A un niño de 13 años de Alcalá de Henares (Madrid) se le quedó atrapada la mano, hace tan solo unos días, en la rejilla de la depuradora de una piscina. En un primer momento, un amigo que estaba con él intentó ayudarlo y, al ver que no era capaz de sacarla, avisó a unos adultos. Fueron estos quienes apagaron la depuradora, llamaron a emergencias y sacaron lo antes posible al niño de la piscina, puesto que el agua le cubría la cara. Cuando lograron rescatarlo, estaba ya en parada cardiorrespiratoria; agentes de la policía que habían acudido tras la llamada pudieron reanimarle tras practicar las maniobras pertinentes. Una vez recuperado el pulso, fue trasladado de inmediato en helicóptero al Hospital de la Paz de Madrid en estado crítico. Lamentablemente y tras cinco días hospitalizado, el niño perdía la vida este domingo.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
A la tristeza por lo sucedido se suma la incredulidad por la manera en la que ocurrió el trágico accidente. ¿Cómo evitar situaciones de este tipo? “El mejor consejo que se puede dar a una persona que sea responsable de un menor es que siempre esté a la distancia de un abrazo”, explica Rebeca Terradas Molina, Socorrista del Centro de Natación Helios, Zaragoza. "El ser humano no está preparado para saber desplazarse en el agua o desenvolverse de manera innata, es algo que debe aprender”. Debe, por tanto, adaptarse al medio acuático; para ello, los expertos advierten que lo primero que se debe lograr es que el niño esté cómodo en el agua, lo que se conoce a niveles técnicos como familiarización con el medio acuático.
Cuándo puede comenzar un niño a tomar contacto con el agua
La edad que se considera óptima para comenzar el proceso de adaptación de un niño al agua podría ser desde los 9 meses de vida, como una primera aproximación al medio. “Esta adaptación se debe realizar con alguien que brinde seguridad al bebé. Sirve para favorecer el esquema motor del niño o niña, así como el vínculo con el familiar, y al mismo tiempo, el familiar aprende actividades y ejercicios que puede hacer con el bebé en el agua”, explica la experta.
Las fases por las que debe pasar un niño desde su primer contacto con el agua hasta que aprende a nadar son, según nos explica la socorrista, las siguientes:
- La familiarización con el medio.
- La supervivencia en el medio acuático.
- El disfrute y capacidad de desplazamiento en el medio de manera autónoma.
- Nadar: “esto es lo que ya entendemos como la capacidad que tendrá ese niño de nadar (crol y espalda) de manera espontánea, sin que nadie le de indicaciones”, aclara.
“En nuestro Centro ofrecemos la posibilidad a las familias de acompañar en la evolución de la natación a los pequeños a lo largo de los años. Esta evolución está relacionada con la edad, pero, por supuesto, también con la asistencia a clases de natación con frecuencia. Desde nuestro punto de vista a partir de los dos años y medio o tres, lo ideal es que pasen a formar parte de un grupo que acude a nadar dos días a la semana durante todo el curso escolar”, aconseja la experta.
Consejos para prevenir el ahogamiento en niños
Es bastante obvio que la vulnerabilidad de los niños frente al agua es distinta según la edad, pero lo que siempre debemos tener en cuenta como adultos es que no podemos dejar de estar pendientes del menor ni un solo segundo, ya que cualquier mínimo despiste puede acabar en las peores consecuencias.
“Reitero que el agua es un medio inestable y que, por este motivo, nunca se debe de perder de vista a los niños, y la distancia con ellos debe ser la menor posible. Sin duda, también, apuntarles a clases de natación será una muy buena manera de prevenir accidentes”, recomienda la socorrista.
Otro de los puntos controvertidos a la hora de proteger a los niños en el agua son los flotadores y es que, aunque el niño lleve un flotador, esto no será un motivo de seguridad infalible 100%, por lo que igualmente, el adulto debe estar en permanente vigilancia, siempre que el pequeño esté alrededor del agua. Tal y como nos asegura la experta: “No existe flotador seguro. Si un niño precisa de elemento de flotación para estar en el medio acuático, quiere decir que no tiene el suficiente dominio del medio y, por este motivo, deberemos estar siempre con él”, advierte.
Y añade: “El elemento más seguro para acompañar a un menor en el agua es el llamado ‘churro de natación’, puesto que permite al adulto poder desplazarse por el agua con el niño y, a la vez, permite que el menor se desplace haciendo movimientos propios de la natación. Vuelvo a recordar que la medida de seguridad que salvará la vida de un menor será estar a la distancia de un abrazo, y en su defecto, nunca perderle de vista”.
Cómo actuar rápidamente en caso de ahogamiento
- Lo primero que deberemos hacer es extraer a la víctima del agua para valorar su grado de ‘semiahogado’. En caso de constatar que no tiene pulso ni respira, “deberíamos activar el protocolo de emergencia, en cada centro es propio”, dice la socorrista. O, si se tienen conocimientos, aplicar la reanimación cardiopulmonar.
- La reanimación cardiopulmonar (o RCP) en un menor ahogado tiene altas esperanzas de recuperación por dos motivos: “El primero, porque al ser un semiahogado se entiende que la parada ha sido por ingesta de agua y no por fallo cardíaco o cualquier otra enfermedad. Y la segunda, porque al hablar de un menor, entendemos que es un cuerpo sano y que, por lo tanto, la parada ha sido sobrevenida por la ingesta de agua”, nos cuenta la experta. Y concluye: “Una de las recomendaciones que siempre dan en los cursos de reciclaje que hacemos los socorristas en este Centro, es que nunca se debe de abandonar la reanimación en un menor puesto que su esperanza de vida es completa”.