Los bebés tienen dos formas muy evidentes de comunicarse con el mundo que les rodea. La primera de ellas es por el tacto, y es uno de los sentidos que más temprano se desarrolla ya que comienza a formarse en el útero de la madre. Permite al bebé comunicarse con sus papás a través de las caricias, los abrazos, pero también pueden sentir el frío, el calor… Y, por otro lado, está el llanto. El llanto es la única forma que tiene el bebé de comunicarse para hacer saber a sus papás que algo no va bien o simplemente, que algo pasa. “El llanto es la única herramienta que tiene un bebé para comunicarse y expresarse. Como curiosidad, en los primeros meses de vida no tienen lágrimas, pero eso no implica que pase algo malo, es totalmente fisiológico en los recién nacidos”, nos cuenta la matrona Irma Zarza (@irmazarza.matrona) CEO fundadora de ‘Mi mamá y yo’ (www.mimamayyomatrona.com).
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Lo que debemos tener en cuenta es que, ante cualquier tipo de llanto, sí se debe indagar qué le puede estar pasando al bebé, es decir, ¿por qué llora? Hay veces que esta pregunta se hace muy difícil de contestar y es que cuando crees que todo está bien (pañal limpio, saciado, ha dormido hace poco…) es desesperante y provoca una gran impotencia no saber qué quiere tu bebé. “Aunque sabemos que llorar es la única forma que tiene de expresarse no significa que normalicemos que un bebé llore de forma continuada. Una vez hemos comprobado que está alimentado, tiene el pañal limpio y no tiene ni frío ni calor… ¿Qué debemos pensar? ¿Tendrá necesidad de expulsar algún gas? Podría ser perfectamente, y no siempre tienen por qué ser cólicos. Intenta primero no alterarte tú, y después calma a tu bebé”, recomienda la matrona. “Los brazos son protección y junto al movimiento, pueden ser un combo perfecto para que el bebé deje de llorar. Si después de ello, tu hijo sigue llorando o muy irritable, se recomienda acudir a la valoración de un profesional sanitario ante sospecha de alguna alteración o patología”, dice la experta.
Razones más habituales por las que un bebé llora
¿Hambre o sed?
Sabemos que la lactancia, ya sea materna o artificial, siempre se ofrece a demanda. Hay veces que tu bebé puede tener más hambre que otras, y con ello que alargue más o menos las tomas. “El llanto podría ser una señal tardía de hambre, en las que el bebé se ‘enfada’ en cuestión de segundos o minutos. Antes de dar de comer, deberemos calmarlo y, posteriormente, alimentarlo”, indica la experta.
Tiene sueño
Si incluso los adultos normalmente cuando estamos cansados o con mucho sueño se nos pone mal humor o estamos más irascibles… a un bebé le pasa exactamente lo mismo, pero con el hándicap de que no puede decirlo y lo comunica llorando. “Cuánto más cansado está, más tarda en dormirse. Sí, es así. Y ocurre desde que son muy pequeños. Se ponen irascibles, demandantes, nada les calma, ni el pecho materno ni el biberón o chupete…. Y sí, lo más normal es que se agoten al final del día. Aunque parezca que tiene una ‘vida de rico’, al bebé comer le cansa el ver muchas personas o recibir demasiados estímulos por lo que esto puede hacer que al final del día esté más cansado e irritable”, dice.
Necesita cambio de pañal
Esta sería una de las necesidades básicas que debe tener cubierta el bebé continuamente. “La presencia de demasiado pis o heces en el pañal puede hacer que se sienta incómodo y ser causa de llanto e irritabilidad”, asegura.
¿Le duele algo?
“¡Exacto!, los bebés también sienten dolor. Probablemente, con esta palabra se te vengan a la cabeza la presencia de cólicos, pero no todo son cólicos del lactante. Si tu bebé se encuentra irritable a cualquier hora del día o al adoptar algunas posiciones al comer, o al terminar de hacerlo, debemos echar la vista hacia atrás… ¿Cómo fue el parto? ¿Largo? ¿Instrumental? Los bebés están preparados para el parto, pero no están exentos (según sea el desarrollo y terminación del mismo) de tener dolor en alguna parte del cuerpo, especialmente en el cuello o la espalda”, argumenta la matrona. Y, además, recomienda revisar la lactancia desde el punto de vista del agarre del pequeño, si hace tomas de calidad, etc. “¿Qué tipo de lactancia damos?, ¿Hace ruidos o chasquidos en las tomas? Es necesario valorar el buen agarre y ver cómo lo hace cada bebé. Por ejemplo, el tragar demasiado aire podría ser razón de dolor a nivel abdominal”, sugiere.
¡Quiere contacto!
Y, por supuesto, la última y más importante razón por la que tu bebé puede llorar, según la experta: “Necesita brazos, contacto, seguridad y protección. Puede estar muy bien alimentado, cubierto en todas sus necesidades básicas y seguir llorando porque necesita estar en brazos y sentirse seguro y calmado. Esto es necesario. Tus brazos ahora son su nueva casa”.
Tipos de llantos del bebé
No es que exista un llanto diferente para cada cosa que le ocurre a tu bebé, pero sí, a medida que pasan los días, vas a aprender a diferenciar todos sus ruiditos, quejas y tipos de llantos (más o menos leves). Es decir, sabrás que cuando hace ‘tal quejido’ es porque tiene el pañal lleno o cuando llora con más fuerza es porque tiene hambre, por ejemplo. Normalmente, los llantos en los bebés suelen ser parecidos, dentro de que cada bebé es un mundo, pero la matrona nos da una serie de indicaciones para saber qué puede estar pasándole a tu peque:
- Normalmente cuando está incómodo por el pañal o tiene demasiado frío o calor, “suelen calmarse rápido tras ‘haber acertado’ y haberle cubierto esas necesidades”, explica.
- Ahora bien, también hay veces que los llantos pueden ser unos típicos ‘pucheros’ o convertirse en un llanto incontrolable durante minutos. “Cuando ese llanto es por hambre, suele ir acompañado de un reflejo de búsqueda muy activado (abren la boca ante todo lo que les roza, ya sea el pecho, el biberón o el hombro de papá) junto con el de succión (empiezan a succionar todo lo que entre en esa boca). Debemos tener cuidado en este aspecto, sobre todo, si estamos con lactancia materna, ya que esta irritabilidad y nerviosismo previo a la toma podría ser la causante de un mal agarre al pecho y producir dolor y/o grietas”, advierte la experta.
- Por otro lado, también es muy frecuente cuando los bebés están irritables, junto con el llanto, “la presencia de dolor y fuerza a nivel abdominal y disquecia del lactante, ya que, debido al proceso de maduración a nivel digestivo, les puede costar expulsar los gases y hacer caca”, explica.
Y, una vez detectado el problema (o no), llega lo más complicado, ¿cómo calmar al bebé? Según nos cuenta la matrona, no existe una fórmula mágica para que el pequeño deje de llorar, pero “sí hay una serie de recomendaciones básicas que seguro que te pueden ayudar”. Y nos enumera las siguientes:
- En primer lugar, ¡cógelo en brazos!: “Simplemente el sentirse seguros, protegidos, calentitos y escuchando tu corazón ya les calma. A veces solo necesitan esto. Además, al cogerles en brazos, la verticalidad favorecerá al tránsito intestinal, expulsar gases, minimizar reflujo… El porteo puede ser la mejor de las soluciones: contacto con mamá o papá, verticalidad y movimiento”.
- También puedes darles masajes en la barriga. “Nunca cuando estén irritables, sino, todo lo contrario, siempre cuando estén relajados, y en forma de juego. Usa alguna crema o aceite natural”.
- Y, por último, ¡no lo dejes llorar!: “Los bebés no se van a hacer más independientes por eso ni van a aprender a callarse. Simplemente, se resignan a llorar más porque aprenden que nadie les calma. El llanto continuado es una situación de estrés para tu bebé que, a largo plazo, puede afectar al desarrollo de su sistema nervioso. Recuerda que ¡los brazos no malcrían, los necesitan!”, concluye la experta.