El reciente y brutal tiroteo en una escuela de Texas, llevado a cabo por un joven de 18 años, que terminó con la vida de 19 niños y dos profesoras ha conmocionado al mundo entero. Son muchos los rostros conocidos que han querido condenar esta masacre, además de reiterar la necesidad de establecer nuevas medidas sobre el control de armas en Estados Unidos.
Entre ellos se encuentra el actor Matthew McConaughey, quien exigía hace unos días en la Casa Blanca la “posesión de armas con responsabilidad” ya que, según afirma, estamos ante una epidemia que podemos controlar. ¿Pero por qué ha sucedido algo así de nuevo y cómo puedo explicárselo a mis hijos? Charlamos con una psicóloga sobre psicopatía, traumas infantiles o trastorno mental, algunas de las claves para explicar esta tragedia.
Las claves psicológicas para explicar el tiroteo de Texas
Pilar Conde, psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen, nos explica que no se puede hacer reduccionismo del porqué una persona acaba cometiendo semejante atrocidad y advierte sobre el peligro de generalizar.
“Sí es cierto que para realizar este acto tiene que darse frialdad afectiva, falta de empatía, indiferencia a las consecuencias... En muchos casos, se desconoce si estas características son rasgos de la persona o si son consecuencia de una crisis importante del individuo tras un pasado problemático y altamente traumático”.
“Se habla de factores de riesgo, pero no significa que sean causa suficiente. Desde luego, sí hay ciertos factores que coinciden, como tener una personalidad antisocial, el aislamiento social, acceso a las armas, traumas, familias desestructuradas, personas con tendencias violentas, impulsividad...”, añade.
La experta sostiene que son muchos factores los que derivan en que una persona acabe tomando esta determinación: “El acoso escolar puede ser un factor más de riesgo, pero ni mucho menos el más significativo. Rasgos de personalidad como la frialdad afectiva, la falta de empatía, la invasión de derechos ajenos o la violencia son factores que son de más riesgo para una persona llegue a esta decisión y acción”.
Por otro lado, indica que esos síntomas no son propios de un trastorno bipolar, son características de la personalidad, no síntomas clínicos de un trastorno. En cualquier caso, Conde detalla que podemos estar ante uno de estos tres escenarios:
- Psicopatía: “Se suele decir que una persona tiene rasgos psicopáticos cuando muestra falta de empatía, frialdad afectiva, falta de culpa o remordimientos, comportamiento social irresponsable... o bien viola los derechos personales de los demás o los manipula”.
- Trauma infantil: “Cuando hablamos de un trauma infantil que continúa impactando en el presente, a lo que nos referimos es que la persona en su infancia vivió una experiencia emocionalmente dolorosa (ya sea puntual o continuada en el tiempo) y angustiante que generó un gran impacto en el desarrollo emocional, psicológico y social de la persona a largo plazo”.
- Trastorno mental: “Cuando hablamos de este término, decimos que una persona presenta unos síntomas clínicos que se engloban dentro de los cuadros diagnósticos establecidos por las guías de referencia diagnósticas en salud mental”.
¿Cómo prevenir este tipo de tragedias? ¿Se podría haber evitado?
Desde un punto de vista terapéutico, asevera que si se evaluara de manera obligatoria a nivel psicológico a los menores, y se acompañara esa evaluación de un seguimiento psicológico, como sucede con el médico de cabecera, se podrían detectar ciertos rasgos antisociales, psicopáticos, agresivos, violentos.
“En este caso se podría trabajar desde la terapia, trabajando las creencias, valores, actitudes, fortalezas, inseguridades, el respecto de los derechos propios y ajenos, como gestionar las diferentes emociones e integrar factores de protección que permiten a la persona adaptarse a la sociedad y sentirse integrado en la misma, con bienestar emocional”.
Por otro lado, es evidente que en Estados Unidos existe acceso al armamento, así como una aceptación cultural de la tenencia y utilización de armas, lo que deriva que no solo se tenga acceso sino que se sabe cómo utilizarlas. La psicóloga propone que las personas deberían someterse a un examen psicológico para acceder a las armas. “Sería una vía preventiva importante”, matiza Pilar Conde.
¿Cómo lo hablo con mis hijos?
La experta es consciente de que los niños llegan a ser conocedores de este tipo de noticias, ya sea porque acceden a esa información a través de amigos, elementos de su entorno o porque sus padres consideran que es importante hablar de ello. “En estos casos, es fundamental que nos mostremos abiertos a las preguntas que puedan tener y que ofrezcamos información real”. Por último, concluye que en España este tipo de tragedias afortunadamente no suceden, por lo que nuestra misión como padres será trasladarles seguridad.