El asma es una enfermedad crónica. Por eso los niños, al igual que los adultos asmáticos, sufren limitaciones en su vida diaria. Teniendo en cuenta que la infancia es una etapa donde se realiza muchísima actividad física, ¿cómo les afecta a estos niños, por tanto, practicar ejercicio? ¿Deberían limitarlo durante los meses primaverales o todo lo contrario?
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Según informa La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), el ejercicio desencadena síntomas en el paciente asmático. En concreto, los síntomas nocturnos como la tos, pueden dificultar el descanso de estos pacientes, afectándoles al rendimiento escolar.
“Por este motivo, si la enfermedad no está controlada, no les va a ser posible hacer todo el ejercicio que ellos desearían, interfiriendo en sus relaciones sociales y disminuyendo su calidad de vida”, advierte el doctor Sergio José Quevedo Teruel, pediatra alergólogo del Hospital Universitario Severo Ochoa de Madrid y miembro de la SEICAP.
Como consecuencia, lo que ocurre en muchos casos, matiza el experto, es que, el niño con asma hace cada vez menos ejercicio. “Esto conduce a un empeoramiento de la condición física, entrando en un círculo vicioso que le lleva a reducir la actividad, produciendo a la larga sobrepeso y un empeoramiento en general del control de su enfermedad”.
“En cualquier caso, los beneficios del deporte en el asma son indudables, aunque podría parecer una contradicción por todo lo que acabamos de afirmar”, reconoce Quevedo Teruel. Te explicamos por qué.
Beneficios del deporte en niños con asma
El doctor asegura que el deporte, llevado a cabo de forma adecuada y con un buen control del asma, es muy recomendable porque mejora la condición física de los pacientes, su autoestima y amplía sus relaciones sociales.
“No solo es posible realizar ejercicio de cualquier tipo para un asmático, sino que existen muchos casos de deportistas profesionales con asma”, puntualiza.
¿Cuáles son los deportes más indicados?
En concreto, la natación tiene la ventaja de que se realiza bajo techo la mayoría de las veces, “por lo tanto, la temperatura es más estable y hay una menor exposición a alérgenos ambientales, aparte de que es un deporte aeróbico”.
El tenis, sin embargo, no está tan recomendado ya que implica la exposición a inhalantes, contaminación... “Además en invierno, al ser un deporte anaeróbico, supone la inhalación de aire frío por la boca y todo ello favorece el broncoespasmo y la aparición de síntomas en asmáticos”, añade el experto.
Aún así, expone que el niño debería de hacer el deporte que le guste. “Más que indicarle qué deporte es mejor o peor, lo que habría que hacer es controlar de forma adecuada su enfermedad para que practique el que desee”.
¿Qué actividades pueden causar asma por practicar ejercicio?
“Cualquier actividad física es susceptible de producir síntomas en el asma”, matiza el doctor. “Los niños con un mal control de su patología pueden tener sintomatología simplemente por subir pequeños tramos de escaleras o al agitarse o alterarse”.
Hay circunstancias que aumentan las posibilidades de tener síntomas, como son:
- Temperatura fría
- Lluvia
- Viento (por aumentar la exposición a inhalantes como los pólenes)
- Contaminación o la presencia de partículas en suspensión en el aire
- Además, las actividades anaeróbicas ocasionan la entrada rápida de aire en las vías respiratorias, que sobre todo si está frío y seco, favorece la inflamación de dichas vías respiratorias y el broncoespasmo
¿Qué medidas podemos tomar para prevenir la aparición del asma inducida por el ejercicio?
Según el doctor, el niño tiene que realizar un adecuado calentamiento e ir aumentando la intensidad de la actividad física de forma progresiva.
Además, sugiere administrar un broncodilatador unos minutos antes de iniciar el deporte. “En el momento que comience a presentar síntomas se le debe permitir detener la actividad, pudiendo administrarse una nueva dosis de broncodilatador en este momento”.
Si, a pesar de estas medidas, sigue presentando síntomas, debe ponerlo en conocimiento de su pediatra o bien del neumólogo o alergólogo pediátrico para que este ajuste su medicación de base y se consiga un adecuado control de la enfermedad.