Cuando se habla de hipertensión normalmente esta se asocia a un problema de presión arterial alta frecuente en adultos, pero es una patología que también puede darse en la población infantil. Uno de los últimos estudios realizados sobre la hipertensión en niños, realizado por la Universidad de Oxford y publicado por la revista JAMA Pediatrics, afirma que el 4% de los menores en el mundo padece hipertensión arterial.
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Para que se considere que un niño tiene alta la presión arterial, su diagnóstico se realiza mediante la medición de unos valores y baremos distintos a los de las personas mayores. “La hipertensión arterial en niños se define de acuerdo a una tabla de referencia en la que se relaciona la altura del niño con valores de tensión alta preestablecidos, por arriba de los cuales se considera hipertensión arterial. A partir de los 16 años los valores de referencia para considerar hipertensión arterial son iguales a los adultos. Es decir, por ejemplo, que para un niño de 3 años que tiene una tensión arterial de 125/70 se considera hipertensión mientras que para un adulto es normal”, afirma la doctora Laura Valazza, Especialista en Pediatría y Adolescencia, pediatra en Consultorios Werenitzky-Valazza (@consultorios_pediatricos_vw).
¿Cómo detectar la hipertensión arterial en niños?
Uno de los mayores hándicaps de la hipertensión arterial es su sintomatología silenciosa en niños y, por ende, que la enfermedad sea difícil de detectar. Sin embargo, en pediatría, según nos cuenta la especialista, los síntomas sí pueden producirse cuando estemos ante un caso de hipertensión severa: “Una situación de urgencia médica donde los niveles de tensión arterial se elevan más del 20 % de los niveles considerados como hipertensión, y aparecen síntomas en los órganos afectados: cerebro, riñón, corazón y ojo. Síntomas como cefalea intensa o alteración de la conciencia, o signos de accidentes cerebrovasculares, trastornos en la visión, etc.”, advierte.
La mejor prevención y diagnóstico a tiempo de esta patología es que los niños realicen las revisiones periódicas pertinentes en su pediatra, que será quién identifique cualquier anomalía y determine una posible predisposición a esta enfermedad, según el historial médico del pequeño: “Lo ideal es que todo niño sano tenga por lo menos un control anual de tensión arterial a partir de los 3 años y en aquellos niños con enfermedades de base que puedan ser causa de hipertensión arterial, se realicen controles periódicos desde el nacimiento. Para hacer la medición se utilizan tensiómetros de diferentes tamaños de acuerdo a la edad y el cuerpo del niño”, indica la Dra. Valazza y advierte que para identificar esta posible patología a tiempo “lo primero es identificar si nuestro hijo tiene algún factor de riesgo que le predisponga a la hipertensión como obesidad, enfermedades cardiovasculares, dislipemias, antecedentes de enfermedades renales crónicas, antecedente familiar con hipertensión, etc”.
Cuáles son las causas de la hipertensión arterial en niños
Si nos fijamos en las cifras de los factores que originan la hipertensión arterial en niños, en un 40%, aproximadamente, se debe a una causa primaria o esencial, es decir, que no hay patología de base que la ocasione. Y en un 60% a causas secundarias de alguna enfermedad, entre ellas: las patologías renales son las de mayor frecuencia, seguidas de las causas cardiovasculares, diabetes, obesidad, entre otras.
Según asegura la Asociación Española de Pediatría (AEP), la prevalencia de los casos de presión arterial alta en pediatría está creciendo en los últimos años debido a factores ambientales como el sobrepeso, la ingesta de sal y alcohol o el sedentarismo . Cada vez hay más estudios que relacionan la presión arterial en niños y adolescentes con la de la edad adulta, ya que un niño con cifras elevadas de presión arterial tiene más riesgo de convertirse en un adulto hipertenso.
Cómo llevar un estilo de vida saludable en la infancia
La Dra. Valazza nos enumera una serie factores que son clave para un estilo de vida saludable en los menores, tanto para prevenir la enfermedad o como si se padece es un estadio leve:
- Disminuir el consumo de sodio: no agregar sal extra a los alimentos y evitar los conservantes. La recomendación de sodio diaria es de 5-6 gr por día.
- Control y normalización de peso corporal.
- Actividad física aeróbica: regular a intensa de 30-60 min de 3 a 5 veces por semana. “Todos los niños con presión arterial alta leve pueden realizar cualquier tipo de deportes con controles regulares”, puntualiza la pediatra.
- Evitar el sedentarismo: disminuyendo las horas de pantallas.
- Dieta saludable: rica en vegetales, legumbres, carnes magras, pescado y limitar el consumo de azúcar.
“Los niños con hipertensión leve bien controlados pueden tener una vida normal, mientras que aquellos con hipertensión severa deben restringir algunas actividades deportivas hasta lograr un buen control de la tensión arterial. Aquellos niños con lesiones específicas secundarias a la presión arterial alta o con enfermedades causantes de hipertensión deben tener controles minuciosos por un equipo multidisciplinario”, detalla la doctora y además, concluye que esta patología puede resolverse, e incluso llegar a desaparecer, en algunos casos específicos. “Siempre depende de la causa, pero hay algunos casos como la obesidad, algunos trastornos endocrinos, renales, patologías transitorias, etc… que al resolverse hacen que la tensión arterial se normalice”, afirma.
Todo esto pone de manifiesto la importancia de un correcto manejo tanto diagnóstico como terapéutico de la hipertensión en la infancia, y en consecuencia, el papel decisivo que desempeña la figura del pediatra de Atención Primaria.