El puntillismo es una técnica artística, creada por los neoimpresionistas Georges Seurat y Paul Signac a finales de la década de 1880, que consiste en hacer una obra recurriendo al uso de puntos diminutos que favorecen la concentración de los más pequeños.
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“Hacer actividades con pinturas, acuarelas o plastilina estimula a los niños. Dentro de este ámbito, una de las técnicas que mejor funciona con ellos, y que más les gusta, es el puntillismo”, explica Esther Law, profesora de arte del área de inglés en The English Montessori School de Madrid.
En concreto, la técnica de puntillismo o divisionismo consiste en la creación de pequeños puntos de colores que, combinados sobre el lienzo, crean una imagen cromática completa deseada por el autor.
Para conseguir esta obra de arte, los pequeños artistas deben llevar a cabo varios pasos:
- Elegir el tema y el lienzo: “Es muy importante el tamaño sobre el que se trabajará porque, sin duda, a mayor superficie, mayor será el esfuerzo para conseguir un resultado óptimo”, puntualiza la experta.
- Elección de materiales: Aunque el puntillismo está centrado en la pintura, la educadora explica que lo ideal es fomentar la creatividad de los más pequeños permitiéndoles utilizar diferentes materiales. “La mayoría de ellos se centran en la pintura acrílica y en la plastilina... aunque también utilizaremos el lápiz para dibujar la forma y los diferentes espacios que queremos rellenar con la técnica de puntillismo”.
- Aplicamos el fondo: Para conseguir un mejor efecto, los niños deben aplicar una capa de color a todo el lienzo. De esta manera, pondrán a prueba su paciencia mientras esperan que se seque. “Este tiempo se puede aprovechar para preparar los materiales que se usarán en el siguiente paso”, indica.
- ¡Empiezan los puntos! Una vez tenemos un fondo de colores, se complementa aplicando los puntos sobre diferentes espacios. “Para los que eligen hacerlo con pintura, este trabajo implica un gran esfuerzo porque el tamaño de los puntos es lo que dará mayor impacto a la obra final. Cuanto más pequeños y cercanos, más realismo. Quienes se decantan por la plastilina tienen que trabajar previamente en la formación de pequeñas bolitas, de diferentes colores, que más tarde aplicarán sobre el lienzo”, explica.
- Contemplación del trabajo final: “Todos los niños se sorprenden de cómo, desde la distancia, algo que ha sido creado únicamente con puntos puede dar un efecto de uniformidad y homogeneidad”.
Qué beneficios aporta la técnica del puntillismo
Esther Law nos cuenta que a través de esta técnica les obligamos a evaluar de manera previa la obra en la que se inspiran para identificar los colores, pensar cómo recrearlos con sus materiales y plasmarlos en el lienzo. A parte de la creatividad en sí misma, este tipo de actividades buscan fomentar el valor del esfuerzo en niños.
“En el puntillismo existe un trabajo previo que les obliga a pensar y a valorar sus recursos. Además, al inspirarse y basarse en una obra que ya existe, se esfuerzan por que la recreación sea lo más fidedigna posible. En el proceso de recreación vemos la concentración con la que aplican los puntos sobre el lienzo y eso es un claro ejemplo del esfuerzo que ponen en su trabajo”, concluye.
Asegura que también es una técnica que les ayuda a relajarse y puede mejorar la grafomotricidad propiciando, por tanto, una técnica de escritura mejorada.