“La motivación es el combustible que hace que nuestra mente tenga un rol activo y dinámico, logrando llegar a toda meta que uno se proponga, debido a que nuestras acciones tienen un sentido o propósito. La ausencia de motivación, nos lleva a respuestas de indiferencia, al desinterés por realizar cualquier acto”, afirma la psicóloga infantil Camila Irizar (@purainfancia_psico).
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Por este motivo, cuando hablamos de niños vagos estamos hablando de niños desmotivados, que les falta ese empujón para realizar los deberes de colegio, las tareas domésticas que les encargan los padres o cualquier otra obligación que puedan tener acorde a su edad. “Actualmente se observa un gran porcentaje de niños desmotivados o perezosos. Desde mi perspectiva profesional no hablaría de ‘niños vagos’, si no, simplemente desmotivados. Es importante no rotularlos como ‘niños vagos’, ya que, hoy en día, vivimos en una sociedad en la cual muy pocas veces se es consciente del daño que le crean a esa persona que están otorgándole un defecto, con el tan solo hecho de poner un nombre a lo que le está pasando”, argumenta la psicóloga.
Por tanto, prestar atención a aquellos niños desmotivados es esencial ya que es “un tema muy serio que disminuye el rendimiento en todos los aspectos de su vida”, asegura la experta, y necesitan de esa finalidad, meta u objetivo que les lleve a conseguir lo que se propongan.
De esta manera, los retos diarios les darán pie a querer realizar sus tareas u obligaciones, a querer ser mejores en algo… y que, además, ¡haciéndolo sean felices! ¿Algo difícil de conseguir? No tiene por qué. “Se recomienda comenzar a asignarles tareas rutinarias en el hogar, reconociendo el cambio del niño desde el lado positivo. Es importante que en este momento se le demuestre al niño que su rol en la dinámica de la casa es fundamental e importante”, recomienda la psicóloga. Y añade: “Propiciarlos de rutinas estables en casa, por ejemplo, después de comer recoger el plato, después de desayunar lavarse los dientes, ordenar los juegos cuando termine de usarlos… Los adultos deben ser conscientes de las tareas que le brinden y, sobre todo, ser constantes. Por último, uno de los factores que no debe ausentarse en el proceso de cambio es, demostrarles confianza ”, asegura.
Cuáles son los síntomas de un niño desmotivado
Si nos preguntáramos cuál es el motivo más común por el que un niño está desmotivado, la respuesta sería la siguiente, según la experta: “Usualmente en la consultora se escucha que son niños que se sienten incomprendidos, que no son entendidos. Incluso, en algunos casos las metas u objetivos que las personas de su entorno les fijan son poco realistas o muy difíciles de alcanzar, y esto les genera demasiada frustración”, nos explica.
Y es que, “la desmotivación provoca baja autoestima, temor a equivocarse y fracasar. Muchas veces por este último motivo, evaden realizar responsabilidades o tareas”, dice la experta, quién, además, nos da una serie de síntomas que suelen ser comunes a la hora de definir a un niño vago o desmotivado:
- Se muestra con falta de energía.
- Realiza las tareas que se le exige, pero con muy poca iniciativa.
- Todo lo hace rápido y por el camino mas fácil, de esta forma, le costará menos.
- Se vuelven dependientes de otro para realizar sus tareas o resolver situaciones.
“Los niños llegan a sentir que no tiene sentido realizar las cosas que hacen durante el día. Algo que se suele asociar con síntomas depresivos, sin embargo, están lejos de ese diagnóstico. Solo suelen ser problemáticas conductuales, y toda conducta puede ser reaprendida y reeducada”, sostiene.
¿Qué podemos hacer los padres para revertir la situación?
El papel de los padres es fundamental para devolverles la motivación y las ganas de colaborar en casa, afrontar retos o ponerse metas. “Su rol es fundamental y protagonista. Los papás se deben tomar la situación con calma y serenidad para actuar con conciencia y no permitir que esto se prolongue por mucho más tiempo”, señala la psicóloga.
Y es que no hay mejor ejemplo y figura de referencia que los padres para los hijos. De nosotros deben aprender todo de la vida, entre otras cosas, a saber cumplir con sus obligaciones en todos los aspectos. “Los adultos funcionan como un espejo para los niños, ya que ellos usan eso que ven en los padres como modelos a seguir. Sean el adulto que necesitaban cuando eran niños”, recomienda.
Y añade el siguiente recordatorio: “Como padres hay que ser conscientes que el momento de revertir esta situación es cuando son niños, debido a que suelen ser más permeables a los cambios si existe un adulto guía y modelador. Con esto, no quiero decir que, si la situación se extiende en un adolescente, sea imposible de modificar. Claramente, supervisado y redirigido por un profesional de la salud mental todo cambio se puede realizar”.