Las aplicaciones infantiles pueden ayudar, desde muy temprana edad, a que los niños identifiquen y aprendan a gestionar sus emociones. Entre ellas, se encuentra la empatía, un requisito imprescindible para enfrentarnos a las diferentes situaciones de la vida cotidiana.
El mundo online continúa generando cierta desconfianza a los padres por, entre otras cosas, la adicción que éstas pueden generar y la imposibilidad de tener el control total sobre el contenido que están consumiendo. ¿Cómo aprender a identificar aplicaciones infantiles de calidad y manejarlas?
“Los niños necesitan un equilibrio entre los métodos tradicionales de educación y los puramente online y, por supuesto, siguiendo las recomendaciones de pediatras, psicopedagogos, gobiernos y especialistas, pueden aprender nuevas habilidades a través de la tecnología y las pantallas que son más difíciles de replicar con los métodos de toda la vida”, explica Rhona Anne Dick, directora de Experiencia de Aprendizaje de Lingokids.
Según indica la educadora, los contenidos que contienen las apps infantiles de calidad permiten ejercitar lo que se conoce como ‘teoría de la mente’ y ayudarles a desarrollar la capacidad de predecir los pensamientos y comportamientos de otras personas, que es la base de una interacción social satisfactoria.
“La Teoría de la Mente (ToM, por sus siglas en inglés) se define como el pensamiento social. Es decir, la capacidad de una persona de comprender, sin necesidad de explicaciones, los deseos, creencias, intenciones y emociones de otros. Esta comprensión contribuye al desarrollo de relaciones significativas y eficaces a lo largo de la vida, y su adquisición puede reforzarse a través del uso de herramientas tecnológicas”, expone.
La ToM, asevera, recoge tres factores esenciales que influyen en la capacidad de asumir la perspectiva de otra persona:
- La comunicación social, que combina el lenguaje verbal y no verbal
- La interacción social, que incluye un comportamiento adaptado al contexto, atención conjunta y reciprocidad social y emocional
- El funcionamiento ejecutivo, que requiere una mezcla de regulación emocional, pensamiento flexible y planificación para alcanzar un objetivo
Además, al hacerlo jugando, a los niños les parece divertido, lo cual desarrollará su inteligencia emocional de forma sencilla y sin apenas darse cuenta. “Por otra parte, una buena base emocional y de empatía creará el efecto de que los niños integren de manera más efectiva estos aprendizajes, convirtiéndolos en más significativos y sentando las bases para el futuro”.
Beneficios de las apps educativas
El contenido de calidad entregado a través de una pantalla puede ser una herramienta útil que sirva para complementar cualquier experiencia educativa. “Las aplicaciones de calidad fomentan las actividades offline también mediante canciones, actividades que promueven la actividad física, los hábitos de higiene, comida y salud… Es decir, pueden trasladarse a la vida real. Y también se pueden disfrutar jugando con amigos o familia”.
Gracias a la tecnología, los niños pueden aprender nuevas culturas a través de experiencias en vídeo, escuchar diferentes acentos e idiomas, profundizar el aprendizaje a través de juegos y cuestionarios, así como realizar un aprendizaje exploratorio y divertido que active su creatividad e imaginación. Además, aprenden a enfrentarse a la vida real, a interactuar, a incentivar sus habilidades sociales, o a resolver problemas de manera efectiva.
Por supuesto, la experta advierte que todas estas propuestas deben darse siempre dentro de un marco. Es decir, estableciendo unos límites en los que el tiempo frente a la pantalla sea productivo y limitado para que, de este modo, se convierta en una herramienta esencial y positiva que las familias y escuelas adopten aprovechando sus beneficios.
Requisitos para elegir aplicaciones de calidad (porque no todo vale)
Rhona Anne Dick advierte que no todo vale a la hora de exponer a los hijos a las aplicaciones infantiles. En concreto, nos enumera una serie de requisitos imprescindibles para elegir aplicaciones de calidad y con plenas garantías:
- El requisito imprescindible es que esté creado, revisado y aprobado por expertos en educación.
- Es fundamental que el contenido de las apps educativas no sea sólo pasivo, sino que los niños tengan la posibilidad de interactuar, que sea un contenido interactivo, pues de ese modo se fomenta de forma intrínseca las ganas de aprender de los niños.
- Por otro lado, menciona que es importante que el contenido pueda adaptarse y personalizarse de acuerdo con sus preferencias y ritmo de aprendizaje.
- La seguridad, especialmente en el caso de los niños, es esencial. “Por eso, una aplicación de calidad no debe contener anuncios y debe cumplir todas las normas de protección de datos”.
- El foco de atención debe ser no sólo las asignaturas tradicionales, como el inglés o las matemáticas, “sino también el desarrollo de las habilidades socioemocionales(comunicación e interacción con iguales, empatía, pensamiento crítico, curiosidad…)”.
Límites para aprender a usarlas
- Equilibrar el tiempo de pantalla: Podemos tomar como ejemplo las pautas de la Asociación Americana de Pediatría, que no recomienda el tiempo de pantalla para niños menores de 2 años. “En el caso de niños de 2 a 5 años, es importante regular el tiempo de pantalla no educativo a menos de 1 hora por día”. Asimismo, indica que el tiempo de pantalla educativo también debe limitarse para permitir otras experiencias de aprendizaje social y emocional con otros y otras actividades de aprendizaje importantes. Por eso, es importante asegurarse que el tiempo de pantalla no sea sedentario y también mantener tiempos diarios sin pantallas.
- Estar presentes y priorizar contenidos educativos: “Para asegurar el equilibrio, es importante que los adultos estén presentes y participen cuando los niños utilicen las pantallas y, siempre que sea posible, compartan en conjunto las actividades que realizan frente a ellas”. En definitiva, ser conscientes del contenido y priorizar la programación educativa, apropiada para la edad e interactiva, es fundamental para lograr experiencias positivas y beneficios para los niños.
- Autoevaluación y selección: Una forma de mantener buenas prácticas es autoevaluar como familia el tiempo dedicado frente a la pantalla. “Revisar los hábitos actuales frente a ellas y desarrollar un plan familiar sobre cuándo, cómo y dónde se pueden (y no) usar es una excelente iniciativa para mantener una rutina saludable y productiva”. Además, sugiere que es muy conveniente ayudar a los niños a reconocer y cuestionar los mensajes publicitarios, los estereotipos y otros contenidos problemáticos; así como prestar atención a los mensajes sobre género, imagen corporal, violencia, diversidad y temas sociales al elegir el contenido”.
- Moldear experiencias saludables y dar ejemplo: Los adultos deben moldear el uso saludable de la pantalla proponiendo alternativas tales como la lectura o los juegos al aire libre, así como actividades creativas y prácticas. Predicar con el ejemplo es una de las máximas para lograr experiencias saludables.