El embarazo es una época única para todas las mujeres en la que, ¡por increíble que parezca!, a lo largo de nueve meses se crea una vida. En el transcurso de ese tiempo, las embarazadas pasan por infinidad de cambios hormonales y fisiológicos ya que el cuerpo debe adaptarse a las necesidades del bebé. Estos cambios son abrumadores puesto que van desde el evidente crecimiento de la barriga, hasta el desplazamiento de órganos de la mamá para dejar espacio al bebé, los cambios posturales que implica todo ello, el incremento de la sensibilidad en la piel de la madre… entre otros muchos. El cabello, concretamente, es otro de los protagonistas que sufre más alteraciones.
Por un lado, el pelo tiende a un mayor engrosamiento, esto sucede porque el cabello se cae menos durante estos meses. El motivo por el cual esto ocurre es porque el embarazo influye en el funcionamiento del folículo piloso haciendo que se mantenga por más tiempo en la fase de crecimiento. El volumen suele ser otro de los cambios más frecuentes en el pelo de las embarazadas, además de que estas tienden a lucir un cabello con mucho más brillo y mucho más saludable. “Durante este periodo, la secreción de progesterona aumenta por lo que se prolonga la fase de crecimiento del cabello y la melena luce más abundante. Es interesante resaltar que el aumento de la secreción de grasa, en general, también afecta al cabello. En mujeres con cabellos secos, por ejemplo, lo notarán más hidratado y brillante, menos quebradizo”, nos cuenta la experta en cabello, Patricia Losa CEO de Redenhair (www.redenhain.com).
Este es un efecto totalmente contrario a lo que ocurre en el posparto. Con la bajada de progesterona, y hasta que se reajustan las hormonas, el cabello empeora durante los meses posteriores al nacimiento del bebé. “El principal problema que podemos observar en el cabello durante el posparto es que se suele producir el efecto inverso. Dónde antes se experimentaba una melena sana y con largas fases de crecimiento, ahora, el efecto es una pérdida masiva de cabello, se debilita, se rompe y se abre. Aparecen las temidas calvas y entradas, y al pasarnos el peine, vemos cómo crece el volumen de pelo en este. Por ello, siempre es bueno adoptar medidas preventivas durante el embarazo”, explica la experta.
Qué tratamientos y productos usar para el cabello durante el embarazo
Aunque no siempre ocurre lo mismo a todas las embarazadas, podríamos decir que, por regla general, durante el estado de gestación, los cabellos secos lucen más hidratados y mejor que nunca, gracias a una mayor secreción de la glándula sebácea del cuero cabelludo durante el embarazo; mientras que, los cabellos más grasos tienden a ensuciarse con mayor asiduidad.
Al contrario de lo que se suele decir, no hay ningún problema en lavarse el pelo a diario durante el embarazo, si lo notas más graso. Pero, ¡cuidado con los productos que utilizas! La experta recomienda: “Tratamientos que sean atópicos que proporcionen una fórmula extra de hidratación que lo repare y acondicione. Que aporten elasticidad, resistencia y con efecto protector de los daños derivados de la radiación solar, la sequedad y la contaminación. Y, por último, que revitalicen e hidraten el cuero cabelludo de cara a mejorar la vitalidad del mismo”.
Un consejo que seguro que te funciona es que, cuando vayas a lavarte el pelo, utilices siempre un champú que sea suave y, al enjabonarte, te des un masaje en el cuero cabelludo. Además de estar cuidando tu cabello, este momento te servirá para dedicarte unos minutos a ti misma, a diario, relajarte y mimarte. También, si lo notas muy seco, puedes utilizar mascarillas hidratantes una vez a la semana, pero con cuidado de que no entren en contacto con el cuero cabelludo para no engrasarlo más; aplícalas solo de medios a puntas.
¿Quieres un cambio de ‘look’? ¡Mejor espera!
Si estás pensando en teñirte el pelo, cortártelo o hacerte algún tipo de cambio de look lo mejor es que esperes a que nazca el bebé. Ten en cuenta que tu cabello durante el embarazo no es el mismo que en tu vida ‘normal’ (por llamarla de alguna forma) así que puede que el resultado no sea el mismo después de dar a luz. Para no llevarte ningún disgusto, ¡espera!
Sin embargo, por supuesto, puedes seguir cuidando tu pelo y realizarte algún saneamiento cortando puntas (que te vendrá genial, debido a lo rápido que crece durante estos meses) o hacerte algún tratamiento con aquellos productos adaptados e indicados para estos meses. Para ello, la experta aconseja “optar por tratamientos lo más naturales posibles (sin sulfatos ni parabenos) para no debilitar y perjudicar el cabello. También, que tengan un componente de nutrición importante de cara a prepararnos en la fase posparto, que es en la que más cabello se pierde. Todo tratamiento que incorpore elementos agresivos va a debilitar el pelo de manera sustancial y hará que esté más quebradizo y débil”.