Alrededor de los cuatro o cinco meses del bebé se produce un acontecimiento importante en su desarrollo: la dentición . Cuando llega este momento, el pequeño suele estar bastante irritado a consecuencia de las molestias que experimenta y masticar algo firme puede ayudarle. Según la Asociación Española de Pediatría, “la pequeña inflamación que se produce con la salida de los dientes es normal y fisiológica”. Para saber cuándo se produce, basta con echar un vistazo a sus encías, estas se enrojecen. Y el malestar, según explican, “puede derivar en una irritación mayor en algunos niños, pero habrá otros en los que no tienes por qué notarlo”. Entonces, la pregunta de muchos padres: ¿son o no necesarios los mordedores?
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No, no son necesarios. Muchos pediatras insisten en que ofrecerles a los niños a los que les están saliendo los dientes un mordedor no tiene por qué aliviar el dolor de manera definitiva, porque al final es poner en contacto la encía dolorida con un objeto, pero hay niños en los que sí se produce esta sensación de alivio. Otra cosa a tener en cuenta, es que los bebés exploran con la boca (sobre todo, a partir de los tres meses) y, para esto, sí que es muy útil un mordedor.
Beneficios de los mordedores
Como hemos visto, su recomendación va más allá de aliviar o no el dolor de las encías del bebé:
- El bebé puede explorar y descubrir su entorno , que es lo que intentan conseguir llevándose todo objeto que encuentran a la boca. De esta manera, puedes satisfacer su curiosidad de una forma segura.
- Fortalecimiento de las manos del pequeño, lo que conlleva un desarrollo de los músculos tanto de las como de los brazos, consiguiendo un agarre más firme.
- Estimulamos los sentidos del bebé, algo importante durante sus primeros meses de vida. Sobre todo, el sentido del tacto, que lo posee desde el momento en el que nace, convirtiéndose en uno de los más importantes durante estos primeros meses. Pero además, si son coloridos, estimulamos también la vista.
- Efecto refrescante y calmante, si el mordedor, por ejemplo, es de los que se mantienen refrigerados.
¿Son seguros los mordedores?
La pregunta de si son seguros o no los mordedores se la hacen, no solo los padres muy a menudo, sino que también ha sido objeto de estudio por los investigadores. De hecho, un estudio realizado por la American Chemical Society de Estados Unidos , que analizó hace unos años distintos productos de puericultura, advertía que muchos de estos productos no están libres de bisfenol-S o bisephenol-F. Estos productos podrían resultar tóxicos, como el conocido bisfenol-A, que ya ha sido prohibido en muchos países por estar relacionado con patologías como la obesidad, la diabetes o los problemas endocrinos. Estos componentes se desprenden poco a poco y puede ser ingerido por el bebé, junto a los líquidos del biberón, por ejemplo, o, como en este caso, al calentar el mordedor con la boca.
Bien es cierto que, advierte el estudio, los niveles encontrados son muy inferiores a los límites reglamentarios actuales, pero también hay que tener en cuenta que estos límites no se establecen pensando en los bebés, cuyo organismo es mucho más sensible. Pero esto no quiere decir que la seguridad que nos da ofrecerle un mordedor a nuestro bebé desaparezca, simplemente que debemos fijarnos en los componentes de su fabricación.
Por otro lado, también dejan de ser seguros, nos advierte esta vez la Asociación Española de Pediatría (AEP) si no son “lo suficientemente sólidos para que no se separen pequeñas partes con las que el niño pueda atragantarse o asfixiarse”. Además, hace un inciso advirtiendo sobre los mordedores con vibración, mordedores habituales que vibran y, con ello, se pretende estimular la circulación de las encías. De ellos, nos dicen, “no existe publicación científica alguna que demuestre las ventajas de este tipo de mordedores, pero sí hay algunas informaciones, no demostradas en trabajos científicos, que hablan de que el nivel de vibración podría lesionar el esqueleto a nivel del cuello y la columna”. Por lo que, teniendo en cuenta estas premisas, no tienen por qué ser peligrosos.
Guía para saber elegir el mejor mordedor para tu bebé
Según nos explica la Dra. Ana Veloso Duran, odontopediatra y colaboradora de Oli & Carol, quienes fabrican mordedores hechos a mano y con pigmentos naturales, “las cualidades que busco siempre en los mordedores son: que sean flexibles, con muchas texturas para tener diferentes experiencias sensoriales, fáciles de agarrar, higienizables y sin agujeros”. A ello, además, habría que sumar:
- Material con el que está fabricado: lo mejor es que estén producidos con materiales naturales, como el caucho, un material que, además, les hace ser flexibles y muy suaves, siendo beneficioso además para las encías de los niños en edades muy tempranas.
- Sin piezas sueltas: para evitar el riesgo de asfixia.
- Peso y tamaño: los primeros dientes, que suelen ser los incisivos centrales inferiores salen en torno a los 6 meses de edad y los bebés son todavía demasiado pequeños como para morder con fuerza, por lo que es mejor primar la ligereza para que el mordedor no suponga una gran carga en su encía. Y con respecto al tamaño, lo mismo. Si son muy grandes, sus pequeñas manos no podrán sujetarlo bien.