Tirantez en la tripa, pesadez de piernas, dolor de espalda... durante el embarazo la mujer puede sufrir muchas incomodidades. Su organismo, tanto por dentro como por fuera, se está adaptando muy rápido para albergar una nueva vida: a su hijo, que va a pasar de ser la unión de dos células microscópicas a convertirse en un bebé de aproximadamente tres kilos.
En la mayoría de los casos, estas molestias, o incluso dolores, son normales, pero a veces advierten de algo más. Le hemos preguntado por ello al Dr. José María Fernández Moya, jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Valle del Henares en Torrejón de Ardoz (Madrid).
Unos cambios a toda velocidad
Siempre se comenta que el embarazo no es una enfermedad, y es cierto, aunque para algunas mujeres sea más difícil que para otras por las distintas patologías que pueden presentar. En todo caso, se trata de un momento en que el cuerpo debe asumir otras funciones y todo ello puede pasarle factura en modo de molestias o dolores, aunque en la mayoría de las ocasiones no revestirán más importancia.
“La adaptación física que vive la madre durante el embarazo es espectacular y muy rápida. Cuando se ha acostumbrado a un cambio, llega otro; ocurre todo de forma vertiginosa y al cuerpo le cuestan los cambios. La mayoría de las veces todo este proceso nos dicen que el embarazo va bien”, tranquiliza el experto.
Dolores de cabeza preocupantes en el embarazo
Durante el primer trimestre, la embarazada puede sufrir más dolores de cabeza, sin que sea señal de nada alarmante. Suele ser efecto de las hormonas.
Sin embargo, el dolor de cabeza es preocupante cuando se asocia a subidas de tensión. Por eso, ante dolores intensos, se toma la tensión a la mujer. Si su presión arterial es normal, se trata con fármacos. Es muy importante determinar si hay hipertensión o pudiera deberse a algún trombo, ya que el seguimiento médico de la mujer sería mucho más estrecho.
“Ante dolores de cabeza intensos que no ceden, la embarazada debe ponerse en contacto con su ginecólogo o acudir a Urgencias”, destaca el Dr. Fernández Moya.
¿Cuándo el dolor en las piernas alerta de algo más?
La pesadez y las molestias en los miembros inferiores son normales en la mujer embarazada, especialmente durante el tercer trimestre. Sucede así por el compromiso del retorno venoso: el útero interfiere sobre ese retorno y esto puede ocasionar un síndrome varicoso que suele ser simétrico.
Ahora bien, tal como explica el jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Valle del Henares, hay otros síntomas que pueden hacer sospechar de una trombosis venosa profunda. Serían el dolor punzante y la aparición de una zona roja y dura en las piernas. “Es más frecuente en el tercer trimestre y, sobre todo, si hay antecedentes y si la edad materna es más elevada”, destaca.
Molestias intensas en la zona del estómago
Los jugos gástricos cambian, debido al efecto de las hormonas del embarazo. Hay acidez, regurgitación y, el útero comprime al estómago. “Esa disminución del volumen por compresión dificulta las digestiones de la embarazada”, subraya el ginecólogo.
Por tanto, son normales y habituales las distintas molestias digestivas. Ahora bien, cuando hay dolor en el epigastrio (zona superior del abdomen) se tiene que valorar bien si está asociado a la hipertensión. “Para confirmarlo se hace un análisis de sangre para comprobar si están alterados algunos parámetros y puede haber sospecha de preeclampsia”, aclara el Dr. Fernández Moya. Esta situación suele ocurrir más en la segunda mitad del segundo trimestre.
¿Qué revela el dolor en el abdomen?
La tensión sobre los ligamentos que sujetan al útero genera molestias. Durante el embarazo, especialmente al final del mismo, la mujer va a experimentar lo que se denominan contracciones de Braxton-Hicks. Son contracciones preparatorias que no desencadenan el parto. Así, la gestante puede notar incomodidad en la zona baja del abdomen, pero si esta cede espontáneamente no revestiría más importancia.
Si las contracciones son demasiado frecuentes, muy tempranas y no se van por sí solas, sí puede ser indicativo de otra circunstancia, como el riesgo de parto prematuro, y habría que ponerse bajo cuidados médicos.
Hormigueos y entumecimientos en brazos y piernas
Especialmente durante el tercer trimestre, es frecuente que haya edemas. La acumulación de líquido en las extremidades puede generar hormigueo y entumeciento en brazos y piernas. Esto es normal. Sin embargo, en otros casos esas sensaciones pueden deberse a una tensión arterial alta, que habría que controlar.
Además, “hay neuropatías que guardan relación con la sensación de adormecimiento en brazos y dedos y que se manifiestan en el embarazo aunque estuvieran de antes”, alerta el Dr. José María Hernández Moya.
Ante cualquier síntoma extraño o dolor intenso la mejor recomendación es que la embaraza consulte con su médico.