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Tanto en el embarazo de forma natural como en el que se logra gracias a la reproducción asistida entran en juego multitud de factores que tienen un papel irremplazable en el éxito de la gestación.
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Uno de ellos, cuando hablamos de medicina reproductiva, son los fallos de implantación. Le hemos preguntado por ellos al Dr. Adolfo De Prados, del Equipo Juana Crespo, clínica de reproducción asistida especializada en casos de alta complejidad.
¿Cuándo hablamos de fallos de implantación?
Hay distintas definiciones para acercase al concepto de fallo de implantación en reproducción asistida. No obstante, la más aceptada actualmente, tal como explica el experto es la siguiente: “Fracaso del embarazo clínico después de cuatro transferencias de embriones de buena calidad, con al menos tres tratamientos, y en mujeres menores de 40 años”.
Así, pues, siempre que hablemos de fallo de implantación nos referimos a técnicas de reproducción asistida donde haya una transferencia de embriones, como la fecundación in vitro, la ovodonación o la embriodonación. Quedaría fuera de esta noción la inseminación artificial.
Aunque tendemos a ver el embarazo como algo relativamente sencillo, la realidad es que es no es tan fácil lograr el embarazo ni siquiera cuando no hay problemas de fertilidad. Así lo resalta el Dr. De Prados: “La especie humana es imperfecta por naturaleza. No podemos olvidar que la posibilidad de conseguir embarazo en condiciones perfectas en casa es de un 20% cada mes. Por este motivo, necesitamos la transferencia de más de un embrión para poder hablar de fallo de implantación”.
¿Cuáles son las causas del fallo de implantación?
Para conseguir el embarazo, es necesario que haya una comunicación perfecta entre embrión y útero materno. “Pero algo que a priori puede parecer fácil tiene multitud de elementos involucrados que pueden ser la causa para no conseguir un embarazo”, advierte el especialista de www.juanacrespo.es. Así, los fallos de implantación pueden originarse por varios motivos.
Factor embrionario
Para que el embarazo prospere es necesario que la información genética del embrión no tenga ninguna alteración; es lo que le permitirá implantarse bien y desarrollarse dentro del útero materno. “Y en este factor la edad materna es de gran importancia puesto que juega un papel crucial en la calidad de los embriones que se consiguen en un tratamiento de Medicina Reproductiva. A medida que aumenta la edad materna también lo hace el número de embriones alterados genéticamente”, alerta el especialista. A día de hoy es un punto importante, pues la información genética del embrión no se puede corregir.
Factor uterino
Hay distintos problemas y patologías en el útero de la madre, como miomas, pólipos, infecciones, alteraciones en la morfología y adherencias que pueden dificultar la implantación del embrión tras una fecundación in vitro.
Pero, además, hay otro factor y es la dilatación y acumulación de líquido en las trompas de Falopio, que recibe el nombre de hidrosalpinx. “La mayor parte del tiempo las pacientes son asintomáticas y, a veces, estos problemas pueden incluso pasar desapercibidos en la ecografía transvaginal, lo que sugiere que se requiere otro método de evaluación de la cavidad uterina o de trompas”, alerta el Dr. Adolfo De Prados.
Causas sistémicas
En las causas sistémicas entran en juego aquellas enfermedades o condiciones de la mujer que no tienen que ver con el aparato reproductor, pero que impactan sobre su salud. “Aquí incluiríamos enfermedades de tiroides, alteraciones sanguíneas que las hacen propensas a la generación de trombos, también conocidas como trombofilias, e incluso la obesidad”, enumera.
¿Cómo combatir los fallos de implantación?
Los fallos de implantación son un problema de cierta complejidad en la medicina reproductiva. Cuando se producen hay que estudiar cuáles son las causas para proponer las soluciones pertinentes a la paciente. “No podemos olvidar que incluso un único fallo justifica una nueva evaluación y discusión con la pareja o la mujer, independientemente de un diagnóstico franco de fallo de implantación. Esta es una necesidad indiscutible para los pacientes y para los clínicos para estar en constante mejora”, comenta el especialista.
Para él, la mejor respuesta ante este problema es la medicina personalizada, “un enfoque personal para cada paciente según su conjunto único de características”.
“Lo que sí tenemos que tener claro es que el abordaje debe ser múltiple, no dejando ninguna posible causa por estudiar. El éxito va a radicar en el diagnóstico preciso para poder aplicar la solución”, concluye.