A través de su ventana en redes sociales (@conpepitasdechocolate), Marichu Suárez comenzó a contar el proceso que estaba viviendo al enterarse de que quedarse embarazada no iba a ser tan fácil como parecía. Ahora, con un sueño cumplido, Juanito en sus brazos, y un largo proceso de terapias, hablamos con ella para saber por qué decidió compartir su experiencia y convertirse en el apoyo de tantísimas mujeres y parejas que viven el mismo proceso.
-Marichu, nos recibes con Juanito, sin embargo, tal y como dices en tu instagram: “No te lo crees”. Cuéntanos, ¿cómo fue tu proceso hasta saber que estabas embarazada?
-Largo y difícil. Y ya no tanto en cuanto a tiempo, pero sí en el sentido emocional. La infertilidad es muy dura porque nadie te asegura resultados, es una incerti-dumbre tan abrumadora que termina haciéndose muy insoportable. Para llegar hasta Juanito, en nuestro caso pasaron varios ginecólogos y urólogos, dos tratamientos de FIV con siete transferencias negativas, muchas consultas en distintas clínicas y muchas malas noticias, el proceso de adopción completo y, finalmente, un tratamiento de naprotecnología gracias al cual pudimos ver, por fin, el positivo en el test de embarazo. Igual no parece mucho, pero la carga emocional es muy pesada.
“Cuando vi el positivo en el test de embarazo, el pecho me dolía de lo fuerte que me latía el corazón. Necesitaba, por fin, gritar a los cuatro vientos que estaba embarazada”
-Gracias a tus redes sociales, comenzamos a conocer una situación muy común y tan poco conocida como son los problemas de fertilidad, ¿por qué decidiste contarlo?
-Bueno, llegó un momento en el que se me hizo tan dura la carga que necesitaba soltarla, pero como en nuestro círculo cercano era más difícil, opté por abrir un perfil en Instagram para desahogarme. Así que al principio fue terapéutico, me hacía bien, pero después empezaron a llegar las seguidoras, a escribirme y contarme sus casos, y me enfadé tanto con ese tabú tan injusto que nos hace llorar en silencio que le di otro enfoque a la cuenta, más de exteriorización y naturalización de esta situación.
-¿Qué consejo darías a todas las parejas que están pasando por algo similar?
-Que intenten abordar la situación de la mano y no por separado, afrontando el reto como una oportunidad para hacerse más fuertes juntos. La vida no es nada fácil y, por desgracia, es muy posible que no sea lo peor que vayamos a vivir como pareja o, al menos, no lo único malo, así que es una oportunidad excelente para practicar y redescubrirnos en la dificultad, apoyándonos.
“Decidí contarlo porque llegó un momento en el que se me hizo tan dura la carga que necesitaba soltarla, y opté por abrir un perfil en Instagram para desahogarme”
-¿Cómo te sentiste el día que supiste que estabas embarazada y que Juanito iba creciendo sano?
-Cuando vi el positivo en el test de embarazo, el pecho me dolía, de verdad, de lo fuerte que me latía el corazón. Por un lado, fui incapaz de procesarlo, pero, por otro, salí corriendo a enseñárselo a mi marido... Sabía que el riesgo de perderlo estaba ahí y estaba aterrada, pero después de todo necesitaba, por fin, gritar a los cuatro vientos que estaba embarazada, aunque solo fueran unas horas.
-Ahora, con Juanito en casa, estás viviendo un sueño cumplido ¿es como esperabas?
-¡Increíble! El mayor sueño. Sí que es como esperaba. Efectivamente, la maternidad y el posparto son duros, llegues con las ganas que llegues e incluso después de haberlo luchado tanto, pero la verdad es que cada día que pasa es mejor y mejor.
-Has lanzado también una web, ¿por qué?
-Cuando yo estaba en el camino, dedicaba muchísimas horas navegando en foros y buscando a alguien con quien hablar, ese apoyo es complicado de encontrar y no hay nada mejor que poder compartir con quienes viven lo mismo y entienden lo que necesitamos.