Es evidente que el culto al cuerpo, como objeto de deseo sexual, ha transformado los cánones de belleza. Nuestros familiares y amigos, la televisión e Internet fomentan la hipersexualización precoz. ¿Pero qué entendemos realmente por este término cuando se da en la infancia y cuáles son sus consecuencias?
La hipersexualización, que en ocasiones se da de forma muy sutil, ya que es como nos han educado y a lo que nos hemos acostumbrado, hace referencia a un patrón que define como valiosa socialmente a la persona que tiene un valor sexual.
“La hipersexualización en la infancia se da cuando existe una obsesión por resaltar los atributos sexuales de una persona por encima de otras cualidades”, informa Laura Cerdán (@lcpsicologia), psicóloga en Barcelona.
Consecuencias de la hipersexualización en la infancia
Al final, toda la información que reciban durante su desarrollo será determinante para su autoestima, y la hepersexualización tiene unos efectos evidentes, según la experta:
- Imagen personal pobre, “pues se ha construido en base al aspecto físico” y autoestima baja, “pues se ha basado en aspectos sesgados y superficiales del aspecto físico”. Se desarrollan frágiles y vulnerables, inmaduros y fácilmente manipulables.
- Obsesión por el perfeccionismo: “Los niños se convierten en adolescentes y adultos en búsqueda constante del ideal de belleza asumido desde la infancia como único”.
- El físico es el eje central, “impidiendo al menor trabajar otros ámbitos y creando así adultos inmaduros”. Dedican su tiempo al aspecto físico, vestimenta, etc, dejando de lado sus cualidades e identidad.
- Atributos sexuales: Su autoconcepto estará fijado en lo que se considere como “atributos sexuales”, desvalorizando otros aspectos de sí mismo y de sus futuras parejas.
- Se asumen roles propios de los adultos, “alternando así el desarrollo y el bienestar emocional del menor”, provocando que disminuya su calidad de vida y bienestar emocional.
- Posibles trastornos: Como adultos, serán frecuentes los trastornos de ansiedad, alimentación y depresión.
- Vida sexual temprana: Riesgo de empezar una vida sexual a temprana edad y no acorde con su desarrollo psicobiológico.
A grandes rasgos, provoca que los niños tengan una transición demasiado precoz a la vida adulta y asuman roles para los que no están preparados. Es decir, se pierde la infancia.
Dejemos a los niños ser niños
La psicóloga explica que si aprende que la forma de expresarse y vestirse, así como bailar, socializar, usar ropa determinada es la forma con la que recibe atención y aprobación, irá en busca de esa gratificación, alejándose de su manera de ser para adaptarse a otra que le asegure el reconocimiento.
Al final, y muchas veces inconscientemente, les hacemos ver que la sociedad espera de ellos una personalidad llena de belleza, en la que estén expuestos como objetos sexuales, y tengan que cumplir ciertos estereotipos y hacer que crezcan de forma que su etapa infantil se vea obligada a ser rechazada. Algunos ejemplos:
- Preguntar al niño/a si tiene novia/o
- Enseñarles a bailar reguetón o algún estilo similar con movimientos sexuales
- Decirles que son sexys
- Incentivarlas a que se maquillen o utilicen pintalabios desde pequeñas
Para evitar la hipersexualización, los expertos coinciden en lo importante que es dejarles fluir durante su infancia. Es decir, dejándoles ser niños.
Por tanto, según la psicóloga Laura Cerdán, debemos permitir que se desarrollen de forma natural y no les inculquemos modelos para los que aún no están preparados. ¿Cómo lo hacemos? Siguiendo estos pasos:
- No incentivar el hecho de que lleven maquillaje u otros accesorios para adultos
- Evita que su ropa sea la de una persona adulta
- Evita decir que son sexys
- No fomentes en ellos bailes sensuales
- Evita ponerles canciones de reguetón
- No les des besos en la boca
- No les molestes preguntándoles si tienen novios
“Deja que tus hijos disfruten de su infancia, tienen toda la vida para ser adultos”, concluye la psicóloga.