esto es lo que el cuerpo de tu beb comunica© AdobeStock

Bebés

Así puedes interpretar los gestos comunicativos de tu bebé

Entender el lenguaje corporal de tu bebé puede ayudarte a tener más confianza como madre. Hablamos de aprender a leer sus gestos, a entenderlos. Ofrecer presencia, mirada, así como estar atenta y consciente es de los mayores actos de prevención que puedes realizar... además, serán acciones que contribuirán a crear un vínculo comunicativo y saludable entre tu bebé y tú.


17 de junio de 2022 - 16:20 CEST

Si hay algo sobre lo que seguramente hayas dudado durante mucho tiempo antes de ser madre es si serías capaz de entender a tu pequeño antes de que llegara a aprender el lenguaje, incluso antes de que pudiera empezar a signar.

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“Se trata de una preocupación habitual de muchas madres, y es todo un camino el poner en valor nuestra intuición y que vaya a favor de nuestra confianza cuando nos iniciamos en la maternidad”, informa Sandra Vidal Martínez (@upalah.espacio), logopeda y fundadora de Upalah, Espacio vivo (www.upalah.com).

La experta indica que existen un sinfín de gestos, movimientos y micromovimientos faciales que se suceden en los bebés... y que diversos estudios han puesto en conocimiento, pero que aún son muy difíciles de interpretar.

Los gestos, la primera fuente de comunicación del bebé

La interacción es necesaria para que surja la comunicación, pero nace cuando compartimos la emoción, como cuando nos emocionamos hasta por un pestañeo de nuestro bebé: “El mayor traductor que tenemos es la observación, presencia y la información... como decía la psicoanalista infantil Esther Bick en su método sobre observación de bebés”.

Los gestos que observamos son su primera fuente de comunicación porque, antes que con palabras, expresan a través de todo su cuerpo: “Muchos gestos nos pasan desapercibidos y otros, aún siendo sencillos, pueden preocuparnos por el malestar que entendemos que hay tras ellos”.

¿Cuáles son los más frecuentes?

“Estar atenta, presente y consciente es uno de los mayores actos de prevención, además de crear un vínculo comunicativo saludable entre la mamá y el bebé”, sostiene.

A continuación, Sandra Vidal Martínez nos comparte algunos de los gestos comunicativos más comunes, advirtiendo que no pretende hacer saltar alarmas, “sino ayudar a las mamás a entender a su hijo de manera más profunda y que pueda alinearse y conectar mejor con su intuición”.

La experta destaca que algunos gestos pueden ser desconcertantes, sobre todo para las mamás primerizas, pero muy importantes por el significado o el hito que puede suponer en el momento en que se está presenciando:

  • Pataleo: Puede ser una señal de diversión, alegría o ganas de continuar descubriendo junto a sus padres. “Puedes motivar estas expresiones cantando, sonriendo o buscando juegos de anticipación nombrando partes del cuerpo. Ejemplo: ‘Ahora te hago cosquillas en... ¡el pie!’.
  • Arquear la espalda: Puede ser señal de incomodidad física, dolor o molestias gástricas como acidez o reflujo. “Puedes acomodar su cuerpo para encontrar una postura confortable. Presta especial atención si es en el momento de alimentación al pecho o biberón, o cuando duerme”.
  • Brazos tensos y puños apretados: “Puede ser señal de enfado, estrés, incomodidad... si los aprieta fuertemente el llanto puede llegar pronto para indicar su claro malestar. Puedes comprobar el pañal, su temperatura o si tiene hambre”.
  • Elevar las rodillas al pecho: La experta explica que llevarse las rodillas al pecho es, a veces, un gesto de juego o de acomodar su espalda, pero de forma general suele tener relación con dificultades digestivas, como gases o estreñimiento. “Puede tener relación con tu alimentación y posibles intolerancias que se despiertan en tu pequeño si das lactancia materna; o bien con una postura que quizás esté favoreciendo a malas digestiones (y su origen se pueda encontrar en la alimentación si se da a menudo, acompañado de gestos faciales de queja o llanto)”.
  • Los movimientos repentinos o los llamados ‘sobresaltos’ pueden movilizar nuestra alerta cuando no entendemos qué ha podido suceder: “Es un gesto natural que funciona como un reflejo ante los estímulos externos, como ruidos, cambios de temperatura bruscos, o sensaciones inesperadas externas y a veces internas. No está de más observar si se repite a menudo. ¿Qué hacer ante él? Pues primero calmarnos y calmar si ese sobresalto ha provocado el llanto. Y procurar ajustar con anticipación el entorno como evitar el máximo posible de estímulos externos, no se trata de vivir en silencio, pero sí comprender que si sucede nuestro bebé nos necesitará para calmar y explicar aquello que lo ha podido detonar”. La logopeda recomienda que, si no observa nada externo y se repite muy a menudo, lo mejor es consultar con un pediatra... Aunque quizás solo implique un cambio de postura al dormir (los movimientos involuntarios producen sensación de pérdida de equilibrio y se sobresaltan por eso). Aunque puede que le haga falta el cuerpo de la mamá cerca porque eso siempre ayuda a sentirse seguro y sostenido, ya que llevan 9 meses fusionados en el vientre materno. Pero si esos sobresaltos se dan cada vez que el cuerpo se relaja, sería conveniente tomar nota, observar y compartirlo con confianza con un pediatra”.
  • La succión de manos o puños puede significar varias cosas: “Entre las más habituales está el hambre y el sueño; y las menos pensadas si tu bebé es muy pequeño es la sensación en la boca por la salida de algún diente. Esta acción puede ser la continuidad de un juego uterino como es descubrir su cuerpo, y si estamos seguras de que no es hambre, y nos mira calmado mientras lo hace, puede dar lugar a un gran momento comunicativo como es mantener la atención ante tu voz y su acción de exploración de su mano y boca. Si se da, disfrútalo como lo que es, un momento maravilloso, lleno de emoción, amor y aprendizaje”.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.