En el parto influyen distintos factores, pero hay algunos sobre los que se puede intervenir directamente. Es el caso del movimiento. “El embarazo y el parto son un proceso normal, dinámico, instintivo y único. Uno de los aspectos más importantes para que un embarazo y parto sean saludables es que necesita movimiento instintivo y espontáneo para facilitar el progreso”, apunta Yvonne Marry, matrona y autora del libro ¿Cómo queremos parir? Movimiento, esferodinamia y biomecánica.
Con ella vamos a repasar cuáles son las posturas que facilitan el avance del parto y por qué es tan importante mantenerse activa en el embarazo.
Qué aporta el movimiento a la mujer embarazada
Siempre que no haya contraindicación médica, la gestante debe intentar un embarazo activo; esto es, mantener una actividad física a lo largo de los nueve meses. Los beneficios son muchos y pueden constatarse tanto a nivel físico como psicológico.
La matrona recomienda “cualquier actividad moderada que favorezca el movimiento, como caminar, yoga, pilates, danza del vientre, natación...“ y también la práctica de la esferodinamia, “una disciplina de trabajo corporal suave que puede realizar cualquier mujer, independientemente de su condición física, que emplea pelotas para facilitar distintas posturas, permite ampliar la movilidad de las articulaciones, mejora la coordinación y el equilibrio”.
En el parto, la pelvis juega un papel determinante, y los nueve meses anteriores, son fundamentales para “conocer, explorar y sentir el suelo pélvico y los huesos de la pelvis”, destaca.
Ejercicios de preparación en el tercer trimestre
Para llegar al parto en la mejor condición física posible, Yvonne Marry aconseja realizar ejercicios para la liberación de la pelvis durante el tercer trimestre de embarazo. Estos son algunos ejemplos:
- Sentada sobre una pelota o una esfera, “con la espalda erguida, manteniendo un ángulo recto entre la columna y el fémur y una separación entre las rodillas de 45 º, podremos realizar balanceos de la pelvis hacia adelante y hacia atrás, posicionando la pelvis en anteroversión y retroversión”.
- En la misma posición, “realizar balanceos de la pelvis hacia la derecha y hacia la izquierda. Y posteriormente movimientos circulares con la pelvis, hacia la derecha y hacia la izquierda, manteniendo la estabilidad del tronco”.
Tal como cuenta la experta, este ejercicio permite liberar la pelvis y facilitar la entrada y el encajamiento de la cabeza del bebé en la misma. “La postura erguida facilita una correcta alineación fente al suelo pélvico y la pelvis. Es una postura que mantiene la verticalidad, por lo que favorece el descenso del bebé e incorpora movimiento que tonifica y fortalece la musculatura”, detalla.
Las mejores posturas durante la dilatación
Las posturas más efectivas para que el parto progrese son aquellas en que la mujer se coloca en vertical. “La verticalidad y el movimiento facilitan que el bebé se alinee de manera más eficaz frente al canal del parto, así como el flujo de las contracciones”, indica la especialista. Por este motivo, lo ideal es que la mujer pueda ir adoptando las posturas que más confortables le resulten en este periodo, tales como mantenerse de pie, caminar o subir escaleras... Cada una tendrá que responder a lo que el cuerpo le pida.
Hay distintas herramientas que ayudan a adoptar estas posturas de forma más cómoda, como pelotas de parto, pelotas ‘cacahuete’, colchonetas, cuerdas, taburetes de parto, camas articuladas...
Según vaya avanzando el parto, se pueden ir tomando otra serie de posiciones, como de rodillas, cuadrupedia, sentada, de cuclillas... Yvonne Marry recalca que la mujer debería conocer estas posturas antes del día del parto para poder incorporarlas en ese momento.
Además, hay que tener en cuenta que, durante el progreso del parto, la mujer estárá acompañada de una matrona que le “ayudará y recomendará diferentes posturas que pueden favorecer su progreso, dependiendo de las características del parto, la posición del bebé y la forma de su pelvis”.
Escuchar al cuerpo durante el parto
“El autoconocimiento del cuerpo nos conecta con nuestras sensaciones y facilita que podamos escuchar qué necesita en cada momento y así poder adaptarnos a los cambios”, recalca Yvonne Marry.
Por eso, cuando la mujer puede escuchar lo que le pide el cuerpo y adoptar la posición que necesita, el parto progresa mejor. Hay que tener en cuenta, tal como advierte la matrona, que la inmovilización puede dar lugar a un parto más largo, más doloroso, limitando las contracciones y donde el bebé tenga más dificultades en colocarse de manera óptima frente al canal del parto. “La falta de movimiento habitualmente conlleva intervenciones que pueden aumentar los riesgos para la madre y para el bebé”, alerta.
Esto no significa que la mujer deba estar moviéndose constantemente, ya que habrá momentos de descanso y otros de mayor actividad, pero lo importante es escuchar qué necesita el cuerpo y conocer de antemano las posibles posturas para poder emplearlas con seguridad en el momento del parto.