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Salud

Cómo cuidar la microbiota de los bebés y por qué es tan importante

La microbiota intestinal juega un factor clave en la regulación de la salud y la enfermedad. ¿Afecta el embarazo, la vida prenatal y la lactancia a la microbiota de mi bebé? Sí, y estas son las pautas que debes tener en cuenta, según los expertos.


2 de junio de 2022 - 18:47 CEST

La microbiota es un conjunto de microorganismos de los que depende, en gran medida, nuestra salud. “Es fundamental para la maduración del aparato digestivo, el desarrollo del sistema nervioso central, el entrenamiento del sistema inmunitario y la generación de sustancias que afectan a la respuesta corporal ante un peligro”, sostiene Nestor Sánchez (@nestorregenera), fundador del centro clínico Regenera (www.regenerahealth.com) y experto en microbiota.

La microbiota es un tema que también afecta a los niños, y por eso es un campo al que hay que prestarle atención desde las primeras etapas de la vida. “Los niños son cada vez más asmáticos, alérgicos, atópicos, obesos... Se ha pasado de enfermar por infecciones a hacerlo por exceso de higiene y falta de microbios”, expone Xavi Cañellas (@xaviregenera), cofundador de Regenera, codirector y profesor del Postgrado Universitario en Psiconeuroinmunología Clínica, cocreador de Regenera Fertility y asesor de deportistas de élite.

Hay que prestarle atención desde las primeras etapas de la vida

Ahora sabemos que la microbiota intestinal juega un factor clave en la regulación de la salud y la enfermedad. “De hecho, es en los primeros mil días de vida (es decir, durante el embarazo y los primeros dos años de vida) cuando se establece lo que se conoce como el print de la microbiota para el resto de la vida”, puntualiza Cañellas.

Cuanta más diversidad microbiana logremos en este periodo, más correlación con la salud existirá para el futuro adulto.

En concreto, los especialistas informan de que cuidar la microbiota desde que son pequeños es fundamental para preparar el intestino del niño para la entrada de otras bacterias y antígenos. Se ha comprobado que, cuando existe una distribución anormal de la microbiota (una disbiosis), aumenta la probabilidad de que el bebé desarrolle enfermedades futuras, tales como: intolerancia al gluten, dermatitis atópica, asma, obesidad, diabetes o enfermedades autoinmunes.

Cómo cuidar la microbiota del bebé© AdobeStock

¿Afecta el embarazo, la vida prenatal y la lactancia a la microbiota del bebé?

¿Sabías que hay factores previos al nacimiento que tendrán incidencia sobre la microbiota de tu bebé? Para lograr esta diversidad microbiana, el experto asegura que habrá que atender a la salud de la madre durante el embarazo, el tipo de parto (vaginal o por cesárea), si hay lactancia materna o es de fórmula, la introducción de los alimentos en la alimentación complementaria y, por supuesto, el ambiente de estrés que se viva durante este periodo.

“Es conocida la relación entre la microbiota, el intestino y el cerebro. Ahora no cabe duda de que todas las patologías pediátricas están relacionadas con los desequilibrios de los microorganismos (ya sean trastornos digestivos, alergias, dermatitis, asma, bronquitis o alteraciones mentales como el autismo, la hiperactividad o la ansiedad)”, concluye Xavi Cañellas.

“El estado de salud y la alimentación de la madre durante el embarazo serán un factor fundamental”, coincide Sara Oduber Martorell (@som_nutricionista), farmacéutica, nutricionista y dietética clínica en Girona (www.somnutricionista.com)

Según la experta, es evidente que el estilo de vida de la madre también afecta directamente. “Es decir, si eres una persona activa o sedentaria... así que, aunque te pese la barriga, toca moverse”.

Sobre el uso de antibióticos Oduber Martorrell indica que a veces no hay más remedio, “pero si no es por prescripción médica no lo hagas, ya que será contradictorio para la salud de tu bebé”.

Además, nos recuerda que hay factores que no dependen de nosotros, ya que ser o no prematuro también tiene incidencia en la microbiota del recién nacido.

Por otro lado, los especialistas consultados coinciden en que es fundamental evitar el estrés y optar, en la medida de lo posible, por alargar la lactancia materna  lo máximo posible, ya que representa uno de los factores clave en el desarrollo de la microbiota intestinal infantil.

¿Y si no le doy el pecho?

Los expertos indican que dentro de la leche materna existen unos componentes particulares denominados HMO (los oligosacáridos de la leche materna), que son unos azúcares que el bebé no puede digerir pero que alimentan a ciertas bacterias beneficiosas de su microbiota intestinal. Entre estos HMO, la 2’-fucosilactosa (2’-FL) podrá añadirse a la alimentación del bebé.