Una buena salud bucodental en los menores puede prevenir inconvenientes a largo plazo como pueden ser dificultades en la mordida, en la erupción de los dientes, alteraciones a nivel muscular o e incluso, problemas en el habla, en encías y por su puesto, en dientes. “La dentición temporal es igual de importante que la dentición definitiva. Esto se debe, fundamentalmente, a que debajo de los dientes de leche están los definitivos. Por tanto, cualquier lesión o infección puede afectarles”, nos cuenta la doctora Almudena Herraiz, Directora Médica de Ortodoncia de las Clínicas Dentales Abaden (www.abadendentistas.com).
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Según los expertos, es importante que los padres inculquen a sus hijos buenos hábitos de higiene desde pequeños, y concretamente, un buen cuidado dental. Y es que, “mantener unos dientes sanos evitará la aparición de enfermedades bucales futuras como caries, gingivitis y periodontitis, y asegurará que los niños puedan desarrollar con normalidad las funciones orales básicas”, nos cuenta la doctora, y nos enumera las siguientes:
Si los dientes realizan una buena masticación de los alimentos: contribuye a que se forme un correcto bolo alimentario y a que mejore la digestión.
Los dientes temporales estimulan el desarrollo y el crecimiento de los huesos maxilares de forma fisiológica.
Los dientes de leche actúan de guía para la erupción de los dientes definitivos. Y, además, mantienen el espacio fisiológico para que se produzca un correcto recambio dental.
Los dientes temporales permiten una buena fonación.
Descubre los 10 consejos que debes tener en cuenta para un buen cepillado de dientes de tus hijos.
Según nos cuenta la experta, el cepillo correcto “debe de ser adecuado a la edad y tamaño de la boca del niño para poder acceder bien a todas las partes de la cavidad oral”. Además, hay que fijarse en que el cepillo cuente con “unas cerdas suaves, un cabezal pequeño y un mango largo, amplio y engomado”, recomienda. Por último, los expertos aconsejan que el cepillo sea cambiado cada 3 meses. Ya que: “Pasado ese tiempo, las cerdas del cepillo están muy desgastadas y pierden eficacia”, advierte la experta.
Al escoger la pasta dental, “no debemos fijarnos en la edad del niño, sino en la cantidad de flúor que contiene”, nos dice la experta y especifica por cuál decantarnos por edades:
Entre los 6 y los 24 meses: “hay que elegir una pasta dental con 1000 ppm de flúor”.
Entre los 2 y los 6 años: “se debe escoger una pasta dental con 1000-1450 ppm de flúor”.
Más de 6 años: “a esta edad, los niños ya pueden utilizar pastas dentales para adultos, que contengan, al menos, 1450 ppm de flúor”.
Seguramente, tengas la manía de mojar el cepillo de dientes, antes o después de poner la pasta de dientes. Pues has de saber que no está recomendado por los expertos, y por supuesto, tampoco para los peques. “No, el cepillo no se debe mojar, ya que actúa mejor seco. Es decir, arrastra mejor la placa bacteriana y la comida”, asegura la odontóloga.
“Fruto de los anuncios de dentífricos que hemos visto en televisión a lo largo de los años existe una costumbre común a casi todas las personas: aplicar la pasta de dientes a lo largo de todas las cerdas del cepillo. Sin embargo, esto no es necesario ni en niños ni en adultos”, nos cuenta la experta.
En el caso de los niños, podemos tomar como referencia las siguientes medidas, tal y como nos explica la doctora:
Entre los 6 y los 12 meses: “aplicar una mínima cantidad de pasta, como un granito de arroz sin volumen”.
Entre los 12 y los 24 meses: “la referencia es un granito de arroz con volumen”.
A partir de los 2 años:” en estos niños, ya se puede aplicar una cantidad de pasta similar a la del tamaño de un guisante”.
Una duda frecuente a la hora de lavar los dientes a los niños es, ¿cuánto tiempo necesita el cepillado? Según nos dice la doctora: “ Debe durar un total de tres minutos. Para no olvidar ninguna zona y prestar la misma atención a todas, una buena costumbre es dividir la boca en cuatro cuadrantes y dedicar 45 segundos a cada cuadrante”, aconseja.
Cuando el niño es más independiente (entre los 7 y 8 años), es capaz de lavarse los dientes solito, pero cuando son más pequeñitos, los papás son los que deben hacerlo, ¿cómo?
“Hay que levantar el labio del niño y cepillar todas las caras de los dientes. La técnica empleada debe consistir en movimientos suaves, pero a la vez firmes. Se debe recurrir tanto a movimientos verticales (de arriba abajo) como a movimientos circulares. Todos los movimientos deben ser de arrastre (hacia fuera) para retirar la suciedad. Y, por último, no hay que olvidarse de cepillar la lengua (con movimientos de arrastre hacia delante)”, nos explica.
Una de las dudas más repetidas entre los papás es cuando comenzar con el lavado de los dientes. Aunque pueda parecer mentira, un bebé de 6 meses ya debería comenzar a lavarse los dientes.
Esto es debido a que es entonces cuándo comienzan la alimentación complementaria por lo que aumenta la cantidad de bacterias que pueden acumularse en la boca. “Los dientes de los niños se deben cepillar desde que se produce la salida del primer diente de leche, que suele ocurrir entre los 6 y los 12 meses”, indica.
“A partir de los ocho años, los niños desarrollan las habilidades motoras adecuadas para cepillarse los dientes por sí mismos. Por tanto, hasta esa edad, el cepillado debe ser realizado por un adulto. En caso contrario, la limpieza dental no será efectiva”, asegura la experta.
Y, claro, otra de las grandes dudas es: ¿cómo puede un bebé enjuagarse la boca después de cepillarle los dientes? O, ¿a qué edad se debe comenzar a hacer? La experta nos responde que: “En el caso del agua, es preferible no enjuagarse la boca tras el cepillado”, asegura.
“En el caso del colutorio, solamente se recomienda su uso en niños mayores de 6-7 años. Sin embargo, la decisión de administrar un colutorio no debe estar basada únicamente en la edad. Más que esto, los padres deben valorar la capacidad de deglución que tiene desarrollada el niño. Es fundamental, además, que el niño pueda entender que el colutorio no se debe tragar, sino que tiene que enjuagarse y escupir. Esto se debe a que los colutorios contienen componentes como el flúor o la clorhexidina. La ingesta puntual de colutorio con dichos componentes no resulta perjudicial para la salud del niño, pero no es aconsejable de manera constante”, advierte.
Y, por último, ¿qué pasa con el hilo dental? ¿Es importante usarlo también en niños?
“Sí, desde la aparición de los molares lo ideal es introducir el hilo dental en la higiene diaria de los niños por lo menos una vez al día (antes de dormir). Para ello, lo más cómodo y sencillo es utilizar flosser (arco con hilo)”, recomienda.
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