El verano marca el fin del curso escolar y los más pequeños terminan, no solo sus clases en el colegio, sino también sus actividades extraescolares. En muchos casos, estas están dedicadas a un deporte. La práctica de ejercicio físico es fundamental en la rutina diaria de cualquier niño y retirarla por completo durante el verano puede llevarles, por ejemplo, a consumir más pantallas. Algo que no queremos.
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Por eso, es importante que se mantengan activos y seguir practicando deporte es una muy buena alternativa para conseguirlo. No tiene por qué ser el mismo deporte al que le hemos apuntado durante el curso escolar (si practica alguno), y podemos aprovechar además el buen tiempo para que lo realicen en un espacio abierto. Te contamos todos los beneficios de que tus hijos practiquen un deporte al aire libre y cuáles de ellos están más indicados para su edad.
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Beneficios de practicar deporte al aire libre
Según los últimos datos, los deportes al aire libre (solo en adultos) ha aumentado un 80% desde que se inició la pandemia. Entre los que más han crecido están el senderismo, el running y el ciclismo. Tres actividades repletas de beneficios para nosotros -disminución del estrés, mejora de la memoria (el cerebro se oxigena mucho mejor), conseguimos un mejor descanso y fortalecemos los músculos y los huesos, entre otros muchos-, que también se producen en los niños. Entre ellos, destacan:
Se estimula su creatividad, su memoria y su concentración.
Se explora el mundo desde otra perspectiva, con lo que, además, se fomenta su autonomía.
Se favorece su socialización y encontrarse con otros entornos de comunicación; más si es un deporte en equipo.
Les proporciona una sensación de más relajación y libertad que la práctica deportiva en interior. El sol, como sabemos, nos hace generar más dopamina, liberar endorfinas y serotonina, lo que nos genera una mayor felicidad.
Por todo esto, el verano es estupendo para intentar buscar una actividad deportiva al aire libre para nuestros hijos. Por supuesto, teniendo en cuenta sus gustos y que se divierta. Te contamos cuáles son los más recomendados por pediatras y expertos.
Senderismo
Caminar es la actividad más recomendada por los médicos, tengas la edad que tengas. Si necesitas activarte, lo primero que te dirá es: ¡camina! Es una actividad que los más pequeños pueden realizar sin problema y a la que, además, se puede unir toda la familia. Lo mejor, aprovechando el verano, es entrar en contacto directo con la naturaleza, en un parque, en el campo o siguiendo alguna ruta de montaña adaptada a su edad. Lo recomendable es marcar la ruta con anterioridad, atender al nivel de la misma y determinar la distancia, teniendo en cuenta la capacidad de los más pequeños. Y los escenarios, como hemos dicho, son infinitos, ¡se puede hasta descubrir la ciudad! Se activa el metabolismo, se fortalece el tren inferior y, a la vez, uno se relaja.
Ciclismo o montar en bicicleta
Entre los 5 y los 7 años de edad, puede ser muy interesante el ciclismo. Con este deporte, además de mantenerlos activos, fomentamos su autonomía, les enseñamos el respeto por la naturaleza y podemos convertirlo en un plan para toda la familia. Sí, es una actividad deportiva que puede ser compartida porque, de nuevo, es apta para todo tipo de personas y edades. Puede ser la forma de desplazarte este verano por la ciudad o el transporte perfecto para internarse en la montaña. De nuevo, siempre adaptando la ruta. La bicicleta os pondrá a trabajar el tren inferior, pero también los del tren superior y el propio abdomen.
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Escalada
La escalada es una de las actividades deportivas para niños más desconocidas. Quizás, por miedo de los adultos a que sufran algún daño. Pero bien pautada, es muy beneficiosa para la salud y recomendable por la propia Asociación Española de Pediatría (AEP), pues les ayuda a superar los miedos. Además, se trabaja también la autonomía (pues se han de tomar decisiones reposadas), la responsabilidad, la flexibilidad a nivel muscular y la agilidad.
Equitación
Otro de los grandes deportes desconocidos para los niños es la equitación. Y están más que probados sus beneficios, porque además de crear un vínculo entre el caballo y el niño -lo que les ayuda a fomentar la empatía, la solidaridad y la cooperación-, se mejoran las habilidades sociales de los niños más tímidos, suele mejorar su comportamiento y, además, les mantiene activos. Es un ejercicio en el que se desarrolla su musculatura, se fortalecen las articulaciones y se mejora la movilidad y la orientación.
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Voleibol
A partir de los 7 años, los niños han comenzado a desarrollar la visión estratégica y comienzan a entender lo útil que resulta trabajar en equipo, por lo que es una edad estupenda para comenzar con alguna actividad colectiva. Además del baloncesto o el hockey, este verano puede ser un buen momento para que pruebe a jugar al tenis o al voleibol, que, además, puede practicarse en la playa. Al practicarlo sobre la arena, se consigue un mayor control del cuerpo y se trabajará con una resistencia añadida, produciendo un mayor consumo calórico.
Natación
Y si nos trasladamos a la playa, no podemos dejar de lado las piscinas o el propio mar. Y el deporte que mejor podemos practicar en ambos lugares es, sin duda, la natación. Según la Asociación Española de Pediatría los niños a partir de 3 años, que deberían estar activos al menos durante 3 horas al día, pueden comenzar con esta actividad que les permite el movimiento libre y natural. Además, si se comienza desde pequeño, disminuye mucho el número de ahogamientos. Es un deporte estupendo para trabajar todos los músculos del cuerpo y se favorece la coordinación.
Patinaje
El patinaje, aunque requiere un poco más de entrenamiento, es otro de los deportes más recomendados para practicar al aire libre. Cada vez son más los grupos que se forman para su aprendizaje. Mejora el estado físico de los niños aumentando su resistencia aeróbica, fortaleciendo las piernas y, además, desarrollan la concentración, el equilibrio y la coordinación.
Piragüismo
Por último, a partir de los 10 años de edad, la mayoría de los niños ya está preparado para practicar cualquier deporte, gracias al desarrollo motor de su cuerpo. Puede ser un buen momento para plantearle algún deporte con cierto grado de competición o superación, como el piragüismo que, aprovechando el buen tiempo, es ofrecido por muchas escuelas. Es cierto que requiere de una gran resistencia, pero les ayuda mucho al desarrollo de la coordinación, el equilibrio y aumenta su capacidad física.