Para muchos, es de sobra conocido tanto el método de alimentación complementaria Baby Led Weaning (BLW) como el tradicional basado en los triturados, pero, ¿has oído hablar del método Bliss? Sus siglas provienen de Baby Led Introduction to SolidS y podríamos decir, que se basa en cubrir las carencias nutricionales del niño, proporcionarle alimentos ricos en hierro que le den energía. Pero, para explicarnos mucho mejor cómo es esta forma de introducir los alimentos sólidos al bebé, hemos hablado con la enfermera en pediatría, Nieves Rodríguez (@lactarycrecer), y docente en @isnut.es, Instituto de Estudios de Salud y Nutrición: “El Método Bliss, es un método de alimentación auto-dirigida por el bebé con alimentos sólidos, con un formato y una textura adecuadas, en la que priorizamos la ingesta de alimentos ricos en hierro , dado el déficit de este mineral en los bebés al comienzo de la alimentación complementaria”.
Los expertos recomiendan que en cada comida que se le ofrezca al bebé, sobre todo, al comienzo de la alimentación complementaria (y mínimo hasta los 2 años), siempre contenga alimentos que sean una fuente rica en hierro, procedentes de las proteínas, tanto de origen animal o vegetal. Por ejemplo, en su plato no debe faltar: “Las legumbres, los pescados como el salmón y las sardinas, la carne. Otros alimentos que también son fuente de energía son los frutos secos molidos, huevos, cereales... Y, por otro lado, frutas y/o verduras calóricas como el plátano, el aguacate… Ricas en vitamina C, como la naranja, la fresa, el kiwi, el pimiento rojo, el perejil o el brócoli, entre otros… que, además, ayudarán a mejorar la absorción del hierro”, nos explica la enfermera experta en alimentación complementaria.
Pero, ¿en qué se diferencia el método BLW del Bliss?
Puede que a estas alturas todavía no te haya quedado claro cuáles son las diferencias entre un método y otro. Y es que, tal y como nos argumenta la experta: “Ambos métodos son iguales en cuanto al formato para ofrecer los alimentos. Pero el Bliss, está considerado una versión mejorada del BLW, cuya diferencia principal es ofrecer un alimento rico en hierro y otro alimento energético, además de la fruta y/o la verdura, en cada comida”. Es decir: “La base de ambos métodos es la misma, diferenciándose en el aporte de hierro y alimentos energéticos del Bliss en las comidas principales; frente al BLW, que no presenta ningún orden para ofrecer la introducción de los alimentos, aunque se recomienda priorizar con los que sean más ricos en hierro”, aclara.
Además, el método Bliss (al igual que ocurre con el BLW) nos ofrece muchas ventajas adicionales para el bebé. Por un lado, al tratarse de una alimentación autorregulada por el pequeño, “será el bebé quién decida qué comer y cuánta cantidad, favoreciendo así su autonomía”, nos dice la experta. Y, por otro lado, continua: “Asegura un menor riesgo de desarrollar sobrepeso por sobrealimentación en el bebé, además de permitirle experimentar con distintas texturas, sabores, y olores”.
Otras ventajas del método de alimentación complementaria Bliss, según nos cuenta la enfermera, son:
- Promueve los movimientos de masticación, así como, el desarrollo de estos músculos.
- Les supone toda una experiencia sensorial descubrir los alimentos.
- Favorece al desarrollo psicomotor y la coordinación mano-boca.
- Es mucho más económico, ya que la idea es que toda la familia coma lo mismo, adaptándolo al bebé, con mucha más variedad y asegurando los aportes de hierro, energía, vitaminas y minerales de manera adecuada.
Cómo iniciarse en el método Bliss
Tal y como ocurre con el método BLW, el bebé debe estar preparado para comenzar un tipo de alimentación basada en sólidos a partir de los 6 meses, que es cuando se comienza a introducir otros alimentos distintos de la leche en el menú del pequeño. El bebé debe cumplir una serie de requisitos indispensables, y la experta nos enumera cuáles son:
- Pérdida del reflejo de extrusión: “podemos comprobarlo cuando se lleva un juguete a la boca y no se provoca ni realiza movimientos de empuje hacia fuera de la boca con la lengua”.
- El bebé debe poder sentarse y mantenerse sin caerse a los lados con apoyo en la espalda: “por ejemplo, sentado en una trona”.
- El bebé muestra interés por la comida: “la mayoría incluso antes de comenzar con la alimentación complementaria”
- Coordinación mano-boca: “al principio les cuesta un poco coger la comida y llevársela a la boca, sobre todo, aquellos alimentos más resbaladizos”.
- Es fundamental respetar el apetito, sus señales de hambre y no obligar a comer, así evitaremos un rechazo por parte del bebé hacia la comida. “La clave está en comenzar sin las expectativas de ‘¿comerá bien?’, ‘¿se lo comerá todo...?’ y recordar que cada peque tiene su ritmo”.
- Es importante que lleguen a la hora de la comida sin hambre: “ya que le habremos ofrecido primero el pecho o el biberón. Y sin sueño, para que se mantenga receptivo en todo momento”.
- Recordar que su alimento principal sigue siendo la leche materna o fórmula infantil: “desde los 6 meses hasta los 12 meses complementando con el resto de alimentos”.
- ¿Cómo debe ser la textura de la comida? “Blanda y suave, sin ofrecer alimentos duros y con forma redonda o moneda, para evitar el atragantamiento”
- Y, ¡muy importante!: “El bebé debe permanecer durante la comida sin distracciones como las pantallas o juguetes y siempre bajo la supervisión de un adulto”.