La pandemia y el auge de las redes sociales han incrementado la demanda de tratamientos odontológicos con finalidades puramente estéticas. Es evidente que Instagram, TikTok o Facebook son claros reflejos de la sociedad en la que vivimos, pero ésta también ha evolucionado y demanda ciertas exigencias.
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Con este escenario, la responsabilidad recae en los profesionales del sector odontológico, quienes deben identificar en qué circunstancias una intervención es necesaria o no, más allá del hecho de obtener una sonrisa instagrameable... ¿Estamos realmente ante un panorama de dismorfia dental entre los jóvenes?
“La dismorfia dental es un trastorno que provoca en los pacientes una obsesión casi irracional con la apariencia de su boca”, enuncia Juan Ruiz De Gopegui (@juan_ruiz_de_gopegui), experto en Odontología Estética en la Clínica Dental Ruiz De Gopegui en Madrid (www.clinicaruizdegopegui.com).
“Las redes sociales tienen una grandísima influencia en todo esto pero la sociedad también se ha ido transformando. Ahora disponemos de muchísima información sobre la importancia, entre otras cosas, de la salud bucodental”, advierte.
El experto matiza que no es que haya notado un incremento de la demanda estética dental con respecto hace dos años, “es que fue justo entonces cuando se dio el aumento real”. “Durante toda esta etapa se han fomentado las videoconferencias, en las que se aprecia, cada detalle de nuestros rostro, con un primer plano de nuestra boca... Además, ahora que nos hemos liberado de las mascarillas, seguimos en la misma línea”, concreta.
La estética es parte de la salud
“En nuestra clínica hemos detectado un gran aumento de la demanda estética, tanto en gente joven como en pacientes adultos. En lo referente a los adolescentes, siempre han acudido a consulta con el fin de realizarse tratamientos ortodóncicos (es decir, para alinear dientes, siendo conscientes de que este proceso ya tiene un componente estético). Sin embargo, ahora los padres nos demandan un blanqueamiento o pequeños tratamientos cosméticos enfocados a mejorar la forma dental”, advierte el odontólogo.
El experto afirma que el hecho de que la demanda haya ido en incremento no es algo negativo, todo lo contrario, ya que, según nos recuerda, la estética es parte de la salud: “El término salud según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como un estado de completo bienestar físico, mental y/o social; y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Por tanto, esta definición indica que la estética es parte de ella y es un motivo para tratar igual de loable que lo pueda ser una infección o una ausencia de función dentaria”.
La evolución de los tratamientos únicamente con fines estéticos
En concreto, y según confiesa Ruiz De Gopegui, los tratamientos que más han incrementado en los últimos tiempos son, en el siguiente orden:
- Los blanqueamientos y las carillas: “Incluso, al paciente que quiere carillas le blanqueamos previamente”.
- Diseño de sonrisa: “Antes de hacer el tratamiento de las carillas, muchos jóvenes, muy bien informados en redes sociales, me piden es un diseño de sonrisa”. En concreto, nos explica que este diseño se basa en una prueba reversible: “Se trata de un proceso impreso en 3D en el que diseñamos de manera virtual los dientes ideales en la cara del paciente con el objetivo de que se vea en directo y decida”.
- Tratamientos orientados a las encías (más típico en las mujeres): “Buscamos reducir la exposición de éstas, es lo que se conoce como sonrisa gingival”.
Este tipo de tratamientos han evolucionado de tal manera que cada vez son menos invasivos: “Ahora contamos con muchísimos tratamientos que nos permiten ser más conservadores y ofrecer al paciente un resultado óptimo. Ocurre, por ejemplo, con las carillas”.
La importancia de un buen diagnóstico para evitar la dismorfia dental
Según Ruiz De Gopegui, el límite de la salud se establece a través de un buen diagnóstico: “Para determinar si es obsesivo o no, tenemos una serie de parámetros objetivables; unos estándares estéticos que permiten hacer un análisis de sonrisa. Y si es perfecta, no se debe tratar, por mucho que el paciente quiera”.
“Por ejemplo, dentro de la dismorfia dental existe una obsesión por el color blanco que se conoce como blancorexia. En ese sentido, el color también se puede objetivar con una escala de colores”, señala el especialista en tratamientos de estética dental.
En definitiva, el experto sostiene que realizar tratamientos únicamente con fines estéticos es correcto, “el problema se da cuando se sobretratan”. “Se debe hacer un buen diagnóstico y ser lo más honesto y riguroso posible con los pacientes”, añade.
En cualquier caso, asegura que es evidente que la dismorfia dental existe: “Yo lo veo como una patología, no como una necesidad y ha de ser tratada con apoyo psicológico... Por eso, es importancia diferenciar entre lo que es dismorfia y una necesidad real estética. Porque, recordemos: la estética es igual de loable que otros aspectos o necesidades”, concluye Ruiz De Gopegui.