Los cuidados de un recién nacido siempre suscitan muchas dudas y miedos para los padres, sean primerizos o no, y es que la responsabilidad de cuidar de un ser tan pequeño es muy grande, paradójicamente.
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Son muchos los mitos sobre los cuidados durante los primeros meses del bebé donde, sobre todo, las abuelas, algún que otro familiar o incluso algunos pediatras, o profesionales de la salud desactualizados, tienen costumbres arraigadas que hoy en día quedaron obsoletas debido a que existen estudios recientes que así lo corroboran.
Para hablar de cuáles son los mitos del cuidado del recién nacido más conocidos y darnos su versión actualizada, hemos hablado con la matrona Cristina Sánchez de @mimatronamemima. ¡Descúbrelos!
1. La lactancia tiene que ser cada 3 horas y 10 minutos en cada pecho
Esta es una de las frases que seguramente más hayas escuchado, incluso entre profesionales de salud. “La lactancia materna es a demanda, es muy importante que no haya restricciones horarias para una adecuada producción de leche. El bebé pide pecho a menudo porque su estómago es muy pequeño y se sacia pronto. Además, no solo piden pecho porque tengan hambre, sino también porque se sienten seguros y tranquilos cerca de su mamá, por lo que deben estar el tiempo que ellos quieran”, insiste la matrona
La experta, además, advierte de que al principio la duración de las tomas será mayor, ya que los bebés tardan más en extraer toda la leche, mientras que hacia los 3 o 4 meses serán capaces de hacerlo en unos cinco minutos, aunque también es verdad que cada niño tienen su propio ritmo de succión. Además, según la experta, “la composición del principio de la toma es muy diferente a la de final. Si solo dejáramos al bebé 10 minutos, no tomaría la parte más nutritiva y con más grasa del final de la toma. Recordemos que tanto la lactancia materna como la artificial son a demanda, sin tiempo prefijado para las tomas”.
2. Si hace calor hay que darle agua
Este es otro de los mitos más extendidos, y es que hay profesionales que pueden aconsejar a partir de los 4 meses darle agua al bebé si hace mucho calor o por cualquier otro motivo. “Al bebé no se le debe dar agua, ya que desplazaría el consumo de leche materna o artificial, que recordemos es el alimento exclusivo hasta los 6 meses, siendo su composición casi del 90 % agua. El agua se debe ofrecer una vez que se inicia la alimentación complementaria”, afirma la matrona.
3. Cura del cordón umbilical con alcohol de 70º, clorhexidina o mecromina
“Hoy en día, el uso de estos antisépticos se recomienda únicamente en situaciones donde no existen buenas medidas higiénicas, ya que su aplicación puede retrasar la caída del cordón umbilical puesto que interfieren en el proceso normal de cicatrización”, nos cuenta la experta.
Actualmente se recomienda limpiar el cordón umbilical con agua tibia y jabón neutro, y posteriormente secar muy bien la zona, nos explica la matrona, e incide en que estas curas deben realizarse tantas veces como sea necesario; y en caso de que se manche el pañal, cambiarlo frecuentemente. “La caída del cordón se produce entre 7 y 10 días y se deberán vigilar signos de infección como mal olor o exudado”, advierte.
4. Bañar al bebé a diario
Esta es una de las recomendaciones en la que los expertos todavía no se ponen de acuerdo, por lo que hay distintas versiones en cuanto al baño del bebé. “Se recomienda bañar al recién nacido por primera vez a partir de las 24 horas de vida, porque están recubiertos por una sustancia blanquecina llamada vérnix caseosa, que protege la piel del bebé, y es importante no retirar esta sustancia, ya que se reabsorbe sola”, nos cuenta la experta.
Además, la matrona nos dice que no es necesario bañarlos todos los días, es suficiente con 2 o 3 veces a la semana. Al principio la duración no debe ser superior a 10 minutos, para evitar la pérdida de calor corporal y, a medida que el bebé crece se puede ir prolongando. “Un exceso de baño puede disminuir las bacterias naturales de los bebés y hacerlos más susceptibles a las infecciones y erupciones cutáneas. También debemos evitar exponer en exceso su delicada piel con los productos que usamos para el baño y al agua. Se recomienda lavar más a menudo sus genitales y el culete, y cambiar con frecuencia el pañal con el fin de evitar irritaciones debidas al contacto de la humedad con la piel”, aconseja.
5. Hay que ponerle manoplas para que no se arañen la cara o tengan frío en las manos
Según nos cuenta la matrona, las manoplas no se recomiendan ya que el tacto es el sentido más desarrollado en el bebé. Si se cubren sus manos estamos cohibiéndole de conocer el mundo que le rodea y de descubrir nuevos estímulos o sensaciones.
“Durante la lactancia materna, con sus manos estimulan los pechos favoreciendo que la leche salga con más facilidad. Para evitar que se arañen, en vez de cubrir sus manos, limaremos sus uñas, que posteriormente se cortarán con tijeras de punta roma. Es normal, que el recién nacido tenga las manos y los pies más fríos que el resto del cuerpo. Para saber si tiene frío debemos tocar el pecho o la zona superior de la espalda ya que es ahí donde se acumula grasa parda, que se encarga de mantener al bebé calentito”, explica.
6. Darle papillas o purés desde los 4 meses
“La introducción de la alimentación complementaria, se empieza a ofrecer alrededor de los 6 meses, una vez que el bebé adquiere las capacidades psicomotoras necesarias para manejar y tragar de forma segura los alimentos”, dice la matrona. Para ello, sigue explicándonos, es necesario que los bebés cumplan una serie de requisitos:
- El bebé muestra interés por la comida
- Haya perdido el reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos con la lengua)
- Sea capaz de coger la comida y llevársela a la boca
- Mantenerse sentado
“Si se ofrece la alimentación complementaria de forma muy precoz puede conllevar riesgos a corto plazo (mayor riesgo atragantamiento, aumento gastroenteritis agudas e infecciones respiratorias…) y largo plazo (mayor riesgo de obesidad, eccema atópico, diabetes mellitus tipo 1, destete precoz)”, asegura. Y es que no se han descrito mayores beneficios de introducir la alimentación complementaria a partir de los 4 meses: “Pero sí un aumento de infecciones”, sostiene la experta.
Por el contrario, si la introducción de alimentos se retrasa más allá del séptimo mes puede conllevar carencias nutricionales, sobre todo de hierro y zinc, un aumento de alergias e intolerancias alimentarias, peor aceptación de nuevas texturas y sabores, y mayor posibilidad de alteración de las habilidades motoras orales.
7. Hay que darles cereales en el biberón para que duerman toda la noche
“No es cierto que darles biberón con cereales antes de dormir haga que el bebé duerma más y mejor, despertándose menos durante la noche. Al contrario, le puede causar malestar. ¡Dar los cereales en el biberón aumenta el riesgo de caries y obesidad en el bebé!”, asegura tajante la matrona.
Los cereales se deben ofrecer sin biberón, y no se recomiendan los preparados azucarados o hidrolizados. Se pueden ofrecer cereales como parte de una dieta saludable de la forma más natural posible, como, por ejemplo: avena, arroz, pan integral, espelta, pasta integral… a partir del mes 6 con la introducción de la alimentación complementaria.
8. Infusiones para los cólicos del lactante
La matrona advierte que el uso de infusiones no es recomendable en bebés, ya que hay escasa evidencia de su efecto y son peligrosas puesto que pueden estar contaminadas.
“Pueden provocar infecciones como botulismo, hepatotoxicidad y toxicidad neurológica (infusiones de anís estrellado). También pueden dificultar la absorción de hierro, además de que las infusiones comerciales tienen mucha cantidad de azúcar”, asegura.
9. Si tiene el culito irrtado échale polvos de talco
La piel del bebé es mucho más delicada que la nuestra y la del recién nacido, todavía más. La matrona hace una advertencia clara: “en la dermatitis de pañal, no se debe utilizar polvos de talco, ya que en caso de que haya heridas puede penetrar en ellas y aumentar la inflamación. Además, se han descrito casos de aspiración y problemas respiratorios en relación a su uso”.
10. Si lo coges en brazos se malacostumbra
Los bebés no se acostumbran a los brazos, los necesitan para su desarrollo y para familiarizarse con el mundo que les rodea. “Los recién nacidos se sienten seguros y tranquilos en los brazos de su mamá, ya que les transmite confianza y amor. Satisfacer sus necesidades, le ayudarán a su desarrollo emocional”, asegura la experta.