Existen burlas que hacen reír a todos, incluso al que la recibe y son, paradójicamente, positivas, ya que favorecen el desarrollo de habilidades sociales y el poder relacionarse adecuadamente con otras personas en el futuro. No obstante, hay burlas que buscan causar daño y hacer sentirse mal a otro. En muchas ocasiones, estas acciones comienzan a desarrollarse en la propia infancia. ¿Cómo podemos enseñar a los niños a enfrentarse a ellas?
“En este tipo de burla hiriente una persona se ríe de otra destacando una debilidad o algo diferente del otro; puede ser un corte de pelo, una manera de hablar, indumentaria, alguna particularidad de su forma de ser, en relación con su familia…”, explica Ana Quesada, psicóloga especialista en niños y adolescentes (www.anaquesadapsicologa.com).
La experta asevera que la mayoría de niños pueden sufrir períodos de burlas, intimidación o bullying en su infancia, por eso es importante estar alerta antes de que esas burlas puedan derivar en situaciones de intimidación continuada o acoso escolar.
¿Su autoestima puede verse afectada?
La psicóloga nos recuerda que la autoestima es la capacidad que tiene una persona para valorarse, amarse y aceptarse a sí mismo. “En esta valoración y aceptación de nosotros mismos influye nuestra visión, pero también interviene el cómo nos ven los demás, llegando a creernos esa visión externa de nosotros mismos”. Por tanto, asegura que cuando alguien se burla de nosotros puede decaer el concepto que tenemos de nosotros mismos, en especial en los niños, porque en este momento se está creando su identidad y autoimagen.
“La baja autoestima desarrollada en la infancia es el germen de nuestra autoestima en la edad adulta. Por lo tanto, en algunas personas las burlas pueden afectar a su autoestima en la infancia, pero en ocasiones, también pueden arrastrar esa baja autoestima a su vida adulta”, expresa Ana Quesada. De igual manera, también puede propiciar episodios de ansiedad, depresión infantil, retraimiento y sentimiento de vergüenza.
¿Por qué algunos niños no saben manejar las burlas?
Los niños más proclives a ser objeto de burla son aquellos que muestren reactividad a los comentarios molestos: “Son niños con los que entretenerse a su costa porque los abusadores piensan que es divertido hacerles enfadar”.
Hay muchas razones por las cuales ciertos niños no saben gestionar las burlas o salir impasibles de ellas. La experta apunta que entre los principales motivos figuran los siguientes:
- Niños con baja autoestima que aceptan como cierto lo que se les dice, decayendo aún más la autopercepción negativa del niño.
- Menores que responden muy reactivamente, por tener baja resistencia a la frustración o por ser muy impulsivos.
- Niños con pocas habilidades sociales y comunicativas para responder adecuadamente. “Estos niños se sienten indefensos ante las burlas y no saben cómo actuar”.
Pautas para ayudar a un niño que recibe burlas
“Especialmente cuando trabajo con niños pequeños, facilito herramientas a los padres para entrenar a sus hijos en la manera adecuada de responder ante este escenario. Estas son las pautas principales que doy a las familias:
- Escuchar y recoger la información íntegra con objetividad: “Pregunta a tu hijo (y a otros testigos) qué le han dicho y en qué contexto. En ocasiones hay niños con baja autoestima que se sienten atacados o burlados y es tan solo su percepción distorsionada de la realidad o la intención del otro. Aconsejamos que se evite sobreproteger al niño o ignorar su queja, y basarse en información objetiva”.
- Predicar con el ejemplo: “Es importante no normalizar las burlas y evitarlas en el entorno familiar. Hacer de modelo y responder a burlas o comentarios de otros de manera firme y asertiva”.
- No atemorizarse: “Enseñarles a que cuando se burlen de él debe ser asertivo y decir ‘no me gusta que me hables así’, darse media vuelta e irse tranquilamente, sin correr”.
- Evitar la reactividad: “Tu hijo debe intentar mantenerse impasible e ignorar lo que dicen”.
- Primero, que lo resuelva él: “Es importante que intente gestionar por sí mismo esta situación, le dará seguridad; en caso de que no sea posible, debe pedir la ayuda de un adulto (profesora, o adulto de referencia en que apoyarse y confiar)”.
- Cómo pedir ayuda en caso necesario: “Indícale a qué adulto puede dirigirse y qué debe decirle, en caso de no poder gestionarlo por sí solo”.
- Entrenar su asertividad: “Facilita que en casa pueda opinar y mostrar su desacuerdo, evitando hacerle de menos, así le será más fácil hacerlo con sus iguales. Hay diversas estrategias asertivas que pueden ayudarle... por ejemplo, que reconozca lo que considere verdadero (“Es verdad que soy muy mala jugando al fútbol”), devolver la pregunta (“Si, es verdad, ¿y qué tiene de malo?”) o utilizar el humor, quitándole importancia a lo dicho.
- Juntarse con compañías adecuadas: “Propicia que vaya con amigos con los que se sienta cómodo y que se respeten entre ellos. En ocasiones, ciertos niños permiten burlas para ser admitidos en un grupo; en este caso recordadles que los amigos no se portan así”.
- Entrenar con él las respuestas: “En sesión con niños que han sufrido burlas, nos apoyamos en la técnica de rol playing para que entrenen la respuesta más adecuada en estas situaciones, asumiendo su propio papel en una situación simulada”.