Si hay una enfermedad temida entre los bebés prematuros, esa es la enterocolitis necrotizante (también denominada enterocolitis necrosante). A pesar de que se conoce desde hace más de cien años, aún no se ha podido descubrir con exactitud su causa, aunque el abordaje de los últimos tiempos está logrando frenar su incidencia.
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Nos lo cuenta con detalle el Dr. Tomás Sanchez Tamayo, vocal de la Sociedad Española de Neonatología.
¿Qué factores influyen en la enterocolitis necrotizante?
La enterocolitis necrotizante se presenta sobre todo en prematuros, aunque también, pero de forma mucho menos frecuente, en niños nacidos a término que tienen algún factor de riesgo, como determinadas cardiopatías.
Pueden pasar una o varias semanas tras el nacimiento y se ve, en la inmensa mayoría de los casos, cuando el bebé está aún hospitalizado.
“Es una enfermedad de causa aún no bien establecida, pero en la que se han identificado algunos factores de riesgo, de los cuales el más importante es la prematuridad”, destaca el experto. Así, a menor edad gestacional, más probabilidades de sufrirla.
Además de la prematuridad, presentar alguna cardiopatía y haber sufrido falta de oxígeno o de riego sanguíneo en el intestino pueden precipitarla.
¿Cómo se manifiesta la enterocolitis necrotizante?
Prácticamente todos los casos detectan cuando el bebé está ingresado por su prematuridad y las complicaciones que esta lleva asociadas.
La enterocolitis necrotizante del recién nacido puede tener distintos grados de gravedad. Por eso es fundamental, “detectarla cuanto antes”, alerta el Dr. Sánchez Tamayo.
En situaciones inciales de la enfermedad se puede observar distensión del abdomen, dilatación de las asas intestinales y mal aspecto del bebé. Ante la sospecha, el diagnóstico definitivo ayudará a combatir la enfermedad con muy buen pronóstico, pues en la mayoría de los casos se logra detener.
En estadios intermedios, “se observan burbujas de aire en la pared intestinal, se puede encontrar sangre en las heces... es una fase en la que con un tratamiento hay mejoría en la mayoría de los casos”, tranquiliza.
Pero cuando el cuadro está muy avanzado, la enfermedad se vuelve muy grave y hay un riesgo muy alto de un final fatal. El motivo es que puede haber perforación del intestino, peritonitis... circustancias que van a requerir cirugía y que obligan a intervenciones muy agresivas sobre el intestino, que puede quedar corto.
¿Se puede prevenir la enterocolitis necrotizante?
Afortunadamente, la incidencia de la enterocolitis necrotizante está bajando en los últimos años. Si afectaba a un 9% de prematuros de menos de 1.500 gramos o 32 semanas de gestación (grandes prematuros), los datos más actuales confirman un descenso hasta el 7%.
¿Por qué se está reduciendo? La realidad es que se sabe cómo abordar mejor la enfermedad y algunas medidas están teniendo muy buen impacto sobre la misma.
Leche materna desde el primer día de vida
La manera en que se alimenta al prematuro puede ser determinante a la hora de protegerlo frente a la enterocolitis necrotizante. “Tomar leche materna reduce a la mitad el riesgo de la enfermedad”, subraya el especialista de la Sociedad Española de Neonatología.
Si la madre reciente no puede darle su calostro primero y su leche después, se puede optar por leche de madre donada. Es el mejor factor protector.
Controlar el uso de antibióticos
“Cuando nacen, los bebés no tienen bacterias en el intestino, que se va colonizando desde el momento del parto. Cuando el recién nacido recibe antibióticos, esa colonización se hace más lenta y de modo diferente”, advierte el Dr. Sánchez Tamayo.
La leche materna (sea de la propia madre o donada) favorece esa colonización bacteriana favorable. Y los antibióticos ejercen el efecto contrario.
Fármacos y probióticos
Algunos medicamentos deben evitarse para alejar el riesgo de enterocolitis necrotizante. Por contra, se ha visto que el uso de probióticos en bebés prematuros puede reducir las posibilidades de que se presente la enfermedad. No obstante, tal como indica el neonatólogo, está todavía en estudio, pues no se conoce con exactitud qué dosis ni qué probióticos serían los más indicados.
¿Qué secuelas tienen la enterocolitis necrotizante?
El riesgo mayor de la enterocolitis necrotizante es el de fallecimiento del bebé. En cuadros muy avanzados suele suceder. En otros casos graves, el niño puede quedar con un intestino corto, con problemas intestinales de importancia a lo largo de su vida.
Pero, además, pueden aparecer otras secuelas que afecten a distintos órganos. Hay que tener en cuenta que el bebé prematuro está en un periodo crítico, pues ha de concluir su desarrollo fuera del útero materno. “Cuando hay una enfermedad grave como esta puede haber afectación del sistema nervioso por malnutrición prolongada, con secuelas neurológicas, pues el cerebro no se forma bien” , advierte el Dr. Sánchez Tamayo.
Por este motivo, la prevención es tan importante y se siguen estudiando todas las medidas, además de la leche materna desde el primer día de vida del bebé, para reducir su incidencia.