Probablemente la gastroenteritis aguda, o también conocida como GEA, sea una de las enfermedades más frecuentes entre los bebés y niños en su primera infancia, cuyos síntomas principales son la diarrea, los vómitos y el dolor abdominal. Pero ¡ojo!, porque en los bebés, hay que tener en cuenta que las deposiciones suelen ser blanditas normalmente, por lo que, para poder sospechar de una gastroenteritis, estás deberían estar acompañadas de más síntomas. El doctor Manuel Porcar, fundador de Porcar Pediatría Avanzada (@porcar_pediatria) en Almazora (Castellón), especializado en ecografía pediátrica, nos explica que “la gastroenteritis es una infección que se caracteriza por una inflamación del tracto digestivo, provocando cambios tanto en el número como en la consistencia de las deposiciones. El 90% de diarreas son víricas, solo un 10 % son causadas por bacterias y únicamente, en casos muy concretos, se tratan con antibiótico”.
Síntomas y signos de alerta de la GEA en niños
La higiene y la prevención juegan un papel muy importante a la hora de evitar el contagio que, normalmente, se produce “mediante el contacto con las mucosas y las manos de los niños, por este motivo, es una infección muy común en los pequeños que acuden a centros infantiles”, afirma el doctor. Como decíamos anteriormente, entre los síntomas más comunes se encuentran las diarreas o los vómitos, pero según nos detalla el doctor, pueden aparecer unido a estos indicios:
- Un aumento del número de deposiciones.
- Cambio en la consistencia en las heces.
- Puede asociarse fiebre y dolor abdominal.
Sin embargo, estos síntomas podrían empeorar, pudiendo estar acompañados de otros signos más alarmantes, que seguramente nos harán saltar las alarmas, ante los cuáles, el Dr. Porcar recomienda consultar siempre con el pediatra, como son:
- Sangre o pus en las heces.
- Fiebre alta y mantenida.
- Si vuestro hijo vomita mucho, no tolera sólidos, ni líquidos.
- Si la duración es mayor a 7 días.
- Si los vómitos son verdosos, contienen sangre.
- Si está adormilado, llora sin lágrimas, orina poco o tiene los ojos hundidos.
- Si las deposiciones son muy abundantes y frecuentes, de tal manera, que no es capaz de beber al mismo ritmo que pierde.
Para poder prevenir el contagio, no hay nada que sea infalible, pero según nos comenta el experto, se puede hacer de tres maneras:
- La lactancia materna ha demostrado ser capaz de prevenir la gastroenteritis, así como a acelerar su curación.
- Por otro lado, disponemos de la vacuna de rotavirus que es oral y se da a partir de los 2 meses de edad. Protege contra los serotipos más agresivos de rotavirus que provocan infección.
- En caso de que estemos en contacto con un niño con gastroenteritis, debemos siempre lavarnos las manos con frecuencia, con cada cambio de pañal y evitar en contacto con las mucosas (boca)...
¿Cómo es el tratamiento de la GEA en niños?
Los expertos aseguran que la gastroenteritis es una patología que no suele revestir mayor gravedad si se trata, y el niño está debidamente hidratado y alimentado, ya que su peor cara es la deshidratación. “Lo primero y principal es que el tratamiento fundamental de las gastroenteritis es mantener el estado de hidratación, es decir, compensar las pérdidas que tiene por las heces con la ingesta de suero de rehidratación oral. La mayoría se curan solas, es decir, sin medicación”, afirma el doctor.
En el caso de que haya vómitos, el pediatra recomienda: “Hacer reposo digestivo durante 20 minutos y, posteriormente, ofrecer sorbos de suero durante 40-60 minutos. Si se tolera bien, ofrecer comida sin forzar. Los probióticos únicamente están indicados si la diarrea es muy frecuente y abundante”, aclara. Los alimentos que se ofrezcan deben ser los que normalmente coma el pequeño, comidas que le gusten… no tiene por qué llevar una dieta blanda. Y es que, algunos errores muy comunes asociados al tratamiento y cuidado de la gastroenteritis son, según nos comenta el pediatra:
- Poner goteros: hay que evitarlo, ya que la vía más fisiológica para hacer la rehidratación es la oral.
- Ofrecer bebidas azucaradas (zumos) y refrescos comerciales: hay que evitarlo puesto que llevan mucho azúcar y pueden provocar más diarrea.
- No hay que hacer dieta estricta, sólo evitar comidas grasas y azucaradas. La comida debe ser saludable y de manera precoz, en cuanto le apetezca y tolere.
- No se recomienda retirar lácteos, a menos que la diarrea dure más de 14 días.