerme, por ejemplo, no nos sirve”, por tanto, es un elemento prescindible.
- La cuna de viaje: de nuevo, hay muchos hoteles y apartamentos que ya ofrecen la opción de alquilarla o la incluyen sin coste adicional.
- La trona del bebé: el carrito de nuestro bebé puede servirnos de trona durante estos días.
- La hamaca: es quizás uno de los elementos más prácticos que tenemos en casa, pero para cargar con ella no lo es, con lo que estos días es mejor dejar que el bebé juegue en la cama o en la cuna.
- La bañera del bebé: podéis bañar al bebé en brazos o, en su caso, llevar con vosotros una bañera hinchable que ocupe poco espacio o, incluso, una piscina hinchable.
La visita al médico 15 días antes
Por último, aunque no forme parte del equipaje que tenemos que llevar con nosotros, es muy importante organizarse para llevar a nuestro hijo al pediatra, al menos, 15 días antes y comunicarle nuestro viaje. ¿Por qué? Porque en algunos destinos son necesarias vacunas que quizás nuestro pequeño no tenga y para llevarlas con toda su efectividad necesitan al menos esos días para ello. Sin embargo, nuestra experta nos amplía la previsión hasta las ocho semanas antes.
Y es que el viaje se convierte en un “motivo para revisar las vacunas y sus dosis, para ver si habrá que adelantar alguna en concreto o determinar si la familia necesitará alguna especial conforme al destino elegido”. Pues según nos marca el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), “un viaje representa un riesgo de poder contraer enfermedades infecciosas y todo bebé, niño o niña que viaje debe llevar su calendario de vacunación al día”. Además, resolveréis todas las dudas que os surjan.