Un aborto espontáneo es aquella pérdida espontánea de un feto antes de la semana 20 del embarazo, pues la que se produce después, se denomina muerte fetal. Es un suceso que ocurre de manera natural, a diferencia de los abortos médicos o quirúrgicos y, en la mayoría de los casos, están relacionados con una mala calidad de los óvulos (sobre todo, en mujeres de edad avanzada), de los espermatozoides o de ambos . Sin embargo, puede darse el caso de aborto espontáneo en parejas jóvenes sin ninguna anomalía aparente, lo que lleva a los médicos a buscar otras causas en el organismo materno, sobre todo, si el aborto se produce repetidamente ( lo que se conoce como aborto de repetición ). En este caso, ¿cuáles son las causas de que ocurra la pérdida de un embarazo? ¿se pueden prevenir o evitar?
Una producción insuficiente de progesterona, la causa más habitual
Los abortos pueden estar relacionados con múltiples condiciones patológicas -desde anomalías morfológicas del útero hasta problemas inmunológicos o desequilibrios en la función de las diferentes glándulas endocrinas-, pero en el caso de las mujeres jóvenes, nos explica el Dr. Jan Tesarik, ginecólogo y director de la Clínica MAR&Gen de Granada, “ están mayoritariamente provocados por una producción insuficiente de la hormona progesterona, cuyo papel es mantener el útero en un estado funcional y amigable para el embrión ”.
Para entender por qué sí o no se puede predecir o prevenir esta falta, hay que saber cómo funciona y la progesterona en el útero desde el momento de la concepción hasta esa semana 20 que establece el límite al aborto espontáneo:
- En primer lugar, es el ovario quien produce la progesterona en el inicio del embarazo . El ovario está formado por óvulos que se sitúan dentro de pequeños sacos llenos de líquido (folículos). Cuando el óvulo es expulsado de este folículo y fecundado, es el cuerpo lúteo (ese folículo que se queda libre de óvulo) quien produce la progesterona.
- A continuación, cuando la placenta ya está formada y preparada para producir progesterona , el cuerpo lúteo le pasa el relevo de la tarea a ésta, quien se convierte en la mayor fuente de esta hormona durante el resto del embarazo. Este relevo se denomina desplazamiento lúteo placentario.
Por tanto, hay dos fuentes principales de progesterona durante el embarazo: primero, el cuerpo lúteo y, después, la propia placenta. La baja producción en ambos casos es lo que produce la gran mayoría de los abortos espontáneos en mujeres jóvenes.
¿Por qué se produce esta baja producción de progesterona?
Para responder a esta pregunta, el doctor nos vuelve a dividir el embarazo en dos fases:
- Los casos en los que el trastorno está en esa primera fase y en el funcionamiento del propio cuerpo lúteo, es decir, cuando se produce una deficiencia de producción por parte del folículo que ha liberado el óvulo. Los embarazos aquí suelen perderse a las pocas semanas después de la concepción, incluso antes de que pueda ser detectado por un examen ecográfico . Por ello, se denominan embarazos bioquímicos, ya que su existencia solo puede demostrarse mediante la detección de marcadores bioquímicos en sangre.
- Después, por un inicio tardío de ese desplazamiento lúteo-placentario que hemos definido. Esto se produce meses después de la concepción, hasta la semana 20 del embarazo. Las causas de este retraso, nos comenta el doctor, “son aún desconocidas”.
Tanto en un caso como en otro, aunque más frecuente en este último, las causas concretas más frecuentes de la baja producción de progesterona se asocian “ a diferentes tratamientos de reproducción asistida que utilizan inyecciones hormonales para estimular el crecimiento simultáneo de múltiples folículos y para inducir la fase final de la maduración de los óvulos”. Aunque no puede descartarse tampoco una baja producción de progesterona tras una evolución natural, porque sí que se ha observado también en algunas parejas jóvenes.
Un aborto espontáneo, ¿se puede prevenir?
Sí, se podría. Para ello, “es preciso analizar la calidad de la fase lútea y detectar un eventual retraso del desplazamiento lúteo placentario para tomar las medidas adecuadas”. Es decir, poner el foco en esa primera producción de progesterona y en ese relevo cuerpo lúteo-placenta. Para ello, nos explica el doctor, “hay que realizar una determinación repetida de la concentración de progesterona en la sangre durante los primeros meses del embarazo”. Unas pruebas que deben ser aún más frecuentes en casos de mujeres con un historial de aborto espontáneo ya activo y en los casos en los que existan pérdidas de sangre durante el embarazo .
Y es que, en algunos casos, nos cuenta el doctor, “algunas mujeres tienen una clara predisposición a la producción defectuosa de la progesterona, por lo que no necesitamos un tratamiento de reproducción asistida para realizar este estudio, aunque si se reúnen las dos condiciones, el riesgo es más alto y, por tanto, prestaremos más atención para evitarlo”.
En este sentido, la solución terapéutica consiste en la aplicación de progesterona por vía vaginal, oral o intramuscular. Un tratamiento que tendrá que llevarse a cabo si los niveles de esta hormona son bajos en comparación con la habitual para la fase correspondiente del embarazo. Hay que tener en cuenta que, generalmente, crece de manera progresiva durante los primeros meses, pero si deja de hacerlo o, incluso, empieza a bajar, también se debería comenzar con el tratamiento.
Otras patologías o anomalías frecuentes en un aborto espontáneo
Si nos alejamos ya de estos abortos espontáneos en mujeres jóvenes de los que hemos hablado, podemos afirmar que la mayoría de ellos (como hemos visto al principio) se producen por problemas en los óvulos y espermatozoides. En el caso de los óvulos, el problema más frecuente está asociado con anomalías cromosómicas (lo que se denominan aneuploidías) y que están muy relacionadas con la edad de la mujer. “Después de los 40 años de edad, la mayoría de los óvulos que una mujer desarrolla contiene una anomalía de este tipo durante la fase final de su desarrollo dentro de los folículos ováricos ”, nos dice el doctor. En los hombres, por su parte, la fragmentación del ADN de los espermatozoides es una causa importante de abortos espontáneos.
En ambos casos, también existen métodos para intentar evitar este problema, “como son los tratamientos hormonales, el uso de sustancias antioxidantes, cambios del estilo de vida, técnicas utilizadas en el laboratorio de reproducción asistida y, como último recurso, la donación de óvulos y espermatozoides”.