Desde hace siete años, los Juzgados de la Comunidad de Madrid acogen el proyecto Courthouse Dogs Research. Se trata de un programa que facilita el acompañamiento de menores durante las entrevistas forenses que se realizan a lo largo de un proceso judicial.
La iniciativa ha conseguido ser finalista de los BetterWithpets Prize, unos galardones convocados por Purina que premian aquellas ideas que contribuyen a aprovechar el vínculo humano con las mascotas para transformar la sociedad.
Una experiencia pionera en España
Aunque en España se trata de un proceso novedoso, en otros lugares, como Estados Unidos, se lleva tiempo utilizando perros en procesos judiciales. Los responsables de su implementación aquí son Dogtor Animal, que trabajan con perros para asistir a víctimas, basándose en la psicología de las emergencias.
“Cuando estamos en uno de los peores momentos de nuestra vida, se generan vínculos muy fuertes desde el minuto uno”, destaca Vanessa Carral, psicóloga sanitaria y codirectora de Dogtor Animal.
Es entonces cuando la presencia del perro hará de colchón emocional para el niño, tanto en el momento presente que está viviendo como en el futuro. “Recordarmos más lo que sucede al principio y al final, y la presencia del perro hace que los menores se queden con ese recuerdo en lugar de con otros”, comenta.
El programa ayuda a niños y adolescentes de entre 5 y 17 años. Aunque de momento solo está implantado en la Comunidad de Madrid, ya hay iniciativas desde otros puntos, como Galicia, Burgos, Sevilla o Barcelona, para ponerlo en marcha.
¿Cómo se organiza el acompañamiento?
Este proyecto de acompañamiento canino a menores en los juzgados es totalmente voluntario. Cuando hay un menor citado para una testificación o una entrevista forense, se le hace la propuesta por si quiere participar. También se tienen en cuenta las fobias que pudiera haber hacia el animal o las alergias.
“Si la familia confirma su participación, habrá un técnico con el perro adiestrado que acompañará al niño durante la espera, la declaración y la despedida”, explica la experta.
Hay que tener en cuenta que los menores deben hacer las declaraciones judiciales sin compañía de sus padres, por lo que contar con la presencia del perro es un elemento muy tranquilizador para ellos. “Así sienten que no están solos, perciben que están acompañados”, subraya Vanessa Carral.
El menor declará junto al perro en una dependencia judicial donde ambos pueden estar sentados en un sofá. El perro suele apoyar su cabeza sobre el menor, garantizando un contacto directo entre ambos.
El animal permanecerá con él hasta que salga de los juzgados (junto con el técnico) y, al despedirse, el niño se hará una foto o recibirá un obsequio como recuerdo del perro.
¿Qué beneficios tiene para el menor?
La presencia de un perro durante el procedimiento judicial puede cambiar radicalmente la percepción del niño. “Verbalizar lo que les ha sucedido es muy duro y muchos se rompen, pero cuando les acompaña un perro todo eso queda difuminado, al igual que su percepción del espacio judicial”, insiste la psicóloga. Además, se observan las siguientes ventajas.
- Disminución de la ansiedad. Cuando el menor sabe que va a encontrarse con un perro en el juzgado, disminuyen sus sensaciones de ansiedad en los días previos.
- Crea un recuerdo positivo. El perro es un apoyo en un momento muy difícil, que crea un vínculo muy estrecho con el niño, consiguiendo desdibujar así las emociones y los recuerdos negativos.
- Ayuda a paliar la soledad. La compañía del perro hace que el menor no se sienta tan solo, lo que promueve un estado emocional más proactivo, que también redunda positivamente en la relación y la interacción del pequeño con los profesionales del Juzgado.
Durante la declaración, hay niños que mantienen el contacto directo con el perro en todo momento y se observa que en los instantes más duros para ellos, cuando han de relatar circunstancias complejas, “acarician más activamente al perro; también cuando les desborda el llanto se abrazan al perro, pues es lo que les genera más confianza”.
¿Cómo son los perros de intervención?
Los perros que participan en este programa están cuidadosamente seleccionados. “Deben ser perros equilibrados para equilibrar a las personas”, advierte la codirectora de Dogtor Animal. Son animales que “regulan emocionalmente a personas, que conectan con su alma”, añade.
Por eso, se escoge a perros que puedan desempeñar bien esta labor. Es importante el tamaño (ni muy grande ni muy pequeño), que sea proactivo con el ser humano y que tenga una estética que al niño le resulte agradable. Por ejemplo, los labradores son muy apreciados en este cometido.
Todos estos perros de intervención pasan por un adiestramiento completo para realizar bien su labor en los juzgados con niños.