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Lactancia

Los mejores (y más actualizados) consejos para tratar la mastitis

La mastitis es un proceso inflamatorio de los pechos que se caracteriza por el dolor que produce a la madre durante la lactancia. Con estos consejos y recomendaciones lograrás una mejoría sin tener que abandonar la lactancia materna.


6 de junio de 2022 - 20:43 CEST

Una de las consecuencias de un mal agarre del bebé, el bebé no succiona bien, una mala postura a la hora de dar el pecho o de cualquier otro problema derivado de la lactancia son las mastitis. Esta enfermedad es “un proceso inflamatorio de la glándula mamaria. Una complicación común que puede presentarse durante la lactancia y, en ocasiones, contribuye a un abandono no deseado de la misma”, nos explica Paula Aroza, médica y consultora internacional de lactancia certificada (IBCLC), www.paulaaroza.com.

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Según las últimas evidencias científicas, la mastitis no se trata solo de una enfermedad en sí misma, sino que forma parte de un espectro de condiciones que comparten la misma base. “La inflamación dentro de los conductos mamarios conduce a una obstrucción de los mismos, lo que dificulta el flujo de leche y provoca congestión de leche en la glándula mamaria. Cuando hay una alta producción de leche o un drenaje inadecuado de la misma, esta congestión empeora y se produce una mastitis inflamatoria. A continuación, una infección bacteriana produce una mastitis infecciosa. Si estos procesos no son tratados de forma adecuada pueden progresar y complicarse desarrollando un absceso mamario”, advierte la doctora.

Las causas más frecuentes por las que aparece una mastitis, según nos continúa explicando la doctora son:

  1. Un drenaje inadecuado del pecho: “Puede producirse cuando la lactancia no es a demanda, ya sea por limitar el tiempo del bebé en el pecho o dar unos horarios pautados (el famoso e inadecuado consejo de 10-15 minutos en cada pecho cada 3 hs por ejemplo), por dificultades de la técnica de lactancia o dificultades de succión del bebé que ocasionan una mala transferencia de leche, o por una hiperproducción de leche, ya sea primaria o asociada a un uso inadecuado del sacaleches”.
  2. Una disbiosis o alteración del microbioma de la leche: “Puede ser resultado de múltiples causas como factores genéticos de la madre, la salud materna tanto a nivel físico como emocional, el uso inadecuado de antibióticos y probióticos, el uso inadecuado de sacaleches”.

Síntomas que nos indican la existencia de una mastitis

Los síntomas de las mastitis son muy evidentes y dolorosos por lo que evitarla será una de las prioridades. El dolor, la hinchazón, la sensación de calor y el enrojecimiento de los pechos, malestar general, fiebre, escalofríos, taquicardias… son algunos de los signos más claros de esta enfermedad.

Pero este proceso inflamatorio puede empeorar evolucionando en una mastitis infecciosa, es decir, “una progresión de los cuadros anteriores, donde bacterias que están presentes habitualmente en el microbioma de la leche tienen un crecimiento exagerado alterando el equilibrio normal del mismo”, nos cuenta la doctora. “Los síntomas son similares a los de las mastitis inflamatorias, aunque más intensos y no mejoran con medidas generales de tratamiento. Estos procesos requieren tratamiento con antibióticos”, añade.

Puede ocurrir, en ocasiones, que las bacterias no produzcan síntomas generales, sino que formen “gruesos biofilms que estrechan los conductos y produzcan inflamación local dando lugar a lo que conocemos como mastitis subaguda”, especifica la doctora. En estos casos no hay enrojecimiento ni tumefacción del pecho, sino que el dolor se presenta como pinchazos en el pezón o quemazón en las partes más profundas; o la aparición de perlas o ampollas en el pezón y obstrucciones de conductos de forma recurrente.

Y, por último, también existe la posibilidad de que se forme un absceso mamario que se trata de una complicación de una mastitis infecciosa, la cual, entre el 3 y el 11% de las mujeres con mastitis pueden llegar a desarrollarlo. “Notarás que la induración y el enrojecimiento del pecho aumentan y a menudo puedes palpar una zona de colección líquida bien definida. Los síntomas inflamatorios sistémicos, como la fiebre y la taquicardia, pueden desaparecer o bien empeorar hasta que se realice el tratamiento adecuado”, explica la experta en lactancia.

Para aliviar los síntomas y dolor los expertos recomiendan aplicar frío en la zona y tomar antiinflamatorios. “Los analgésicos pueden ayudarte a mejorar el dolor. Luego, según los síntomas que tengas y la evolución con estas medidas iniciales, tu profesional sanitario decidirá si hace falta algún otro tratamiento médico. En ocasiones, puede ser necesario realizar un cultivo de leche materna, el uso antibióticos o probióticos, el tratamiento local de las ampollas o perlas de leche, e incluso en ocasiones tratamiento quirúrgico de los abscesos”, nos explica la experta.

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Consejos y recomendaciones durante una mastitis

Es oportuno saber que, en pocos días, con un tratamiento adecuado, los síntomas de la mastitis irán desapareciendo. Pero, además: “Mantener un drenaje adecuado del pecho es un pilar importante en el tratamiento de estos procesos. Las mastitis infecciosas no representan un riesgo para el bebé y no es necesario interrumpir la lactancia”, asegura la doctora, quien también nos da una serie de recomendaciones y consejos muy importantes a tener en cuenta:

  1. La evidencia científica nos demuestra que el estado de salud y las defensas son importantes para una buena resolución de los síntomas. “Intenta descansar más estos días, aliméntate de forma saludable y aprende alguna técnica para gestionar el estrés”.
  2. Alimenta a tu bebé a demanda. “Hasta ahora se recomendaba poner mucho al bebé en el pecho afectado para ‘vaciarlo’. Hoy sabemos que el pecho no se vacía nunca y este consejo puede ser contraproducente. Sobrealimentar al bebé con el pecho afectado puede conducir a un aumento importante de la producción de leche en ese pecho y empeorar los síntomas de mastitis. Lo importante es mantener la leche fluyendo en un ritmo fisiológico”, informa la experta.
  3. Si tu bebé no está tomando el pecho y estás haciendo extracciones “saca solo la cantidad que tu bebé toma, no más. Es preferible la extracción manual, evitando el uso del sacaleches”, recomienda.
  4. Utiliza una postura de lactancia que resulte confortable para ti y para tu bebé, y en la que no tengas dolor. “No hay ninguna evidencia que sustente la recomendación de usar posturas diferentes a las habituales como la postura de la loba u otras”.
  5. Evita realizar masajes profundos e intensos del pecho, así como vibraciones con aparatos eléctricos. “Estas técnicas pueden aumentar el edema y la inflamación y provocar microtraumatismos en el tejido mamario que empeoran la evolución. Es preferible realizar un masaje suave de la piel tipo drenaje linfático, sin comprimir el tejido mamario”.
  6. Evita utilizar cualquier tipo de producto de forma tópica sobre el pecho y el pezón. “Por ejemplo, cremas de lanolina, aceites, sales epsom u otros que suelen recomendar habitualmente. Y si tienes perlas o ampollas en el pezón no las manipules mucho”.
  7. Busca apoyo profesional. “Tu médico puede valorar si es necesario un tratamiento antibiótico. Un profesional de la lactancia puede ayudarte a identificar las causas de la mastitis y resolverlas para que el proceso no se repita. Las dificultades de lactancia son un reto importante, en una etapa de mucha vulnerabilidad emocional, un especialista en salud mental perinatal puede ser un apoyo necesario durante este proceso”, recomienda.