Cuando una mujer se pone de parto, lo esperado es que la bolsa donde se aloja el bebé se rompa durante el mismo. Sin embargo, hay veces que no ocurre así, sino que se adelanta y, en ocasiones, más de lo normal. Hablamos de una rotura prematura de membranas.
“Es imprescindible que la embarazada sepa si se ha producido una rotura de la bolsa amniótica para poner en marcha una serie de indicaciones importantísimas, tanto para la madre como para su bebé”, indica Miguel Ángel Herraiz Martínez, jefe del servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Según informa el experto, la rotura prematura de membranas (RPM) se da entre el 5 y el 10 por ciento de todos los embarazos: “El 90 por ciento de ellas acontece a término, es decir, a partir de las 37 semanas”.
Dos escenarios:
“La rotura prematura de membranas (RPM) hace referencia a la ruptura de las membranas ovulares antes del inicio del parto, con la consiguiente salida de líquido amniótico”, explica María José Gómez, matrona (@mdematronas).
En concreto, las membranas tienen como función principal proteger al bebé de posibles infecciones. Por eso, que se rompan antes de tiempo implica un aumento en el riesgo de padecer alguna infección. Podemos encontrar dos escenarios:
- RPM a término: Según apunta la experta, la mayoría son a término y el parto se desencadenará, incluso en condiciones cervicales desfavorables, de forma espontánea en las siguientes 24 horas (72-95%).
- RPM pretérmino: “Más infrecuente es la rotura prematura de membranas pretérmino que se complica en un 2-4% de las gestaciones, un 7-20% de las gemelares y representa un 30% de los partos pretérmino”, añade.
Que la rotura se produzca antes de tiempo va a depender del momento del embarazo en el que se produzca. “Si es a término, es decir, más de 37 semanas de gestación, puede ser a causa de un debilitamiento fisiológico y normal. En cambio, en la mayoría de los casos de ruptura prematura de membranas pretérmino (antes de las 37 semanas), la causa se desconoce.
RPM
Algunas de las causas de la rotura prematura de membranas (RPM) pueden ser haber estado embarazada previamente y tener una RPM o una RPMP, las infecciones del útero, cuello uterino o la vagina, demasiado estiramiento del saco amniótico (esto puede ocurrir si hay demasiado líquido o más de un bebé ejerciendo presión sobre las membranas), fumar o si se ha pasado por alguna cirugía o biopsias del cuello uterino.
RPM pretérmino
En el caso de las RPM pretérmino, la bolsa o membrana amniótica que rodea al bebé se rompe antes de las 37 semanas de embarazo. En este caso, nos enfrentamos a una complicación en el embarazo ya que, una vez se rompe la bolsa, aumenta el riesgo de tener infecciones.
En consecuencia, existe una probabilidad más alta de que el bebé nazca antes de tiempo. En cualquier caso, si se empieza a perder líquido, es importante acudir a un médico.
¿Cómo se diagnostica?
La clave está en saberlo cuanto antes. “El diagnóstico es clínico y se realiza mediante la visualización de líquido amniótico en la exploración vaginal”, informa la matrona. En este caso, si el médico determina que tiene una RPM, necesitará permanecer en el hospital hasta que nazca el bebé.
“El diagnóstico de rotura prematura de membranas debe realizarse de modo rápido y preciso. Ante una gestante con signos o síntomas sospechosos, se deben considerar siempre dos puntos importantes: diagnóstico rápido y específico y determinación de la edad gestacional”, afirma Miguel Ángel Herraiz Martínez.
Como conclusión, el experto en Obstetricia y Ginecología concluye que es importantísimo acudir a los servicios de urgencias obstétricas cuando se observe que fluye líquido a través de la vagina, “aunque tras las pruebas necesarias no se corrobore y se regresa a casa por una falsa alarma. De confirmarse la salida de líquido amniótico, se adoptarán las medidas oportunas para evitar infecciones y otros problemas graves”.