Como padres de adolescentes en todo momento queremos protegerlos, y a veces pensamos que siguen siendo nuestros pequeños cuando, en realidad, lo que tus hijos necesitan es cada vez más independencia y autonomía, y que les trates como adultos, dándoles la confianza necesaria para aprender a tomar decisiones. Terminar de pulir y formar su personalidad es una de las prioridades de esta época de adolescencia y aunque, en muchas cosas no estés de acuerdo con ellos, debes darles un respiro en según qué situaciones como es la elección de su ropa. “No es ningún secreto afirmar que la etapa adolescente es una etapa de descubrimiento, independencia y construcción de la propia identidad. La forma de vestir es, precisamente, una de las primeras elecciones que nuestros hijos hacen para comenzar ese proceso de autonomía y reafirmación”, explica la educadora educadora, especializada en adolescencia, Diana Al Azem (www.adolescenciapositiva.com).
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Hasta aquí todo bien, y es que, incluso en su primera infancia ya comienzan a elegir (sobre todo pasa en las niñas) lo que quieren ponerse para ir al colegio o salir a dar un paseo. Conforme van creciendo sus gustos van evolucionando: “El problema viene cuando sus preferencias de estilo no se ajustan a las expectativas que los padres tenían sobre ellos: faldas demasiado cortas, colores tristes y oscuros, esa sudadera que nunca se quita... No podemos elegir siempre por ellos ni imponer nuestro criterio a todas horas, por mucho que nos pese, pero sí podemos negociar y llegar a acuerdos que beneficien a ambas partes”, según nos cuenta la experta.
Lo ideal es que la adolescencia sea una etapa, aunque complicada, no repleta de conflictos y de eternas negociaciones para cualquier decisión o circunstancia, por ello, hay que ser flexibles. Además, es importante saber que, durante esta época, todavía tienes una gran influencia sobre tus hijos ya que necesitan seguir aprendiendo de ti, como ejemplo y referente para conseguir sus propios objetivos.
1. Marca solo las líneas rojas
“Permite que tu hijo adolescente elija su forma de vestir, en general, de esta forma sentirá que le das libertad para vestir como quiera y así podrás marcar aquellas líneas rojas que no debe traspasar, como ir a un evento especial en ropa de deporte o llevar una indumentaria inapropiada al instituto”, aconseja la experta.
Lo más adecuado y que más te puede ayudar, a medida que el niño crece, es marcar esas líneas rojas o límites desde la infancia de una forma suave y relajada. Poner límites se ve como algo negativo cuando, en realidad, será lo más positivo que puedes ofrecerle para su educación, ya que ayudan a que siempre haya un orden y una seguridad en todo lo que haga.
2. Acompáñale a comprar la ropa para esas ocasiones especiales
“Si realmente es importante para ti que vista de determinada manera para ese evento, en concreto, acompáñale al centro comercial a elegir entre ambos el vestuario. Recuerda que no se trata de encontrar el look perfecto, sino de tomar una decisión unánime”. Al final, tu hijo sigue necesitando que le ayudes a tomar decisiones, aunque se crea mayor, y tu experiencia será clave para aconsejarle en este tipo de decisiones.
3. Permítele elegir su estilo cuando va con los amigos
Y es que ‘encajar’ en su círculo social y sentirse integrado en todos los sentidos será muy importante para él en esta época, sobre todo, en lo referente a la forma de vestir.
“Puede parecerte una tontería, pero la ropa que se ponen los adolescentes influye en cómo se relaciona con los demás y cómo se ven a sí mismos. Si no visten como ellos desean vestir, pueden llegar a caer en un estado de bajo ánimo o incluso escasa autoestima”, asegura.
4. No critiques su estilo
“Si lo haces a menudo es posible que se revele más aún contra ti y, por lo tanto, la próxima prenda que adquiera sea más exagerada si cabe que la primera”, nos advierte. Y es que, la adolescencia no consiste en continuos enfrentamientos y conflictos entre padres e hijos, sino que hay que saber empatizar y llegar a una armonía en la que, tanto los padres como los jóvenes se sientan cómodos con la decisión tomada.
5. Hazte a la idea de que ya no es un niño/a
“No impongas tus preferencias ni te enfades con él cuando decida que ya no quiere ponerse la ropa que le compras sin tener en cuenta su opinión. Tu hijo/a ha crecido y necesita sentir que puede tomar sus propias decisiones. Hablad en casa sobre sus nuevas preferencias de vestuario para que la ropa no suponga un motivo de discusión diaria”, recomienda la educadora. Y es que realmente le harás un flaco favor si le sigues tratando como cuando tenía 8 o 9 años, porque lo que ahora necesita tu hijo es que cada vez tomes más en serio sus opiniones y decisiones.