Se acercan los últimos exámenes del año y, con ellos, las calificaciones finales del curso. En algunas familias es costumbre hacer un regalo por las buenas notas como colofón al año escolar. ¿Es una idea recomendable? ¿Qué hay que tener en cuenta?
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Hemos charlado sobre ello con Almudena Lobato Montero, psicóloga y responsable del Grupo Psicología y Altas Capacidades del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental y con José Ramón Azcona, psicólogo y responsable del Grupo Psicología Educativa, también del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.
No te lo pierdas:
Partir de unas metas en el curso escolar
Estamos llegando al final de curso, y seguro surgirá una conversación a propósito de los resultados, pero igual de importante es mantenerla en septiembre, cuando inician una nueva etapa escolar.
“Si conocemos los pensamientos, deseos e ilusiones de los niños, podremos plantearles situaciones motivadoras durante todo el curso”, subraya José Ramón Azcona. Es un buen punto de partida para que se desenvuelvan bien todos esos meses.
Los premios por las calificaciones varían mucho dependiendo de la familia. Para algunas, solo se premian las buenas notas, que puede ser calificaciones por encima de notable, o todo sobresaliente, o haber aprobado el conjunto de las asignaturas. Esto tiene un inconveniente: “En muchas ocasiones se le da una importancia desmedida al valor numérico de la notas, obviando otros aspectos también importantes para el desarrollo del niño”, comenta Almudena Lobato.
Así, para ella, deberían tenerse en cuenta otras cuestiones como el esfuerzo, la responsabilidad y la mejora continua a la hora de premiar al niño. Todo ello sin olvidar otros aspectos importantes como “tener una buena convivencia familiar, relacionarse de forma adecuada con los iguales y tener un buen comportamiento dentro del centro educativo o en general”.
NO TE LO PIERDAS
Fijarse en las calificaciones y en algo más
“La calificación académica no es más que un resultado cuantitativo que trata de reflejar el conocimiento adquirido a lo largo de un curso”, advierte la psicóloga del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.
¿Con qué tipo de premio se debe obsequiar al niño?
Los premios por las notas deben ser racionales y ajustados. Para Almudena Lobato, es conveniente evitar premios excesivos y aboga por “pequeños regalos, acompañados de un feedback concreto y constructivo respecto a los motivos que nos han llevado a darlo, indicando que no es solo por su resultado, sino también por su actitud y desempeño”. Así, serían buenos ejemplos de premios ir al cine, cenar su comida favorita, hacer una merienda con un grupo de amigos...
Por su parte, José Ramón Azcona insiste en que los premios no deben ser obligatoriamente materiales. En su lugar, puede plantearse alguna experiencia familiar conjunta o combinar ambos tipos de premios. Todo ello tras un análisis del curso donde se evalúen las expectativas que padres y alumnos pusieron a comienzos de año. “No es lo mismo un alumno que ha aprobado todo, pero su capacidad da para más, que un alumno que llega con esfuerzo y constancia casi a lo máximo que puede llegar”, apunta.
NO TE LO PIERDAS
La conversación que no debe faltar
El regalo por las calificaciones escolares debe ir siempre acompañado de una charla entre padres e hijos. Sucederá igual cuando los progenitores decidan no darle ningún premio. “Debemos explicar los motivos que han llevado a tomar esa decisión, pero de una forma explicativa y comprensiva, nunca de una forma imperativa”, aconseja el psicólogo.
Además, es importante que el premio incluya “afecto, reconocimiento y valoración hacia su actitud responsable y de superación y no limitarse a un número de calificación”, asegura Almudena Lobato. Así, el valor no se pone en algo externo al niño, lo que le ayudará a construir una autoestima sana.
NO TE LO PIERDAS
La importancia de la motivación
El afecto y reconocimiento “tienen un valor motivador y reforzante mayor que cualquier objeto que se pueda regalar”, asegura la experta del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.
A veces los malos resultados se deben a un insuficiente trabajo por parte del alumno. Para solucionar este problema, hay que plantearles que “los estudios constituyen su trabajo con ejemplos prácticos y reales”, destaca José Ramón Azcona. Así, se les pueden encargar pequeñas responsabilidades en el hogar.
¿Hay que castigar o poner consecuencias ante un mal resultado?
Ya sabemos cómo actuar en caso de que el niño haya cumplido las expectativas escolares que se fijaron al comienzo de curso. Pero, ¿qué pasa cuando no llega a ellas? ¿Hay que imponer un castigo o retirar algún privilegio?
“Más importante que castigar por los malos resultados académicos, es conveniente tratar de conocer el motivo que puede haber detrás para darle solución (falta de concentración, de estudio, dificultades de aprendizaje, problemas con los compañeros, problemas de salud mental...)”, enumera Almudena Lobato.
Retirar privilegios (por ejemplo, no dejarlos salir o no poder utilizar el móvil), puede ser un arma de doble filo. Si se hace, tendría que ser una manera de motivar porque “si esa retirada hace que el niño tire definitivamente la toalla a nivel académico, se consigue el efecto contrario y por lo tanto no es conveniente”, alerta José Ramón Azcona.