Desde que somos pequeños escuchamos en infinidad de ocasiones la mítica, y a veces temida, pregunta: ¿qué quieres ser de mayor? Algunos, desde niños, tienen muy claro cuál es el camino que quieren seguir. Otros, sin embargo, están llenos de dudas sobre cuál será su futuro profesional. Una incertidumbre que se acrecienta cuando finaliza la etapa escolar .
Según datos ofrecidos por el Ministerio de Educación, en el último curso hay 1.340.632 estudiantes formándose en un Grado y Ciclo. “Probablemente, el 12% de ellos cambiarán de grado una vez hayan iniciado su formación superior”, indica el estudio U-Ranking 2019 elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas. En definitiva, una cifra bastante significativa que podría reducirse con una buena orientación universitaria desde los colegios.
“Hablamos de una herramienta orientada a guiar y acompañar al alumnado en el proceso de elección de su futuro profesional. La ilusión y las expectativas puestas en la formación universitaria merece todo el apoyo, con el objetivo de que encaren de forma óptima la incertidumbre y los cambios”, explica Rosa Sagarna, responsable de comunicación en los Colegios CEU.
Según indica Rosa Sagarna, el papel del orientador es fundamental para que elijan de forma razonada e informada, conociendo en detalle cómo son los planes de estudio y la realidad de la vida profesional .
El fin no es otro que lograr que los niños encuentren aquello que les apasiona y sean capaces de transformar su vocación en profesión . “La elección del grado universitario culmina así un proceso que debe ser integral, valorando las competencias profesionales y las afectivas, y atendiendo a las singularidades e inquietudes de cada alumno”, añade Sagarna.
“Los alumnos deben contar con las máximas herramientas posibles de cara a tomar una decisión sobre su formación superior. Se deben proporcionar, por ejemplo, charlas de Orientación Universitaria en las que se cuente con la presencia de distintas universidades, las familias del colegio, así como antiguos alumnos del colegio, quienes transmitirán experiencias reales que serán de gran ayuda sobre todo para los estudiantes de Bachillerato ”, expone Esther Requeni, directora Técnica de British School of Valencia.
La experta sostiene que la elección de la formación académica superior es un gran condicionante sobre el futuro profesional de los adolescentes. “Por supuesto, siempre existe la oportunidad de cambiar de decisión, pero en algunas ocasiones, el hecho de tener que cambiar de grado o ciclo supone un duro trance para el alumno que probablemente, con una buena orientación, se hubiera podido evitar”, advierte Requini.
¿Cómo garantizar una buena orientación?
- Para garantizar una buena orientación, Esther Requeni informa que, en primer lugar, hay que ayudar al alumno a que se conozca a sí mismo: “En este sentido, la guía y consejo de los profesores resulta esencial. Un profesor se comunica y relaciona de manera diaria con los alumnos y por ende sabe en qué campos se desenvuelven mejor, cuáles son sus principales habilidades y fortalezas o qué materias les interesan más”. Además, el orientador también les anima a tener una vida universitaria activa y participativa para que, llegado el momento, puedan integrarse en asociaciones, órganos de representación, formar parte de actividades culturales y deportivas, etc.
- Por otro lado, afirma que también es importante que sepan cuáles son las salidas profesionales de los estudios que más les interesan. “En multitud de ocasiones los estudiantes asocian una carrera a un único puesto de trabajo. Por ello, cuanta más información tengan, sobre todo si se trata de casos reales, mucho mejor”, apunta.
- L a decisión no se toma solo al finalizar el colegio: “Varios cursos antes, los alumnos ya tienen que elegir entre diferentes asignaturas optativas orientando así su formación a sus futuros estudios académicos”.
- Por tanto, garantiza que iniciar la orientación universitaria lo antes posible evitará posibles abandonos universitarios o rendimientos académicos bajos: “También contribuirá al bienestar emocional de los alumnos. Que sean ellos mismos los que tomen una decisión de manera consciente les ayudará a fortalecer su autoestima y confianza en sí mismos”.
En definitiva, y sin duda, elegir una formación académica se trata de una decisión imprescindible. “Familias y colegios debemos acompañarlos en ese camino, dándoles seguridad y ofreciéndoles todas las herramientas posibles para que tomen la mejor decisión para su futuro”, matiza la experta.