Leer es la llave del éxito ya que el niño que lee será un adulto que piensa. Fomentar la lectura desde que son pequeños es sinónimo de enriquecimiento y cultura, porque no hay dominio más amplio que el que ofrece la literatura.
También incentiva la imaginación y desarrolla la creatividad, amplía el vocabulario, mejora la memoria, ayuda a conectar con las emociones y a comprender el mundo que nos rodea, reduce el estrés, invita a relajarse y conciliar el sueño...
Los beneficios de leer son infinitos. Sin embargo, un estudio reciente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre los hábitos de lectura de los españoles indica que más del 35% de la población española no lee nada o casi nada.
Las cifras asustan y preocupan a los padres de las nuevas generaciones. ¿Vamos por el mismo camino? Analizamos junto a una pedagoga qué hábitos potenciar como padres para conseguir que los más pequeños se enganchen al placer de leer:
1. Libertad de elección
Nerea Riveiro González, pedagoga especialista en atención temprana de Pedagoque (@pedagoque), confiesa que una de las cosas que suele pasar es que algunos padres consideran como lectura sólo los cuentos o libros, sin tener en cuenta que un cómic o una revista también lo es.
“No hay que centrarse en las expectativas de los padres, hay que enriquecer la lectura desde los gustos de los niños para fomentarles este hábito”, expone. Y nos recuerda que la lectura, ya sea de cuentos, libros, cómics o revistas aporta múltiples beneficios para el niño.
2. Entender la lectura como algo divertido
La experta afirma que los niños tienen muy negativizada la lectura porque en el colegio, a veces, se enfoca como una tarea de lo más tediosa. “Es decir, después de leer un cuento hay que hacer los deberes y rellenar unas fichas. Al final, el resultado es que la lectura deja de ser percibida como algo divertido”, matiza.
“Siempre les pregunto a los padres si les gustaría tener que rellenar una ficha cada vez que lean. Hay que enfocarlo como un hobby, no una obligación, y alejarse de frases como ‘tienes que leer’”, añade la experta en atención temprana, conducta, TDAH y dificultades del lenguaje.
Por eso, nos explica que cuando trabaja comprensión lectora en sus sesiones la mejor manera de animarles es seleccionar el fragmento de algún libro que pueda generarles curiosidad. “Por ejemplo, el fragmento de uno de los libros de ‘Harry Potter’, les encanta y se enganchan a la historia. Por tanto, luego son ellos mismos los que investigan porque les gusta el relato”, sostiene.
3. La lectura compartida
El término ‘lectura compartida’ es una actividad que tiene como finalidad trabajar aspectos como la participación y la interacción dentro de un grupo.
Leer juntos ayuda a crear un vínculo. Por eso, es fundamental buscar momentos de lectura en casa que puedan generar un impacto positivo en el vínculo de la familia.
“Debemos hacerles partícipes de la historia mediante preguntas en las que la lectura sea activa, fomentando y trabajando a nivel emocional temas como la empatía. Por ejemplo, podemos preguntarles: ¿Qué podía haber hecho el personaje para solucionar lo que le pasó?”, se plantea Nerea Riveiro.
En definitiva, así les ofrecemos la oportunidad de hablar sobre lo que está sucediendo y que suponga una experiencia de aprendizaje para los niños.
4. Invitarles a ir al teatro o al cine
Yendo al cine o al teatro se interesarán más por la lectura porque estas historias casi siempre parten de un libro: “La idea, una vez más, es ponerles la semillita para incentivarles a que conozcan la historia y generar en ellos las ganas de investigar y conocer más sobre el cuento.
5. Predicar con el ejemplo
La experta asegura que el ejemplo es la mejor manera de promover la lectura de los más pequeños. “Si jamás he cogido un libro es complicado que mi hijo lo haga porque, en general, funcionan mediante la repetición”.
En cualquier caso, es fundamental que empiecen a familiarizarse con los cuentos o libros lo antes posible, incluso aunque no hayan aprendido a leer aún.