Los aceites esenciales cada vez son más utilizados por su poder de prevención y de curación para ciertas dolencias, pero se aconseja que siempre se utilicen bajo la supervisión de una persona experta en aromaterapia, que sirva de guía para saber cómo usarlos de la forma más eficaz y segura. Los aceites esenciales se extraen de plantas medicinales aromáticas (cuya procedencia se aconseja que sea 100% natural) y se pueden administrar tanto por inhalación, como por vía tópica. Pero no estamos hablando de nada nuevo, ya que, los aceites esenciales ya se utilizaban con fines curativos en países como China, Egipto o la India hace miles de años.
En el caso de bebés y niños, el uso de los aceites esenciales está cada vez más extendido, y es que, en muchas ocasiones, se pueden convertir en grandes aliados. Eso sí, debemos tener en cuenta que los expertos aconsejan no utilizarlos antes de los 2 años , con alguna excepción: “Se recomiendan los aceites suaves como el de lavanda, manzanilla romana, manzanilla alemana, mirto, cilantro (este sí se puede utilizar a partir de los 6 meses ya que se considera un gentle oil o aceite suave)… Se deben revisar siempre las etiquetas de los productos tanto, para ver las instrucciones de seguridad, como para saber cuál es su composición. Asimismo, siempre aconsejamos consultar a un profesional de la salud antes de su uso”, nos dice la experta en bienestar y coordinadora de ventas de la marca de aceites esenciales de alta calidad, Young Living.
Y es que, según nos comenta, “los aceites esenciales pueden ser fantásticos para los niños y los bebés, pero es importante utilizarlos de forma segura. Como decimos, aconsejamos consultar a un profesional de la salud antes de utilizarlos, sobre todo, si el pequeño tiene alguna dolencia o enfermedad”.
Cómo introducir los aceites esenciales en los niños
Los expertos recomiendan hacerlo de dos posibles formas: por un lado, que la mamá se ponga un poquito del aceite en su piel para que el niño se acostumbre al olor y vaya adquiriendo poco a poco las propiedades del aroma.
Y, por otro lado, aplicarlo directamente en la piel del bebé, pero con las medidas oportunas recomendadas y dejándonos aconsejar por un profesional, evitando así irritaciones o posibles alergias o dermatitis: “Para aplicarlos en niños es importante diluirlos y hacer la prueba del parche (que consiste en aplicar sobre la piel unas cintas adhesivas con varias sustancias de prueba durante 48 horas)”, recomienda la experta.
Antes de aplicar cualquier aceite esencial “este se debe diluir con un ‘aceite portador’ y después aplicarlo, según sea necesario, por ejemplo, con un masaje suave y relajante o a través de la inhalación de su aroma para conseguir una atmósfera de calma y paz”, explica la experta. Y nos aclara qué es un ‘aceite portador’: “Los ‘aceites portadores’ son todos aquellos considerados lo suficientemente suaves para su uso en la piel de los niños para poder mezclarlos con los aceites esenciales, a modo de prueba. Los más comunes son el aceite de ricino, el aceite de girasol y el aceite de coco”.
Existen packs que contienen aceites esenciales ya preparados y con las sustancias prediluidas, especialmente pensados para bebés y niños. Además, desde Young Living recomiendan realizar la introducción de esta manera: “cuando se utilizan aceites esenciales en los niños hay que tratarlos como lo harías al introducir nuevos alimentos en la comida de tu hijo. Recomendamos empezar poco a poco para estar atento a cualquier posible reacción. Se puede comenzar con una gota de aceite esencial, diluida para su aplicación tópica, antes de pasar a concentraciones mayores. Y, de nuevo, recomendamos encarecidamente consultar a un profesional de la salud antes de empezar a utilizar cualquier aceite”.
Cuál es el objetivo de los aceites esenciales en niños
“Tanto si aplicas el aceite en tu piel y dejas que el bebé se acostumbre gradualmente a la fragancia, como si lo aplicas en la suya muy diluido, el uso de aceites esenciales para niños, suaves y seguros, puede ofrecerles una experiencia maravillosa”, asegura la experta.
Y es que el objetivo del uso de estos aceites es, sobre todo, crear ambientes sosegados de calma y paz para los pequeños. Tienen un gran potencial de relajación y ayudan a conciliar el sueño , por lo que son perfectos para relajarles a la hora de ir a la cama con un masaje a base de aceite de almendra dulce o lavanda. Se pueden usar de forma preventiva como, por ejemplo, poner unas gotitas de aceite de árbol de té en su champú para ahuyentar los piojos. También podemos utilizarlos para masajes en la tripa para mejorar su función digestiva y aplicar aquellos que tengan propiedades balsámicas y antisépticas en humidificadores, llamados ultrasónicos, en los que se añaden unas gotitas de aceite en agua y el difusor las propaga en micropartículas conservando todas sus propiedades. Esto puede servirles de mucha ayuda para crear un ambiente propicio en momentos en los que el niño esté resfriado o tenga mucha tos.
Importante recordar
- Es muy importante tener en cuenta que los aceites no se deben usar durante el embarazo.
- En el caso de los niños, insistimos, no se deben aplicar ni en lactantes ni antes de los 2 años (excepto casos excepcionales) y siempre bajo la supervisión y guía de un experto.
- Y después de su utilización se recomienda lavar bien las manos para que no entren en contacto con ojos ni mucosas ya que pueden causar irritación.