Muchas veces se dice que los pies son los grandes olvidados a la hora de darles el cuidado que merecen, pero ¿qué pasa con la higiene de oídos? Esta es otra de las partes del cuerpo a la que menos importancia le damos, y, sin embargo, es muy importante prestarle atención, sobre todo, en niños. Y es que una buena higiene de oídos “implica la protección y el cuidado de las orejas, así como, la limpieza del oído en sí. Las orejas hay que limpiarlas con regularidad, pero, además, hay que protegerlas en verano, con crema solar, y en invierno, tratar de cubrirlas con gorritos u orejeras. Además, en el caso de que las orejas tengan pendientes hay que tener cuidado de que no se infecten. Y si vemos que hay mucha suciedad, o nos damos cuenta de que al niño le puede estar doliendo, debemos pedir cita con el pediatra para que valore si algo está sucediendo”, aconseja Ainhoa Baucells, enfermera pediátrica, quién, además, también realiza divulgación sanitaria de pediatría tanto en su cuenta de Instagram @enfermeradebebes, como en su web www.enfermeradebebes.com.
Cómo limpiar correctamente la cera del oído en niños
“La cera se produce en la parte más externa del conducto auditivo y, poco a poco, va saliendo hacia fuera. Es normal que el aspecto de la cera varíe mucho de unas personas a otras, e incluso en una misma persona. Puede ser desde casi líquida a muy dura; y de casi blanca a casi negra, o rojiza o ámbar. Esto no dice que haya ningún problema”, explica la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP). Y es que la cera tiene una función muy concreta dentro del oído, y es protegerlo de cualquier factor externo que pueda dañarle. “La cera que se secreta en el conducto auditivo sirve para proteger al oído ante posibles agresiones, por lo que, cuando tiene un factor protector no se debe intentar extraer. En el caso de que esta cera salga del conducto auditivo al pabellón auricular y veamos que está sucio, lo que tenemos que hacer es extraer la parte que queda por fuera con un pañito húmedo o una gasa. Un buen momento para limpiarlo sería el baño”, recomienda la experta.
Y, ¿qué pasa con los bastoncitos? Y es que el uso de este utensilio de higiene personal está muy extendido entre la población ya que están específicamente fabricados para la limpieza e higiene de las orejas, pero debemos solo remitirlos al uso exterior y nunca introducirlos en el conducto auditivo, ya que, según asegura la enfermera: “El uso de bastoncitos para la limpieza de la cera está completamente desaconsejado porque, precisamente, al introducir el bastoncito lo que estamos haciendo es empujar la cera hacia el interior, pudiendo provocar irritaciones del conducto auditivo e incluso llegar a producir infecciones. Además, el hecho de empujar esta cera hacia el interior, hace que los niños, o en general las personas, tengan más riesgo de crear tapones de cera”.
El mejor método para limpiar los oídos, según los expertos, es con un paño de algodón húmedo (con agua templada), con una gasita de uso médico o una toalla de algodón suave, y solo para la parte exterior de la oreja. “Nunca introduciremos nada por el conducto auditivo. La cera tiene un factor protector y no hay necesidad de sacarla para que el oído esté más limpio”, insiste la experta.
¿Cómo limpiar los oídos cuando hay otitis?
“La otitis es una infección del conducto auditivo externo que puede extenderse hacia otras partes del oído. En la mayoría de los casos, genera mucho dolor y se puede apreciar la salida por el conducto auditivo hacia el exterior de una secreción, de color claro o purulento, que se va quedando por el pabellón auditivo, y por la parte externa”, nos explica la enfermera pediátrica.
¿Qué podemos hacer en estos casos? ¿Cómo se aconseja realizar la higiene del oído del niño cuando hay otitis? En primer lugar, habrá que llevar al pequeño a un especialista para que valore la infección y le ponga el tratamiento adecuado. Y, por otro lado, la experta aconseja, en cuanto a la higiene de la zona: “Limpiarla con una gasita húmeda o con una toalla (en cualquier momento del día) o incluso se puede dejar un algodoncito, siempre sin realizar presión hacia el interior, para que poco a poco vaya recogiendo esa secreción, e irlo cambiando de manera muy frecuente durante el día”. Asimismo, la limpieza del pabellón auditivo exterior debe realizarse como se ha explicado anteriormente, y la enfermera añade que en aquellos casos en los que los niños sean propensos a crear tapones de cerumen: “Se les debería llevar una vez al año al pediatra o al otorrino, para un control que evite que se les generen tales tapones; y en el caso de que ya los tengan, retirarlos a tiempo para que no les genere problemas de audición o molestias adicionales”, recomienda.