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Alba Padró es una de las consultoras internacionales de lactancia (IBCLC) más conocidas de nuestro país. Referente de lactancia materna en España y Latinoamérica, la experta (@albapadibclc) acaba de publicar su nuevo libro, “Mucha teta” (Ed. Grijalbo), en el que reúne los recursos, información clave e ideas necesarias para dar con los autocuidados necesarios que permitan a la madre resolver todos los escenarios posibles que puedan darse durante la lactancia.
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Consciente de que una madre tiene dudas a todas horas y muchas veces no sabemos qué hacer, charlamos con ella para dar solución a todo lo que irá aconteciendo durante el proceso.
¿Cómo surge la idea de publicar este libro? ¿Qué carencias has detectado sobre el mundo de la lactancia en los últimos años?
Este libro surge como una continuación natural de “Somos la leche”, una visión transversal de la lactancia. Mucha teta es un manual de soluciones en toda regla. En muchas ocasiones requerimos de un libro como este; un manual con información precisa y detallada sobre las dificultades que se puedan producir durante la lactancia materna.
Has comentado que existe un ABC de la lactancia, unas normas básicas que debemos conocer, ¿sólo las primerizas o se aplica a todas las madres?
Está dirigido a todas las madres porque cada lactancia es diferente y en cada una puede surgir dificultades o dudas que no han aparecido en la anterior. Siempre que te compras una televisión va a venir con su manual de instrucciones y está bien que lo leas por mucho que sepas como funciona un televisor, aquí igual. Puedes encontrarte con dificultades que pueden hacer necesario revisar el manual. Aquí ocurre lo mismo.
¿Realmente es un proceso tan complicado?
La lactancia no es complicada pero requiere un aprendizaje que, la mayoría de las veces, no tenemos. Desconocemos cómo se llaman partes de nuestro cuerpo o soluciones a las situaciones habituales que pueden acontecer durante este proceso. Lo que pretende este manual es acompañar esta lactancia y solventar esas pequeñas o grandes dificultades que puedan aparecer. Cuando tienes el conocimiento, la lactancia no es difícil. Aún así, muchas veces necesitas que alguien, desde fuera, refuerce lo que tienes que hacer.
¿Cuáles son, en tu opinión, los grandes conflictos que se presentan durante este proceso?
Situaciones desde el embarazo hasta el destete, pasando por momentos particulares; como es la prematuridad, la lactancia en niños mayores, situaciones de enfermedad de la madre y del bebé... Por supuesto, la parte emocional también juega un papel muy importante durante todo el proceso.
Como madre, ¿qué problemas detectaste durante la lactancia de tu hijo? ¿Qué le recomendarías a una madre primeriza que vive agobiada y sin saber qué hacer?
Como madre de dos hijas amamantadas, la principal era la falta de recursos, hablo desde un prisma de hace años, ya que mis hijas tienen 22 y 17 años. En ese momento no había Internet ni libros de lactancia, pero todas las madres pasan por algo parecido: la soledad y la frustración. De ahí la necesidad de encontrar un buen acompañamiento e información personalizada. Todas las madres, con o sin era de Internet, necesitan esta base para sentirse seguras.
¿Qué ha sido lo mejor y lo peor durante tu camino como consultora certificada en lactancia materna?
La mejor parte es siempre seguir aprendiendo, conocer y acompañar a mujeres maravillosas e inspirarme en ellas. Cada madre con cada bebé que llega y te consulta es una oportunidad de aprender y conocer... las posibilidades son infinitas, es un tesoro maravilloso. La parte negativa es que, a veces, me implico emocionalmente y empiezo a darle vueltas a esos casos complicados que me quitan el sueño.
¿A quién debemos consultar temas de lactancia?
La lactancia materna a veces puede quedar en tierra de nadie y es complicado saber a quién consultar. Los sanitarios reciben poca información sobre el tema y no siempre están bien informados para poder responder a las preguntas que queramos plantear. Es un proceso fisiológico normal y, por tanto, las dudas serán constantes. A quién consultar dependerá de qué tema se trate, la edad del bebé y de la formación que tenga el profesional en cuestión. Según lo que nos suceda, será más fácil acudir a un profesional concreto.
En cualquier caso, la persona de referencia en el posparto siempre es la matrona. Ojalá toda mujer contase con ella, aunque también es cierto que, por dificultades estructurales, estas sanitarias no tienen el tiempo necesario para dedicarle a cada mujer el tiempo que precisa. Una asesoría de lactancia puede tardar una o dos horas, requiere varias visitas y a veces no disponen de ese tiempo para poder realizar ese asesoramiento. Ahí, por tanto, entran en juego las IBCLC, consultoras internacionales de lactancia, con el fin de acompañar a estas mujeres cuando surgen dificultades habituales en el curso de su lactancia.
¿Cuál es el principal consejo que le darías a una madre que se inicia en la lactancia?
Dar consejos es complicado, yo no daría consejos a nadie. Si una persona expresa su deseo de amamantar lo que le diría es que se intente informar y aprenda la parte teórica de la lactancia. Es decir, cómo funciona un bebé, el crecimiento... los conceptos básicos que va a necesitar cuando su bebé nazca. Esta es la parte importante y, muchas veces, la dejamos al azar. Muchas embarazadas parten desde el desconocimiento y piensan “lo haré si puedo, si tengo leche”...
¿Y a aquellas que quieran abandonar?
Cuando una madre decide dejar de amamantar lo que tenemos que hacer es estar a su lado. No hay que convencerla de que cambie de opinión, es su decisión. Acompañamos esa decisión y le ofrecemos toda la información que necesite para que consiga lo que desea. Como cualquier otra situación, aunque nos dediquemos a la lactancia materna no implica que tengamos que hacer positivismo de ella ni que haya que decirle a las mujeres lo que deben hacer con la lactancia.
Hay mucho juicio con todo lo que engloba la maternidad, ¿dirías que, sobre todo, con la mujer que renuncia a dar el pecho?
La mujer en cualquier momento de la maternidad va a ser juzgada por ello. Son criticadas, señaladas y reciben opiniones y comentarios que no necesitan porque todo el mundo piensa que de la crianza es algo sobre lo que siempre se debe opinar por el bien de la criatura. Deberíamos aprender como sociedad a callar más y, como mujeres, entender que esos comentarios hay que obviarlos.