La fertilidad ha sido considerada tradicionalmente responsabilidad de las mujeres, pero la realidad es que a día de hoy más de la mitad de los problemas de fertilidad de las parejas se deben al hombre debido a la gran disminución de la calidad del esperma.
“En la actualidad, el marcado descenso de la calidad de la cuenta espermática media, la reducción de su movilidad y el aumento de anomalías morfológicas del esperma de los últimos 50 años alza la voz de alarma”, explica Virginia Ruipérez González, miembro de la SEF, Sociedad Española de Fertilidad y de la Sociedad Europea de Medicina Naturista Clásica.
Un esperma sano es un esperma de calidad
“Un esperma sano es un esperma de calidad”, garantiza la experta. Pero, ¿cómo comprobarlo? Ruipérez González indica que para ello hay que recurrir a los seminogramas, unas pruebas que miden la calidad del esperma atendiendo a tres parámetros fundamentales:
- El número de espermatozoides (la cantidad)
- La movilidad (si puede llegar a las Trompas de Falopio)
- La morfología (cómo está formado)
Para que se produzca un embarazo los espermatozoides producidos por el hombre deben ser capaces de encontrar su camino hasta el ovocito y fertilizarlo, para ello el esperma debe ser producido en cantidad suficiente, su calidad debe ser muy buena y debe estar en forma para completar la titánica tarea de fertilizar.
La buena noticia: un esperma alterado no es concluyente
“Los seminogramas cambian cada tres meses porque el esperma se modifica cada trimestre. Por tanto, un esperma que está alterado no es concluyente y por eso hay que realizar varias pruebas para constatar cómo es realmente esa calidad”, expresa.
En concreto, el esperma necesita 100 días para su desarrollo: 74 para su formación y 20-30 para madurar. Por ello, la experta nos explica que la propuesta de los especialistas en fertilidad es proponer un plan de preparación y de optimización de la calidad espermática de 100 días antes de la concepción.
“La gran y buena noticia es que la calidad de tu esperma puede ser mejorada”, asevera la doctora especializada en fertilidad, maternidad y salud de la mujer.
Influencias negativas que reducen la calidad del esperma
La calidad del esperma se ve gravemente y fácilmente afectada por nuestro estilo de vida. Por eso, son necesarias unas mejoras saludables y dietéticas y dejar de lado toda la alimentación desequilibrada e industrial, deficitaria en nutrientes esenciales y rica en tóxicos químicos.
“Una alimentación sana y natural tiene su gran efecto positivo, supone una gran diferencia y es lo único que necesita un hombre para aumentar la calidad de su esperma. Es esencial elegir una alimentación rica en nutrientes esenciales que aumenta su producción y neutraliza los daños. Los resultados se aprecian en un par de meses”.
La fertilidad masculina también puede verse negativamente afectada por los entornos calurosos ya que el esperma es muy sensible a las altas temperaturas. “Las células espermáticas no se desarrollan ni funcionan si hay temperaturas mayores de 32 grados”, reitera. En concreto, ¿sabías que los testículos cuelgan fuera del cuerpo porque la producción y conservación del esperma es óptima a una temperatura inferior que la del cuerpo?
“Por ello, se presentan alteraciones de la fertilidad y retraso de la concepción en hombres que trabajan en ambientes con altas temperaturas, como los soldadores o los que pasan largos períodos sentados, lo que impide la ventilación del testículo como los conductores de vehículos”, advierte.
Otras recomendaciones son:
- Evitar el estrés, los esfuerzos y la fatiga (La salud emocional, mental y sexual es esencial).
- Evitar el calor excesivo (previamente mencionado): Es decir, todo aquello que caliente o que suba la temperatura testicular (por lo menos 2 meses y medio antes de intentar concebir, tiempo que el hombre necesita para producir una nueva cosecha de esperma no dañada por el calor). Por tanto, las pautas, en ese sentido, son no realizar baños calientes (en la bañera, ni en el jacuzzi, ni sauna), no usar mantas eléctricas ni calentar camas de agua o apagarlas antes de meterte en ella.
- No conducir largas distancias (para evitar estar mucho tiempo sentado) y evitar todo lo que mantenga los testículos pegados al cuerpo o que reduzcan la circulación del aire que llega a los genitales causando problemas de termorregulación del esperma. Es decir, evitar ropa apretada.
- Respecto a los suspensorios de atletismo y ciclismo que protegen los genitales, la indicación es quitarlos inmediatamente tras el ejercicio para evitar el calentamiento adicional.
- En cuanto a la ropa interior, lo mismo: es fundamental que no sea ajustada. En concreto, los boxers ofrecen teóricamente mayor capacidad de refrigeración y ventilación que los slips. “Las investigaciones confirman que el calzón de poliéster ajustado causa azoospermia o ausencia de producción de esperma sistemática, tanto que propusieron al slip de poliéster como la nueva forma de anticoncepción masculina”, añade.
- Cuidado con el material de la ropa: “Los tejidos y fibras artificiales, como el nailon y el poliéster hacen aumentar la temperatura del testículo más fácilmente que el algodón”. Por eso, es mejor usar sólo calzoncillos de algodón o de otro tejido natural que permite que los genitales respiren y se mantengan frescos.
- Evita el ejercicio físico excesivo y duro o el sedentarismo: “Disfrutar de un tiempo de relax cada día y practica relajación, meditación o yoga. Realizar actividad física moderada fortalecerá toda tu salud global”
- Evitar tóxicos como tabaco, alcohol, marihuana, cocaína o cafeína, ya que “interfieren en las hormonas, como en la secreción de testosterona, reduce la cuenta, motilidad, aumentan anomalías cromosómicas espermáticas, defectos en el embrión y reduce la libido”. Respecto al alcohol, ten en cuenta que una sola velada de fiesta ocasional daña seriamente la calidad del esperma necesitándose 3 meses para su recuperación.
- Sobre la alimentación: “Ten en cuenta que las fuentes más riclas de vitaminas y minerales son los alimentos del reino vegetal: frutas, verduras, hortalizas, cereales integrales, legumbres, frutos oleaginosos y algas. Además, las fuentes de proteínas más saludables y recomendadas son las de origen vegetal: cereales integrales y legumbres, debido a la gran toxicidad de los alimentos de origen animal”.
- Bebe mucha agua: “Se deben beber 2 litros de agua diarios, el agua es el principal componente del esperma”.
La relación entre el sexo y la calidad espermática
Por último, la experta asegura que existe una ambivalencia en los resultados de las investigaciones de la relación de frecuencia sexual y calidad espermática. “Unas investigaciones concluyen que cuanto más sexo más aumenta la calidad espermática. Otras, que las relaciones sexuales a diario no son recomendables ni son el mejor camino”.
La continencia bien dosificada es más provechosa: “Los estudios revelan que el punto máximo se alcanza a los 10 días de abstinencia, después el número de espermatozoides decrece”. Además, la eyaculación frecuente reduce la concentración del esperma. “Esto es importante en los casos de baja calidad espermática”, añade.
En cualquier caso, informa de que lo que sí es cierto es que el semen eyaculado es más fértil al cabo de 3 días. Por tanto, concluye que lo mejor es que cada pareja elija la frecuencia de sus encuentros sexuales en relación con su deseo.